Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 30 de septiembre de 2018

Cinderella Chef, un drama ligerito pero bueno



Cinderella Chef es uno de esos dramas que desde el inicio resultan interesantes, te llaman la atención, se ven divertidos, la trama no te molesta y la pareja protagónica te hace ‘clic’, pero que por falta de subtítulos la dejas a mitad de camino.

No estoy muy segura cuándo la empecé a ver, si a finales de abril o a principios de mayo, pero fue casi desde sus inicios. Sólo había pocos episodios subtitulados. La iba buscando de vez en cuando, porque no lo estaban haciendo con rapidez. Pero, más o menos para el episodio 18, la cosa se paró. Vi algunos en RAW y el final, que me pareció bien, y la dejé para verla cuando la subtitularan.

Casi tres meses después de terminada, a principios de septiembre, visité una de las muchas páginas de dramas asiáticos, y vi que estaba subtitulada. Pero cual fue mi desilusión cuando no se podía ver ningún episodio. Entonces pensé que si estaba subtitulada allí, en algún otro lugar también estaría. Poco tiempo después la encontré.

Había pasado tanto tiempo, que cuando empecé a ver el episodio 18 estaba totalmente desconectada; así que la empecé desde el principio. Y fue hasta mejor porque al hacerlo corrido, no perdía detalles que antes se me escapaban.

Cinderella Chef, también conocido como ‘Meng Qi Shi Shen’ es una drama chino de 56 episodios, de aproximadamente 45 minutos. Está clasificado histórico, comedia romántica y viaje en el tiempo. Se transmitió del 23 de abril al 18 de junio de 2018, de lunes a miércoles, a razón de dos episodios diarios.  Se presentó por QQLive, un canal de ‘streaming’ creado por el conglomerado Tencent, una de las principales compañías de internet del mundo.

La historia, con esto del viaje en el tiempo, aunque es algo trillada es diferente. Ye Jia Yao es chef, pierde el trabajo y está buscando inversionistas para un concepto nuevo de cocina rodante para enamorados. No lo logra, pero llega un cliente que quiere tener su última comida antes de suicidarse. Le cuenta que luego de diez años trabajando en su invento, su profesor se lo robó. 

Él le va a enseñar el invento; que es una máquina del tiempo. Esa noche hay eclipse de luna roja. Le dice que la sortija es hecha de un material que no es de la tierra. Ella se la pone y en el momento que se tapa completamente la luna, la sortija se activa. Él entonces prende la máquina pero no funciona. Al mismo tiempo está esta chica huyendo y llega a un acantilado para suicidarse.

En el momento que la luna vuelve a estar roja se activa la máquina y se los traga. Se abre la dimensión y la chica entra en el cuerpo de la que se va a suicidar. Cuando despierta está amarrada y dentro de un carruaje. Ve la ropa que tiene y cuando se asoma, ve al inversionista; que resulta que se parece a alguien de esa época.  Primero cree que está en un show pero después se da cuenta que viajó en el tiempo.

Comedia al fin, primero se lo disfruta y piensa en los dramas históricos. Guarda la sortija en un paño y la esconde en sus ropa. Están comiendo y ella le pregunta al hombre para dónde la llevan. Él le dice que para casarla con el jefe del “Black Wind” (es como un feudo) porque él y todos necesitan una esposa.

Ahí se comienza a preocupar y ve este hombre guapo, Xia Chun Yu, comiendo en la mesa de al lado y dice que tiene pinta de protagonista. Entonces grita, corre y pide ayuda; pero él ni se mueve. Cuando los otros la están persiguiendo, él la salva. En la pelea, cuando él le da un giro por el aire, la sortija cae dentro de las ropas de él.

Ella, que es graciosísima, empieza a hacer su novela. Resulta que el galán, que está de espía para entrar a ese grupo, es un duque de otro reino. Se hacen pasar por esposos para entrar al fuerte. Logran entrar y entonces se separan. Ella descubre que no tiene la sortija y se da cuenta que cayó dentro las ropas de él.

