Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

viernes, 29 de mayo de 2015

Piel de cebolla...

La piel de cebolla es tan y tan fina, que puse la cáscara...

No sé si es por el calor del trópico, por el agua, por los polvos del Sahara, porque somos caribeños o porque estamos en ruta de huracanes. No sé si es por el ‘síndrome del colonizado’, o porque nos gusta criticar. No sé ni por qué. El caso es que tenemos la piel finita, de cebolla, y reaccionamos a cualquier cosa, como si fuera una tragedia.

Y me disculpan si lo que voy a decir no le gusta a algunos; pero creo que en este país debemos dejar el drama. Tenemos que dejar de criticar desde las gradas y bajarnos al ruedo. Empezar a agarrar el toro por los cuernos, no por el rabo. Ponernos a mirar las cosas de frente, con todo lo que eso implica. Desmenuzar las cosas, no cogerlo todo ‘literal’.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Instrucciones


“De dos a tres páginas; no una y media ni una y tres cuartos (hasta la última línea de la segunda página); podrían ser más páginas pero siguiendo el mismo principio. Márgenes de una pulgada alrededor del papel. Espacio sencillo; el ‘spacing’ en 0. Letra Times Roman o Arial a 12 puntos. Tinta negra sobre papel blanco. Nombre, número de estudiante y fecha, deje un espacio; luego ponga el título, deje un espacio y comience a redactar”. 

Convulsos. Así deben haber quedado algunos que hayan leído esto y que lo hayan vivido. Y es que estas son las reglas básicas de redacción en mis cursos. Lo primero que hago cuando voy a corregir un trabajo es revisar minuciosamente el documento; que todo esté en orden y que no tenga ‘engañitos visuales’. Luego la gramática y la ortografía y después el contenido en sí. 

No seguir instrucciones, conlleva la pérdida de puntos. El que sigue las reglas, de entrada, tiene la mitad de la pelea gana porque toda mi atención estará concentrada en el contenido, y no tendrá mucho rojo en el papel; bueno, depende... 

martes, 19 de mayo de 2015

En la recta final


 No hay cosa más maravillosa que ver la alegría y la satisfacción en las caras de los estudiantes una vez han terminado su semestre o su grado académico. Mucho más cuando han pasado el Niágara en bicicleta por tantos retos que tuvieron que afrontar durante ese tiempo. Estos últimos días he estado viendo en los medios sociales, pero sobre todo hoy, la euforia por el logro alcanzado. ¡Felicitaciones! Y por eso, esta trepadita.

Ya pronto hay graduación. Yeah! Y muchos de los que se gradúan de relaciones públicas y producción de eventos pasaron por mi salón. Así que aquí un mensaje para ellos, principalmente. No se pudieron escapar de la última cantaleta. Jejeje Y es que dentro de esta euforia, hay que poner los pies firmes sobre la tierra porque más rigurosidad, ética y compromiso deben tener. Así que aquí estoy yo, como siempre... 

Podrán escuchar por ahí que no hay oportunidades de empleo en el campo de la comunicación. Creo que esto ya lo hemos hablado hasta la saciedad, pero vuelvo y se los repito. No dejen que nadie los limite. El que quiere, el que es bueno, el que está preparado, el que tiene curiosidad intelectual, el que es creativo, el que sabe, el que conoce, el que acepta el reto, el que entiende que siempre tienen que aprender; ese, siempre tendrá trabajo y logrará lo que se proponga.

domingo, 3 de mayo de 2015

La puerca entorchó el rabo y los huevos se pusieron a peseta...


Ahora sí. Se acabó. Llegó la hora cero. Ya no hay vuelta atrás. ‘La puerca entorchó el rabo’ y ‘los huevos se pusieron a peseta’, como dicen por ahí. ¿Los huevos se pusieron a peseta?, ¡A cinco pesos! Espero que rezar, no sea lo único que nos quede por hacer.  

Como todo lo que sucede en este país, esta situación de la reforma contributiva y su aprobación, pasó al plano de lo surrealista, lo macondino, lo dantesco y lo kafkiano; todo junto. Fanáticos del dramatismo como somos, cada quién se atrincheró en su posición y disparó, a conveniencia, para que resultara vencedora su postura. 

Aclaro aquí, porque quiero que conste, que no estaba a favor o en contra del proyecto de reforma contributiva recién derrotado; sino que mi gran interés siempre fue saber si con ella íbamos o no a poder salir del hoyo al que nos empujaron las diferentes administraciones rojas y azules.