Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

jueves, 21 de marzo de 2019

Waen Dok Mai, una muy buena comedia tailandesa



Puerto Rico sigue ‘al garete’. Así que esta que escribe decidió salir un poco de la burbuja donde la gente ve a Bambi corriendo por el bosque detrás de la mariposa en el macondino, dantesco y kafkiano, con un toque ligero y coqueto de tragicomedia griega, paisito que tenemos.

Así que me fui a ver una comedia tailandesa. Resultó que no me defraudó porque, si mal no recuerdo, es el lakorn que más carcajadas me ha sacado. Y es que aunque indicaba que era comedia, en el montón de ocasiones empiezan bien pero terminan hechos unos dramones.

Yo lo que necesito es divertirme, para sufrir sólo tengo que leer lo que está pasando y lo que hacen los políticos. Con eso, es suficiente para una deprimirse.

Pero nada, ‘Waen Dok Mai’, titulada al inglés como ‘Will You Marry Me?’ o ‘Flower Ring’, es un drama tailandés, clasificada comedia romántica. Son 26 episodios de 60 minutos de duración. Se transmitió del 29 de noviembre de 2017 al 22 de febrero de 2018 por la cadena GMM25.

Sus protagonistas son Puttichai Kasetsin (Push) y Mahapreukpong Arigantha (Gypso). De Push he visto varios dramas, pero de ella, es el primero. Tengo que decir que tenían buena química y que ambos hicieron muy buen trabajo.

El resto del elenco también cumplió. Además, la relación de las otras historias con la trama principal no se vio forzada o traída por los pelos. Algunas se resuelven bien y otras no, pero así es la vida.

Es una comedia de enredos donde el personaje principal femenino ‘rompe’ con lo establecido. Es una ‘anti’ protagonista habitual. Es una verdadera bruja.

Waen Petch, que trabaja para una revista, está decidida a no casarse nunca porque no cree en el matrimonio. Es de malos cascos, su vida es un desorden, tiene su carro hecho un basurero y su apartamento igual, rara vez cocina y suele comer fuera, se pone lo primero que encuentra y le importa muy poco lo que piensen los demás.

Por otro lado Singha, que es dueño de una floristería, es tranquilo, algo ‘soso’, muy educado, dado a la familia, metrosexual, siempre preocupándose por los demás. Es un buenazo, pero tampoco cree en el matrimonio.

La relación de ellos se va dando poco a poco porque primero se hacen amigos y, al final, terminan emparejados. Pero para eso tienen que pasar muuuuuchas cosas.

El drama comienza en una boda cuando la novia tira el ramo. Waen está con cara de pocos amigos y se está comiendo algo. El ramo va directo hacia ella y le va a dar. Waen pierde el balance y vemos a Singha que corre hacia ella, los dos agarran el ramo y mientras la sujeta por la cintura, caen.

Tengo que decir que mi personaje favorito es Dung Ji, uno de los mejores amigos de ella. Es graciosísimo. Desde que conoce a Singha queda enamorado de él. Cree que Singha es homosexual y le tira hasta con los tenis. Las escenas son para partirse de la risa. El actor es buenísimo y da el toque cómico con sus comentarios, sus caras y las cosas que hace. ¡Es genial!

Dung busca la manera de siempre estar cerca porque Waen lo alienta a que descubra si Singha es gay. Le dice que para descubrirlo tiene que arrojarse. Él lo hace y luego le cuenta que fue idea de Waen. Siempre que se ve presionado despepita todo y pasa la culpa. Es graciosísimo.

Entonces en represalia, Singha la ve frente a la revista y la abraza. En ese preciso momento llegan los papás y la abuela de ella. Acaba todo mundo pensando que son novios, aunque ellos lo desmienten encarecidamente.

El papá de Singha quiere que se case, pero él no cree en el matrimonio. Por malentendidos piensa que su hijo es homosexual y que Dung es su pareja. Como había visto que Waen y Singha habían cogido el ramo, trata de emparejarlos de todas las maneras posibles.

También el papá de Singha y la abuela de Waen tienen una lucha campal; uno instigando para que sean pareja y se casen y la otra para que no lo hagan. Las discusiones son para morirse de la risa.

Waen, Dung y Sathu (Thu), el esposo de Dao, la hermana de Singha, son amigos desde hace mucho tiempo. Su esposa pelea por todo y hasta lo cela de Waen; así que él prefiere estar con sus amigos que escuchar las peleas de su esposa. Tienen una bebé hermosa, Tuk Tik, que hasta realmente parece hija de ellos.

 Dao tiene un accidente y lo llaman, pero él no contesta. Se entera al día siguiente y se siente culpable porque no estuvo con su esposa y su hija. Decide que va a cambiar  y que le dedicará todo el tiempo a su familia. Se lo promete a su suegro.