Xia Chun Yu se encuentra con Bai Chong Ye, el líder del fuerte “Black Wind”, que lo salva de los soldados porque aparece como prófugo por algo que no hizo. Entonces lo encuentra y pasan varias cosas. Van a arrestar a Chun Yu y a Chong Ye y resulta que es el papá de la verdadera Jin Xuan. Para escapar, la secuestran. 

Ella era la prometida del hijo de un alto funcionario y su madrastra convence a su papá para que no la rescate y así su hija sea la que se case con el oficial. Al final, por enredos y cosas,  ella termina casada con el galán, que pasa a ser uno de los líderes del ‘Black Wind’.

Pasan mil cosas. Ella pone un restaurante; aparece un antiguo enamorado de ella, se enfrenta a una chica que es espía con su galán y que, además, está enamorada de él. Los protagonistas se van enamorando, se separan, se vuelven a contentar. Cada vez que peleaban, y en diversidad de ocasiones, ella añoraba la vida que tenía y quería regresar.

En fin, el drama tiene como dos partes, la primera en el fuerte y la segunda ya en la ciudad natal de él. Se enamoran, pero acaban divorciados. Resulta que uno de los príncipes es el que hizo el invento, que cuando pasaron a esa dimensión, entró en el cuerpo del príncipe. Así que él lo que quería era la sortija para regresar.

No había visto antes a los protagonistas (Zhong Dan Ni como Ye Jia Yao y Hsu Thassapak como Xia Chun Yu), pero la pareja me gustó mucho. Ella es graciosísima y él le hace la segunda. Tienen muy buena química. Te hacen reír pero también hacer cucharitas para llorar.

Los choques de las épocas son interesantes. Ella canta y baila y hace mil cosas. No aguanta la ropa de la época y se hace unos trajes bien locos. Sus restaurantes, porque tuvo varios, son famosos. También tiene que pelear con las intrigas de la que es su familia, las enamoradas de su esposo y de los envidiosos, entre para de cosas más.

El príncipe quiere la máquina para conquistar el mundo –está como Pinky y Cerebro- y no para regresar. Quiere que ella sea su reina. En la pelea final por salvar al mundo, se abre la dimensión y el inventor y ella regresan a la actualidad. Ye Jia Yao y Xia Chun Yu se veían, él en su dimensión y ella en la suya, cuando pasaba el eclipse de luna roja.

Esto pasó a dos años de ella regresar y luego a diez. En esa ocasión, ella regresa al pasado porque encontró en una tienda de antigüedades una llave que él le había dado y que simbolizaba su amor eterno. Entonces vivieron felices.

¡Este drama vale la pena verlo! Hay miles de enredos e historias, pero siempre se mantiene interesante. Como ya dijera, es livianita, pero divertida y muy buena. Recomendada.


domingo, 23 de septiembre de 2018

A 150 años del Grito de Lares, la reflexión es obligada



Hoy se conmemoran los 150 años del Grito de Lares. Me parece que es una excelente coyuntura para pensar profundamente y con seriedad dónde estamos como pueblo y como país. Mucho más importante, hacia dónde vamos.

No hay nada mejor que mirar la historia, pero con ojo crítico; no con fanatismo o visión miope. No resguardarse en cuentos de camino, ni desmereciendo lo que se hizo. Las actuaciones pasadas son el resultado de las situaciones y las circunstancias de ese momento histórico y hay que aceptarlas y aprender de ellas.

El 23 de septiembre de 1868, Puerto Rico declaró su independencia. Y, aunque fue por poco tiempo, debemos entender el porqué de eso. Fue una reacción a la situación que se vivía por la injusticia, el abuso, la corrupción, la tiranía y la ineficiencia gubernamental española, el desastre económico, los impuestos, el racismo, el hambre y muchas cosas más.

El pueblo comenzó a levantarse porque era lo justo; porque era necesario; porque querían dejar de ser colonia, querían dejar de que los pisaran y anhelaban convertirse en una nación, en un país soberano, como estaban haciendo los pueblos de toda la América. La libertad es el anhelo natural de todo ser humano.

