Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 4 de diciembre de 2016

Cien mil firmas por Oscar López


En el momento que escribo esta entrada, faltan alrededor de doce mil firmas para completar las cien mil que se necesitan para que Casa Blanca atienda la petición de excarcelación de Oscar López, antes de que Barack Obama complete su segundo y último término como presidente de los Estados Unidos de América.

La fecha límite es el 11 de diciembre de 2016. Si se llega a la meta, Casa Blanca tendrá que responder a la misma. Así sabremos si Obama le da el indulto a Oscar. De no hacerlo, lo interesante será saber el por qué de la negativa; y eso puede dejar clarísimo -como si no lo fuera ya- el trato de colonizados que siempre nos han dado.

Después de esa fecha, nadie sabe lo que pueda pasar. Pero a lo mejor quien lo excarcele podría ser el próximo presidente. Interesante sería, y una gran golpe para los demócratas, que Donald Trump fuera el que lo liberara. Habría que ver, si al final Obama no accede. 

No es la primera vez que me trepo en la sillita por Oscar López y tampoco podría ser la última. A veces es frustrante leer cualquier cantidad de cosas. Pues resulta que se dicen medias verdades, informaciones incorrectas o suposiciones; porque muchas de ellas no se pudieron probar. Por eso la acusación fue por ‘sedición’ no por terrorismo. Si nos educáramos…

No vamos más allá, no corroboramos la información, tampoco consultamos diferentes fuentes y las comparamos. No conocemos nuestra historia; mucho menos ubicamos los acontecimientos en tiempo y espacio. El hacerlo podría darnos unas perspectivas interesantes para entender el por qué de algunas acciones. Pero no lo hacemos. Preferimos que otros piensen por nosotros y nos digan cómo pensar.

Nos quedamos con lo que ‘alguien’ dice sin hacer un análisis crítico. Siempre le digo a mis estudiantes que no crean ciegamente lo que les dicen y que duden de las cosas, hasta las que yo les digo. Que ellos corroboren todo, que hagan su análisis y que lleguen a sus propias conclusiones.