Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

sábado, 25 de marzo de 2017

Una de estas cosas, no es como las otras

La foto fue tomada de Internet con el único fin de acompañar la entrada.

Esta es la última trepadita que voy a hacer sobre el equipo #PUR y el Clásico Mundial de Béisbol 2017. Nos caímos y nos pelamos las rodillas -no perdimos los dientes-, nos levantamos, nos limpiamos las heridas, nos sacudimos el sucio y seguimos pa’lante tan felices y contentos como siempre. Bueno, no tanto.

Algo tenemos que agradecerle a este clásico, y es que nos ha dejado más que claro que, como indica el comercial publicitario, “una de estas cosas, no es como las otras”. Sip, “esa cosa” somos nosotros.

Cuando veo cómo algunos tratan de encajarnos donde no encajamos o empujarnos para que seamos lo que no somos, viene a mi mente la imagen de las hermanastras de Cenicienta tratando, de todas las maneras posibles, de forzar el pie en el zapato para que les quede. Al final, no hay manera.

¡Es que somos otra cosa! Lo acabamos de ver. Y no estoy diciendo que somos mejores o peores, simplemente que somos diferentes. Y eso es algo que nadie puede negar o cambiar. Estamos hechos de buena madera. La mancha de plátano está bien tatuada.

Todo mundo hablaba muy bien de nuestro equipo. No es para menos. Llegaron invictos al juego final como una máquina perfectamente aceitada. El empuje, la fogosidad, la pasión, la entrega, la alegría y los pelos amarillo pollito se hicieron sentir.

El resultado de esto es que cinco de nuestro jugadores -Yadier Molina, Carlos Beltrán, Carlos Correa, Francisco Lindor y Javier Báez-  fueron seleccionados en el equipo ‘todos estrellas del clásico mundial. ¿Todavía alguien tiene dudas?

Los comentaristas de ESPN hablaban todo el tiempo sobre la solidez del equipo, el trabajo magistral del cuerpo técnico y lo especial de la fanaticada. Señores, es que esto estuvo redondo. Esa fanaticada se dejó sentir, aunque les prohibieron el #puñeta y los panderos.

miércoles, 22 de marzo de 2017

#PUR, #LosNuestros


 Las casualidades no existen. Me parece que la vida se las juega, en ocasiones, de manera magistral para enseñarnos alguna lección. Lo importante es saber identificarlas y tratar de sacar el máximo provecho posible.

Pues hoy la vida nos pone en el camino una de esas ocasiones. Estoy segura que mucho podemos aprender. En el momento neurálgico en el que vivimos nos está poniendo a pensar en nosotros y en lo que realmente somos.

Y estoy hablando de nuestra idiosincrasia, de nuestra entraña, de nuestro potencial, de nuestra esencia. Estoy hablando de nuestra cría, de la madera que estamos hechos. Estoy hablando de lo que representa ser puertorriqueño.

La vida nos está dando bien duro; mucho más de lo que creemos podemos resistir. Pero siempre he escuchado que de las crisis es que surgen las mejores redenciones. Que ellas sacan lo mejor de cada uno y que de ellas es que afloran los cambios.

Hoy tenemos la final del Clásico Mundial de Béisbol en Los Ángeles, California, en los Estados Unidos de América. Nuestro equipo jugará contra el equipo de ese país. Pero también nuestra Mónica Puig estará debutando, más o menos al mismo tiempo, en el Abierto de Miami, en Florida, EE. UU..

Los triunfos de los nuestros en diferentes disciplinas deportivas y otros quehaceres de la vida, porque son muchos lo que lo están haciendo, nos dan una perspectiva que no veíamos porque la creíamos dormida. Están haciendo que nos miremos de otra manera.

Nos han estado demostrando una y otra vez que debemos tener más fe en nosotros. Nos están dejando claro que si queremos, podemos. Que si hacemos causa común podemos unirnos como pueblo, vencer todos los obstáculos y llevarnos por delante lo que sea.

Nos estamos dando cuenta que no importa lo que nos digan o las trabas que nos pongan cuando creemos en nosotros nos crecemos. Que podemos volar tan alto y tan libre como queramos.