Nosotros, desde que nos instituimos como sociedad en el siglo 16, hemos sido colonia; primero de España y después de los Estados Unidos de América. He allí el porqué el síndrome del colonizado está tan enraizado en nuestro ADN. Para muchos, gracias a Dios que no es para todos, el vivir bajo el dominio de otra nación es aceptable.

El adoctrinamiento es tanto, que prefieren vivir dominados. Lo más triste de todo es que la gran mayoría del pueblo cree ciegamente en los líderes que impulsan esto; aún cuando como resultado de la corrupción, los recursos llegan cada vez menos al pueblo. Pero como se vive de la emoción y del cuento, no les importa. Prefieren vivir engañados que enfrentar la cruda realidad.

Me parece interesante el argumento que algunos utilizan para pedir la anexión, que es la igualdad. ¡Pero si yo también la quiero!; pero no sólo con los ciudadanos estadounidenses, donde está cada vez más claro que allí la igualdad no existe, sino con los ciudadanos de todo el mundo.

Quiero vivir en un país soberano. Y basta ya de la respuesta infantil que muchos utilizan, que rápido mandan a uno a vivir a Cuba o a Venezuela. Esto sólo demuestra poco conocimiento y una pobre y limitada visión de mundo. Las gríngolas no les permiten apreciar la diversidad que existe y entender que, si queremos, podemos ser parte de la misma.

Debemos empezar a entender que estamos inmersos en un ambiente caribeño, luego latinoamericano y, al final, mundial. Que el mundo es amplio y que podríamos estar de tú a tú con las demás naciones; incluido EE. UU..

El no reconocerlo sólo demuestra el nivel de infantilismo político al que muchos son sometidos por los políticos. Tanto tiempo bajo este patrón parece que nos ha llevado a pensar que nada más es posible; que tendremos que vivir toda la vida sometidos a otra nación, a dejar que decidan por nosotros, a que seamos dependientes y a conformarnos con los que nos den.

Muchos dicen que nosotros sin los EE. UU. no somos nada. Que gracias a ellos es que nuestro país se ha desarrollado. Me parece que no se está viendo el cuadro completo y que no han mirado la historia. La primera parte del siglo pasado, ya estábamos bajo el dominio de los EE. UU. y, ¿qué teníamos? Muy poco.

Para muchos si somos independientes este país iría de mal en peor. Argumentan que la corrupción, la violencia, los abusos y todas esas cosas que tienen “las repúblicas” podrían afectarnos. Y por si acaso, los EE. UU. es una república, como muchísimas más.

Además, ¿no estamos mirando lo que está sucediendo en el país? ¿Es que todavía hay quien cree que esto está funcionando bien? El mal manejo de los recursos puede darse en cualquier sistema político.

Con la situación nuestra, más que claro ha quedado que la corrupción, el amiguismo, sacar ventaja y anteponer los intereses personales al bien común, no es único de los países independientes. Y es que esto no tiene que ver con el sistema, sino con las personas, su calidad humana y su compromiso con el país.

Como país, debemos enfocarnos en combatir la corrupción, resolver nuestros problemas, no permitirle a los políticos que sigan sacándole provecho al país y desarrollar un proyecto de país que realmente responda a nuestra realidad.

Y lo más importante, debemos educarnos. Educarnos en muchísimas áreas, incluida la política. Debemos aprender a pensar, a analizar las cosas, a poder compararlas y a llegar a conclusiones pensadas, no a repetir como el papagayo lo que otros dicen.

Debemos enfocarnos en trabajar por el bien común y no en sacar ventaja de todo. Que podemos caminar, aún cuando el gobierno no haga su trabajo. El huracán María nos dejó una gran lección; que es la sociedad civil, la comunidad, la que responde y la que tiene que tomar el control.

Clarísimo quedó que los dos gobiernos, el estatal y federal, fueron deficientes en su respuesta. Que si no llega a ser por la comunidad, por la diáspora y por las organizaciones y las compañías, esto hubiese sido mucho peor.

