Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

martes, 26 de marzo de 2013

Los relacionistas somos como Pinky y Cerebro

Pinky: Cerebro, ¿qué vamos a hacer esta noche?. Cerebro: Lo mismo que hacemos 
todas las noches, Pinky, ¡tratar de conquistar al mundo! 


Los relacionistas somos como Pinky y Cerebro, buscamos dominar el mundo. Nos movemos entre sombras, como una organización secreta, de espionaje. Somos como agentes especializados de grupos elites. James Bond es un bebé de biberón al lado nuestro. Conspiramos. Causamos problemas, enredamos las cosas, las escondemos, las tapamos y lo cambiamos todo a nuestra conveniencia. Sabemos karate, esgrima, somos ninjas entrenados y luchamos con cocodrilos. 

Vamos por el mundo causando estragos, cambiamos el clima, el tiempo, desplomamos economías, tumbamos gobernantes; somos malos... Llevamos tatuado el símbolo RR.PP. en nuestro cuerpo, marca que demuestra que somos parte de ese selecto y malévolo grupo secreto que vira todo “patas arriba”, que siempre se sale con la suya y que domina el mundo. Somos terribles. Somos invencibles. Buuuaaajaajajajaja ¡¿EN SERIO?!.

domingo, 24 de marzo de 2013

Esta sociedad violenta y vengativa en la que vivimos


Antes de entrar en materia, quiero dejar claro lo que siempre; que este sólo es mi punto de vista. Sé que en ocasiones nuestras ideas podrían chocar; pero esto malo no es. Se supone que nuestro sistema social está basado en la diversidad de pensamiento. Cada quién puede pensar lo que quiera y como desee, pero respetando lo que piensan los demás. Ese es el principio. Podemos diferir, no tengo problema con eso. Lo que comento o señalo es sobre ideas y situaciones, no es nada personal. Nunca he tratado de que las personas piensen como yo; sino dar mi punto de vista y que cada quién llegue a sus propias conclusiones. Luego de esta introducción, comienzo.

El sábado que el jurado decidió que –no porque algunos miembros no pensaran que merecía la pena capital, sino porque no lograron ponerse de acuerdo- Alexis Candelario Santana no sería ejecutado y cumpliría condena perpetua por todos sus delitos, fue uno extraño; por lo menos para mí. Escuchar y leer los comentarios de las personas tanto en medios tradicionales como sociales me erizó la piel. Me quedó un mal sabor en la boca porque me hizo pensar que no sólo son violentos y vengativos los delincuentes, sino que nosotros como sociedad también lo somos.

viernes, 22 de marzo de 2013

Una cosa es la justicia, y otra muy diferente la venganza


Tengo que treparme en la sillita; no puedo dejar de hacerlo. Sé que el tema de la pena de muerte levanta ronchas. El caso por el que se está ventilando aplicarla fue uno fuerte, difícil y doloroso, pero no podemos hacer lo mismo que hizo esa persona. No es que no se castigue; si cometió delito, que pague. Lo que no creo es que haya que matarlo para hacer justicia; porque más que justicia, sería una venganza. Muchos no estarán de acuerdo conmigo y respeto su punto de vista; pero nada justifica quitarle la vida a una persona sea cual haya sido el delito.

La justicia, según la RAE, tiene que ver con “derecho, razón, equidad”; es “aquello que debe hacerse según derecho o razón”También supone que hacer justicia es “obrar en razón con él o tratarle según su mérito, sin atender a otro motivo, especialmente cuando hay competencia y disputa”. Me parece que nada tiene que ver con venganza, que es la “satisfacción que se toma del agravio o daños recibidos”. ¿Cuál será esa satisfacción que buscan algunos?

miércoles, 20 de marzo de 2013

Pa’ pichón, mucho volamos




Pa’ pichón, mucho volamos. Nada más cierto que esto. Demostrado quedó luego de la participación de Puerto Rico en el clásico mundial de béisbol. Y el que piense que me refiero a los miembros del equipo de Puerto Rico, está equivocado. Los pichones a los que me refiero, no son ellos; los pichones, somos nosotros. 

viernes, 15 de marzo de 2013

O nos las remangamos todos, o esto se va al cara...


Es que esto no aguanta más. Hace rato lo vengo diciendo. Puerto Rico se nos hunde y nosotros seguimos perdiendo el tiempo en estupideces y en peleas chiquitas. Por cualquier bobería se arma un "reperpero" en este país, la gente se ofende; exige, emplaza, ordena y hace un “show mediático” porque así se siente compensado. Cualquier pelea o discusión se sube a los medios sociales con el fin de ganar adeptos y tener sus bien merecidos 15 minutos de fama. Parece que en este país la autoestima está tan y tan baja que hay que hacer cualquier cosa para llamar la atención. 

Seguimos mirando sin ver. Seguimos creyendo cuentos de vaqueros. Seguimos creyendo en Disney, en Santa y que Hollywood es la realidad. Vivimos enajenados. No nos importa lo que pasa. Preferimos estar pegados a los programas de chismes para juzgar, burlarnos y criticar al otro, en vez de afrontar nuestras realidades y la realidad social que vivimos. Preferimos hacer como el avestruz; enterrar la cabeza… mientras, todo se derrumba.