Que sólo nosotros podemos hacer algo por nosotros mismos. Que podemos plantarnos firmemente en nuestros pies porque tenemos la capacidad para hacerlo. Que para lograrlo tenemos que enfocarnos, erradicar el chiquiteo, el complejo y los miedos.

miércoles, 15 de marzo de 2017

El traje nuevo del emperador



Mientras más pienso en la situación que está viviendo Puerto Rico con la denominada “Junta de Control Fiscal”, el por qué la tenemos y cómo lo ha manejado  la administración de turno, más pienso en la fábula del traje del emperador de Han Christian Andersen.

Y venga, que aquí muchos son corresponsables de lo ocurrido y lo seguirán siendo, aunque continúen tan felices lavándose las manos y repartiéndole la culpa a los otros. Por eso estoy convencida que lo primero que se debió hacer, como un acto de responsabilidad fiscal y ciudadana, fue auditar la bendita deuda.

Pero claro, a muchos no les convendría porque hubiesen quedado retrataditos. Así que mejor sepultar esa posibilidad para seguir teniendo el control y salvar gente. ¿Cuál es el miedo de que se audite?

¿Será que lo que dicen es la deuda realmente no lo es? ¿Será que la repartición de culpas no es cómo la han pintado? ¿Será que dejaría al descubierto a muchos y que resultarían ser los mayores responsables? Rumiándolo.

Para mí es inconcebible el circo que se ha armado para querernos hacer ver que el traje nuevo del emperador es hermoso, que está confeccionado con las mejores telas y que los bordados y los hilos de oro son de lo mejor.

Preocupante es para mí que muchos afirmen lo bello que es el traje y que lo alaben, que ensalcen y aplaudan sólo para quedar bien, para seguir la corriente,  por no darse cuenta de la realidad o por no querer entender que ha sido una tomadura de pelo.

Observo, escucho y leo. Trató de conectar lo que ha pasado en los últimos días, semanas y meses. Poco había dicho porque no quería disparar de la vaqueta; y es que resulta que la cosa no es tan simple. Mientras más lo miro, más me convenzo de que no estaba errada con mi pensamiento inicial y el análisis hecho.

jueves, 2 de marzo de 2017

La Princesa


Esta entrada la comencé a redactar el fin de semana. Pero por una u otra cosa, no la había terminado. Sin darme cuenta, de ser la última trepadita de febrero, pasó a ser la primera de marzo.

Es que estuve revisando y botando papeles. Muchos de ellos, por diferentes razones, han sobrevivido varías intentonas y amagues de ‘botadera’. En esta ocasión tuve menos compasión que en otras y boté inmisericordemente. Pero uno que otro logró salvarse otra vez, como es el caso que ‘La Princesa’.

Tropezarme otra vez con ‘La Princesa’ hizo que volviera a recordar una de las mejores etapas de mi vida universitaria; el vivir en la Residencia de Sagrado. No había tiempo para aburrirse. Fue una experiencia única y maravillosa. Quién vivió lo que yo, sabe de lo que hablo.

‘La Princesa’ era el periodiquito nuestro. No creo que deba de explicar el por qué del título. Por eso su nombre.. Jejeje La verdad es que después de casi 30 años, no me acuerdo si era mensual o semestral. Es que ha llovido un poquito y no me acuerdo.

Pues confieso que he tratado de descifrar la portada de la edición de diciembre de 1987, pero al final no tengo idea. Esta contaba con 16 páginas. La editora fue Jackie; presumo que Jackeline Báez porque sólo firma Jackie.

Tengo que decir que me divertí un mundo al volverla a leer. El diseño era rústico. ¡Claro!, todavía dominaban las maquinillas; así que era ‘cut’ and ‘paste’. Aún así era una publicación maravillosa porque el contenido era variado y liviano.

Me reí muchísimo con la sección ¿Sabía usted qué…?, que estaba a cargo de Laura López y Maribel Pérez. Tengo que decir que lo cierto era que pasaba cada cosa… y unas bastantes graciosas.

Una cosa que recordé, porque estaban listadas, fue la gran cantidad de actividades que realizaba el concilio de residentes, capitaneado magistralmente por Enid Echevarría. Que contaba con un equipo espectacular.