Este último año ha quedado más que demostrada la fuerza y la voluntad del pueblo. Quedó claro que podemos tomar el control de nuestro destino. Esa fuerza que tenemos y esa disposición, es lo que hará que la gesta realizada hace 150 años por esos grandes puertorriqueños, no sea en vano. Si no que, por el contrario, sea esperanza para aspirar a que Puerto Rico labre su propio destino porque si nos lo proponemos, podemos hacerlo.

martes, 11 de septiembre de 2018

Meteor Garden, versión china, ¡recomendada!



El primer drama japonés que vi fue ‘Hana Yori Dango’ (Boys Over Flowers), basada en el manga del mismo nombre, y me encantó. Confieso que he visto casi todas las versiones; menos dos. La indonesia porque no estaba subtitulada al inglés y tampoco me llamó mucho la atención y con la estadounidense no pude bregar porque la encontré pésima y sólo me bastaron dos minutos para salir corriendo.

Hace más de un año, si mal no estoy, había leído que iban a hacer la versión china. Con la experiencia de las últimas, pensaba dejarla pasar. Luego vi alguna promoción y me llamó la atención porque a la protagonista ya la conocía de otra serie que me gustó mucho. Así que decidí verla y no me arrepiento de haberle dado la oportunidad.

Esta nueva versión es una adaptación de la primera que se hizo del manga, que fue la taiwanesa ‘Meteor Garden’ (2001 y 2002). Lo más interesante es que la producción estuvo en manos de Angie Chai, la misma que hizo la versión taiwanesa que fue todo un éxito y por la que conocí a Jerry Yan, Vic Zhou y Barbie Hsu.

La nueva versión de ‘Meteor Garden’ cuenta de 50 episodios de 45 minutos. En China se transmitió en la plataforma de Internet de Mango TV. Por televisión abierta se transmitió del 9 de julio al 29 de agosto por Hunan Televisión, a razón de dos episodios diarios de lunes a miércoles. Internacionalmente su difusión estuvo a cargo de Netflix, donde terminaron siendo 49 episodios.

Esta versión me gustó muchísimo porque la encontré coherente y creíble. Creo que va cerquita o hasta empate con la japonesa. Lo que sí tengo claro es que ahora, luego de ver la china, la versión coreana no queda muy bien parada porque hasta algo estereotipada me parece.

El que conoce la historia original y ha visto las diferentes versiones, sabe más o menos la línea de todo lo que va a pasar, pero resulta muy refrescante darse cuenta que aún así, despierta el interés por verla. Por lo menos, eso fue lo que me pasó a mí. Me aventuré a ver el primer episodio y acabé enganchada.

Mucha culpa de esto por la pareja protagónica de Shen Yue como Dong Shan Cai y Dylan Wang como Dao Ming Si. De las diferentes parejas, es una de las que tiene más química. Además de que la historia de ellos está más sólida que en otras versiones y la fueron construyendo paso a paso.

Los F4 me encantan. Los cuatro tienen muy buena química entre ellos y realmente parece que son amigos de toda la vida. Para mí, son los F4 más guapos de todas las versiones. Además, como ya son universitarios, los personajes son más centrados y maduros. No como en otras versiones que son unos creídos niños de papi y mami. Son emprendedores, trabajadores y con una amistad a prueba de todo. Me quedo con estos.

¡Y claro!, siempre hay algo que una piensa que estuvo de más, que se debió obviar o eliminar pero, sumando y restando, está bastante bien. Algo de eso tiene que ver con las historias de Feng Mei Zuo y de Yan Ximen.

La historia de amor de Mei Zuo, pudo haberse acortado o eliminado. La encontré algo innecesaria. Igual la historia de amor de Ximen y Jiang Xiao You, la amiga de Shan Cai. Acá entre nos, no los hubiera juntado. No me gustaba la actriz ni cómo personificó el personaje. Y me di cuenta cuando empecé a avanzar sus escenas, aún cuando eran con Shan Cai.

Sumando y restando, es un buen drama y una buena opción para quien quiera comenzar a ver dramas chinos. Mucho más porque, como muchas otras series asiáticas, está disponible en Netflix. Así que no sería mala idea, darle una oportunidad.