Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

martes, 30 de abril de 2013

El día internacional del trabajador, fecha que debemos recordar


El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro. (José Martí)

El 1ro de mayo, día internacional del trabajador, es una fecha especial que nunca debemos olvidar. Aunque no la celebramos en Puerto Rico, siguiendo la línea de los Estados Unidos de América, a nivel internacional sí se hace. Debe ser una fecha, más que todo, para reflexionar y poner en perspectiva el significado del trabajo, las relaciones obrero patronales y los derechos y responsabilidades de cada parte.

Es meritorio mencionar que la celebración de esta fecha se origina por una lucha de los obreros estadounidenses por una jornada de trabajo de ocho horas. Ésta se fue cuajando durante casi todo el siglo XIX, pero no fue hasta el 1886 que el entonces presidente de los EE.UU., Andrew Johnson, firmó la Ley Ingersoll, que establecía la jornada de trabajo de ocho horas. Luego de esto, 19 estados promulgaron leyes similares.

domingo, 21 de abril de 2013

Para creer, hay que confiar


Esto es una reflexión. Espero que se tome como tal. Pueden pensar que soy anti lo que quieran; pero no es así. Sólo trato de entender y darle sentido a las cosas. No sé si el estar todo el tiempo hablando de opinión pública, cómo se manipula, las técnicas para hacerlo o qué, tiene que ver pero lo cuestiono todo. Podrían estar o no de acuerdo y es válido. Y es que la base de todo es la confianza. Si no confías, no crees. Y este principio aplica a todos los aspectos de la vida. 

Luego de estar toda la semana discutiendo con varias personas los acontecimientos relacionados al atentado terrorista perpetuado en la ciudad de Boston, en el estado de Massachusetts, en Estados Unidos, quedé convencida de que para creer, hay que confiar. Ahora no tengo ninguna duda. La discusión que se dio, que siempre se mantuvo en un ambiente de respeto, fue una interesante. Me di cuenta que no importaba lo que cada quién argumentara, ninguna cambiaría de idea o de manera de pensar. No importa lo que te digan, lo que traten de explicarte y cómo; la fe y la confianza son fundamentales para poder creer.

Y eso me hizo “treparme en la sillita”. Tratar de poner en perspectiva -desde mi punto de vista- la situación, los conceptos, lo que creemos, en lo que confiamos; la fe que ponemos en cosas, instituciones y/o personas y todas las posibilidades que pueden existir. Es que las cosas ni son blancas, ni son negras; siempre hay mucho gris. Y, casi siempre, la respuesta se encuentra en el espectro de gris y no es la blanca o negra que te dan; sino la gris que uno descubre.

lunes, 15 de abril de 2013

La historia, nuestros próceres y los feriados…


José de Diego. Imagen de la página de la
Cámara de Representantes de Puerto Rico
Siempre he pensado que una de las cosas más sagradas que tiene un país es su historia. En ella vemos cómo se fue marcando el camino y se fue logrando el desarrollo de una sociedad. La historia conjuga la cultura, el idioma, la educación, la religión, la política, los conflictos, los grandes hombres que le han servido; en fin, lo que se fue viviendo el día a día desde que se comenzó como sociedad, resultando en lo que es en la actualidad. Esto es lo que le da a un pueblo su razón de ser y lo encamina hacia el futuro.

Muchísimas naciones valoran su historia, sobre todas las cosas. Son orgullosos de lo que fueron y de lo que son. No dejan morir eso que los marcó como pueblo y los hizo crecer. Defienden a capa y espada su historia y su tradición. Mis respetos a esas sociedades.

Lamentablemente en Puerto Rico, por ignorancia, miedo, complejo y/o el síndrome del colonizado, entre unas cuántas más, esto no es así. La cultura, la historia, los grandes hombres y el idioma, entre otras más, son esas raíces fuertes que se supone aguantaran ese gran árbol que es nuestra idiosincrasia puertorriqueña. Un árbol que debería ser maravillosamente frondoso por todos esos haberes históricos que tenemos -y seguimos teniendo- pero que nos han ido podando poco a poco hasta resultar ser un bonsai. Lo peor de todo es que por servilismo, vagancia, comodidad o dejadez lo hemos permitido. 

jueves, 4 de abril de 2013

Cuando sea grande, quiero ser como…


“Cuando sea grande, quiero ser como…”; es una de las frases que usamos cuando somos pequeños y alguien nos impresiona o cuando ya siendo adultos, vemos en esa persona que admiramos un modelo a seguir. Son personas que nos marcan, son personas que nos motivan, son personas que nos inspiran. Esos modelos son los que necesitamos desesperadamente emular en nuestro país. 

Pero cada vez más complicado lo tenemos porque como sociedad estamos perdiendo nuestros valores. Da pena ver en lo que nos estamos convirtiendo. Somos cada vez más egoístas, más individualistas, más egocentristas, más violentos y más irresponsables. Somos cada vez menos tolerantes, menos solidarios, menos compasivos, menos caritativos, menos considerados, menos humanos; en fin, vamos perdiendo el don de gente. 

Los modelos que muchos miran son esos que confrontan, esos que bravuconean, esos que hacen trampas, esos que son corruptos, esos que le faltan el respeto a los demás, esos que gritan, esos que fanfarronean, esos que se creen guapetones de barrio, esos que critican, esos que se burlan, esos que hacen chanchullos, esos que buscan el lucro personal y no el bien común, esos que no aportan nada bueno a mejorar esta sociedad, esos que son pobres de espíritu. ¡Esos son los que muchos admiran!.