El egoísmo desmedido; tanto el personal, el de los partidos y hasta el de algunas instituciones; es lo que nos ha llevado a donde estamos. Todo para mí, nada para los demás. Yo primero, yo segundo, yo tercero; y si queda algo, para mí también. Pensar en los demás; ¿para qué?. ¡Que cada quién vele por lo suyo! El bien común ya no existe; es más, ¿qué es eso?. Cada uno con su canción y el que venga atrás; que arree. ¿Cuándo empezamos a ser así? Quisiera saber yo, cuándo.

domingo, 10 de marzo de 2013

La honorabilidad es -se supone que sea- la base del servicio público


Siempre he pensado que ser servidor público conlleva una gran responsabilidad. Mucho más si se es un funcionario electo por el pueblo o seleccionado para dirigir alguna de las dependencias gubernamentales. Su deber ministerial no es con la persona que lo contrató o el partido al que pertenece o lo reclutó; sino con el pueblo, que es el dueño último de todos los recursos de un país; bueno, en eso dicen que se basa la democracia. 

La democracia, según hemos escuchado desde pequeños, es el gobierno del pueblo para el pueblo. Nuestra amiga la RAE, la define como la “doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”; y también como “predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”. O sea, que tenemos el derecho y la obligación de velar porque los funcionarios hagan el mejor uso de los recursos para que beneficien al pueblo, AL PUEBLO, no a unos pocos.

Para asumir la responsabilidad del servicio público hay que estar bien planta’o. Su ejecución debe ser de la manera más transparente, digna, efectiva, con el bien común siempre en mente y, sobre todo, con un alto grado de honorabilidad. La honorabilidad no es otra cosa que la cualidad de ser honorable. Según la RAE, honorable es ser “digno de ser honrado o acatado”. Su otra acepción es “tratamiento que en algunos lugares se da a los titulares de determinados cargos”. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

A mí, no me basta una semana para celebrar la "mujerez"

Todos los derechos son de Quino. Sólo lo tomé prestado por la mujerez.


Hay temas y hay temas. Y éste, sin proponérmelo, podría levantar una que otra roncha. Así que, antes de esta “trepada” hago la salvedad de que no busco ofender a nadie. Ojalá que no lo tomen personal. Que esto es lo que pienso, que es una opinión, y que cada quién puede adjudicarlo o desecharlo; según entienda. Mi intención sólo es que haya otro punto de vista. Aclarado esto, entro en materia.

A veces soy la nota discordante; y en este tema que nos atañe, que es la celebración de la semana de la mujer, puedo serlo un poco más. Nunca he podido entender por qué; pero me parece que esto de “celebrar” la semana de la mujer como que está de más. Nos dieron una semana como diciéndonos “ahí tienen varios días para hacer lo que quieran y hablar de todo lo que aspiran lograr”. ¿Será posible? Y espero que no me malinterpreten pero, ¿por qué una semana?; ¿qué de las restantes 51? Es como si tuvieran una atención con nosotras para que “aguantemos” lo que venga el resto del año. Y es que nos hemos ubicado en un “comfort zone” y esto se ha convertido en una rutina espantosa.

Interesante resulta, que durante marzo, que es el “mes de la mujer”, suele ser uno de los meses con más casos de violencia doméstica. A los estudiantes de opinión pública le asigno un trabajo donde deben monitorear y analizar un tema durante un mes. En dos ocasiones, durante el segundo semestre, he asignado la violencia doméstica y, dicho por ellos mismos, la incidencia es altísima; más que en otros meses. ¿Por qué es esto? ¿No es el mes de la mujer? ¿No es el tiempo de celebrar, de reconocerla? Por eso digo que esto, nada hace; con el perdón de los que crean otra cosa.

domingo, 3 de marzo de 2013

No sé por qué estamos tan sorprendidos, si somos corresponsables de lo que pasa


He estado rumiando esto por bastante tiempo. No quería treparme a la sillita a despotricar desde la emoción. Ya una vez escribí que así era que actuábamos y no quería caer en lo mismo. Así que me tomé mi tiempo para pensar y analizar. Como siempre digo, este es mi punto de vista, mi manera de ver la cosa y no tienen que estar de acuerdo con ella. Que cada quién llegue a sus conclusiones; éstas, son las mías. 

Una de las cosas que más me impresiona, es que estemos tan sorprendidos y tan ofendidos con lo que está pasando en el país. Somos tan o más responsables que el gobierno -al que acusamos- porque hemos sido sus cómplices desde siempre. Lo más inaudito es que le echamos toda la culpa a ellos. Antes el malo era Fortuño, ahora es García Padilla. Al parecer, estos dos últimos sólo están pagando los platos rotos de lo que se estuvo haciendo por décadas. ¡Mira lo que nos hacen!, ¡Nos han fallado!, ¡Son más de lo mismo!, ¡Le faltaron a la palabra al pueblo!, ¡No sirven!. 

Y encima, tan faltos de respeto como somos le ponemos todos los sobrenombres y adjetivos que queremos a los funcionarios y exfuncionarios de gobierno. Como si con eso hiciéramos las gran cosa. Lo único que demostramos es tener poca educación. Hay que tener muchísimo cuidado con las cosas que hacemos y decimos. ¿Libertad de expresión? ¡Por favor!, nos agarramos de eso para hacer todas las barbaridades que queremos. Aclamamos ese derecho pero, ¿y qué con el derecho de la dignidad y respeto que tiene la otra persona? Esto es una carretera de dos vías. Creemos que podemos hacer lo que nos da la gana “dis” que porque ellos se merecen eso y más. Y nosotros, ¿qué nos merecemos?.