Pero Dao, que luego de eso decide salir a trabajar le da a Thu de su misma medicina. Él, que antes ni paraba en su casa, ahora hasta se queda cuidando a Tuk Tik para que Dao haga sus cosas y trabaje. 

Un amigo del trabajo se interesa en Dao y allí Thu pasa el Niágara en bicicleta porque ella le dice a él que el compañero de trabajo le gusta. Se da cuenta del error que había cometido y termina salvando su matrimonio. Lección aprendida. Tengo que decir que la pareja tiene muchísima química y la Tuk Tik, adorable. En ocasiones, cuando veía a Dao se emocionaba.

El hermano mayor está casado y tiene dos hijos. Es el típico machista que hay que hacerle todo y que se cree que no importa lo que él haga ella tiene que aceptarlo. Su esposa tiene su propio negocio.

Frente a su papá es el marido perfecto, pero el muy sinvergüenza se hizo amante de una de las amigas de su sobrina Ting. La esposa lo descubre y al papá le dé un infarto. Terminan divorciándose y ella yéndose a vivir fuera del país. Él lo lamenta.

Singha y Waen empiezan siendo amigos y la relación se va desarrollando de a poquito. Mientras, todos los bromean, los hostigan, los acorralan y nos lo dejan vivir. Ellos se molestan, pero poco a poco van dándose apoyo en diversas cosas, hasta que se dan cuenta que sienten algo.

Deciden casarse por el papá de Singha. Waen ve a la ex de Singha que regresa y se pone celosa. Ella empieza a sentirse presionada por todos y por todo. Así que luego de casarse, durante la celebración, se escapa. La abuela consigue que se reconcilien.

Otro de mis personajes favoritos es Nuan, la mano derecha de Singha. ¡Es graciosísima! Hace montones de travesuras para juntarlos, pero al final siempre acaban descubriéndola.

Aunque la pareja protagónica estuvo muy bien, tenían mucha química y se acoplaban perfectamente, me gustó mucho la pareja de Dao y Thu y su hermosa bebé Tuk Tik.

Pero mis personajes favoritos fueron Dung y Nuan, que le pusieron el toque divertido en todo momento. Ellos fueron responsables de una gran cantidad de mis carcajadas.

Sumando, restando, multiplicando y dividiendo; es una muy buena comedia romántica. Vale la pena verla. Así que si se quieren olvidar del dramón que vivimos a diario en este país, Waen Dok Mai es el lakorn que los hará reír. Recomendando al cien.




miércoles, 20 de marzo de 2019

El rol de ‘la primera dama’



Hay temas que no quisiera tocar, por aquello de no herir susceptibilidades. Y es que la mayoría de la gente dispara de la baqueta sin tan siquiera darle un poco de pensamiento o analizar lo que se dice. Lo hacen desde la emoción, no del razonamiento.

Pero llega un momento en que hay que hacerlo porque las cosas se sacan de proporción y tanto se repiten hasta que las gente se las cree; aunque no procedan. Eso está ocurriendo con el rol de la primera dama.

Y lo digo porque muchos tienen una idea errada de sus funciones. Unos piensan que le corresponde el título de ‘honorable’ y otros creen que en la precedencia gubernamental va después del gobernador; entre otro montón más. ¡Mira que escucho cada cosa!

La primera dama ni es funcionaria pública, ni es electa por el pueblo por lo tanto, no le corresponde el uso del escudo de Puerto Rico. Por eso, el sello que esta administración ha creado utilizando el escudo, no debería ser porque no es para el uso de personas ajenas al gobierno y está destinado para cosas específicas. 

Además, ninguna primera dama, ni la de los Estados Unidos de América que tanto impresiona aquí lo que se hace allá, tiene uno. Algunas usan un logo que representa su oficina, pero eso es algo completamente diferente.

La primera dama tampoco tiene injerencia en asuntos gubernamentales ni toma decisiones de gobierno. Así que no debería aparecer su nombre en los carteles que anuncian alguna inversión o trabajo a realizarse. Tampoco es necesaria su presencia en cada firma de una ley.

No sé cuál es la idea de darle un rango que no tiene. Y es que las primeras damas, aunque pueda sonar algo fuerte, llegan a esa posición sólo porque se casaron con el gobernante. Son esposas, no funcionarias públicas.

Si miramos alrededor del mundo, ninguna toma un papel protagónico más allá de la proyección y la representación social. Eso, porque no les corresponde hacer otra cosa. Mucho menos tienen injerencia en las decisiones de las dependencias gubernamentales. 

Las cuestiones de gobierno son atendidas por sus esposos y ellas no intervienen. Y no estoy hablando de colaboración en proyectos especiales; que eso es obvio que lo hará. Estoy hablando de dictar política pública o de ejecutar la agenda de gobierno. 

La figura de la primera dama, más que todo, es de apoyo a la figura del gobernante. Es una posición de proyección pública. Nada más. Tan es así, que no aparece en la lista de agencias gubernamentales.

Por tradición, se establece una oficina donde ella se enfoca en hacer proyectos de corte social; por lo que no se le deben atribuir funciones que no tienen o tener injerencia en cosas que no le corresponden.

Y no estoy quitándole mérito a la posición ni a nadie. Lo que sucede es que no podemos sacar las cosas de proporción ni darle más valor o peso del que realmente tienen. Tenemos que empezar a poner las cosas en su justa perspectiva y dejar de mitificarlas. Porque las cosas, de tanto repetirlas, las gente se las cree.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Rojo ‘coqueto’


Toma de pantalla del vídeo de endi.com
En este país el uso del color está matizado, muchísimas veces, por la ideología política. Se juzga, se encasilla o se demoniza a la gente por el color que usa. Pareciera que los colores fueran propiedad de los partidos políticos.

Más increíble es cuando las administraciones llegan al poder y cambian los colores o sólo usan su color afín. Esto es muchísimo más marcado en las administraciones penepés.

Para ellos, el azul es una reafirmación ideológica y no cabe nada más. TODO es azul, hasta la ropa de los candidatos y/o funcionarios y no suelen salirse de allí. Es como una regla general.

Por eso es que me estuvo interesante que la comisionada residente Jennifer González usara una blusa roja, o en una tonalidad muy cercana, a la actividad donde el gobernador Ricardo Rosselló anunció que iría por la reelección.

Algunos de los comentarios que leí fue que iba vestida ‘con los colores de la bandera americana’. Otros podrían decir que usa el color del partido republicano de los Estados Unidos.

No seamos ingenuos, ella no hace campaña en los EE. UU., ella hace campaña en Puerto Rico y aquí su color es azul, no rojo. Desde siempre ha sido afín a su ideología asimilista y republicana pero nunca, por lo menos que yo recuerde (no estoy pendiente de lo que se pone), ha usado el rojo en un mitin político.

Ha utilizado ese y otros colores en diferentes actividades del día a día, pero en cosas proselitistas lo más cerca al rojo que he visto es el fucsia en su foto oficial como comisionada residente. ¿Por qué entonces ir con una blusa roja a una actividad del partido donde todo es azul?

Inmediatamente pensé que al utilizar ese color le estaba llevando un mensaje al país; no a los que estaban allí presentes. Esos son del corazón del rollo y no los tiene que convencer para que la apoyen.

Se dice que Carmen Yulín Cruz -y sí, ella es ‘el objetivo’ de su partido-, aspiraría a la comisaría residente en Washington. Esto podría hacer que se enfrenten en las elecciones.

Carmen Yulín Cruz tiene mucho arraigo en los Estados Unidos y si ganan los demócratas, tendría acceso a las altas esferas políticas y estaría en una muy buena posición de ayudar al país. Esto la hace una fuerte contendiente para cualquiera, no importa quién sea ni de qué partido.

Pero también, no nos podemos hacer los tontos, al enfocarse mucho en los EE. UU. descuidó lo que es su obligación con el municipio de San Juan. ¡Claro!, a esto hay que sumarle todos los bloqueos, las metidas de pie y las estrategias de la oposición para hacerla quedar mal. Eso, con sólo pensar un poquito, uno se puede dar cuenta.

Así que hay muchas personas molestas con la ejecutoria de la alcaldesa de San Juan, ya sea porque son de San Juan o porque se deja llevar por lo que se dice en las redes sociales. A la comisionada residente vestirse de rojo, está coqueteando con todos esos votantes que están fuera de su partido.

Es tratar desde ya, aunque todavía no se está claro si Carmen Yulín Cruz aspirará a la comisaría residente, de buscar adeptos fuera de su línea partidista e ideológica. Así que empezar a utilizar el rojo podría ser una señal de por dónde van los tiros.

Veremos si, a partir de ahora, la comisionada residente sigue utilizando el rojo. Es más, como se ven venir las cosas, podríamos comenzar a ver a muchos de los miembros de su colectividad utilizando el rojo ‘coqueto’.

Y no estoy diciendo que está mal o está bien, o que no debe usar el rojo o colores parecidos. Lo que digo es que en el ruedo político, hasta lo que hace un tiempo era inconcebible, ahora se está haciendo.

El analizarlo, desde el punto de vista de la estrategia de comunicación y de la proyección, es súper interesante. Muchísima tela hay para cortar. Esto puede darnos una idea de donde está parado cada quién. Así de interesante se está volviendo.

Y a lo mejor lo estoy ‘sobre analizando’. Podría alguno pensarlo o, a lo mejor, ser así. Pero da la gran casualidad que rara vez me equivoco con estos temas. Seguiré analizándolo y rumiándolo. Así que, continuaremos...