Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

sábado, 18 de octubre de 2014

Con cabeza fría...


Toda la semana estuve arrastrando la sillita porque quería treparme, pero por una u otra cosa, no lo hice. Ayer, con lo del despido de toda la plantilla de noticias en Univisión Puerto Rico –que me solidarizo con los comunicadores que ahí laboraban porque a muchos los conozco- la planté y empecé a encaramarme porque quería decir muchas cosas. Pero de momento me acordé de algo que siempre aconsejo: ‘Piensa. Luego escribe con cabeza fría’, y a regañadientes me bajé. 

Ya con las aguas casi llegando a su nivel, pero pensando igual, comparto mi punto de vista sobre esta situación y muchas cosas más. Aquí ha habido mucho de todo y me parece importante poner esto en perspectiva. Como siempre digo, alguno no podría estar de acuerdo con lo que digo, pero no pasa nada porque cada quién está en su derecho de pensar lo que mejor entienda. 

lunes, 13 de octubre de 2014

El 'efecto huracán'



¿Por qué tengo que estarme encaramando de esta manera? ¿Por qué? ¿Por quéééééé? Es que no me queda de otra; la verdad. Este paisito macondino, dantesco y kafkiano no me da otra
posibilidad. Y lo digo por las cosas tan absurdas que pasan en este país. Esto de los huracanes es como un paso de comedia, pero a veces adquiere proporciones insospechadas, como lo que hizo que me trepara en la sillita.

Tengo que confesar que fue ayer que me di cuenta que Gonzalo nos ‘visitaría’.  He estado pendiente de los medios sociales; hoy mucho más, pero nada fuera de lo normal. Es más, ni al supermercado fui porque no necesitaba nada, tampoco gasolina; así que nada de salir despavorida a arrasar con el supermercado ni a hacer largas filas en la gasolinera. ¿Por qué siempre hacemos lo mismo? Desde ayer estoy diciendo que no va a pasar mucho.  Sólo tenemos que estar preparados y esperar. No podemos hacer más. Esa es la naturaleza y con eso tenemos que bregar.

Realmente no sé por qué tanto agite. Estamos en zona y en época de huracanes; aunque la verdad, Gonzalo nos rompió la curva. Este mes es de brujas, calabazas, gatos negros y murciélagos no de huracanes; pero bueno, así nos tocó, así hay que lidiar con él. No sé por qué tanta histeria y tanto sensacionalismo. Quiero estar informada, no amedrentada. La información es importante, pero sólo debe darse información, no llevarla a extremos alarmistas. Entonces, ¿por qué este pandemonio?

domingo, 5 de octubre de 2014

El 'efecto bandera'

Esta entrada, que va a ser cortita, más que una crítica es una observación; algo que vengo rumiando desde hace tiempo. Los que me conocen saben que antes de decir o escribir algo es porque lo he reflexionado; bueno, no siempre. Jeje A veces se va sin filtro; pero siempre buscando construir, no destruir. Y la pongo por acá y no en el blog de protocolo porque tiene más pinta de sillita.

Y es que cada vez estoy más convencida de lo que yo llamo ‘el efecto bandera’.  Es la utilización de uno de nuestros símbolos nacionales como “pieza” de exacerbación. Y que se entienda que la acepción de la palabra exacerbar que estoy utilizando es la de "intensificar, extremar, exagerar"; nada que ver con irritar, causar enojo o agravar. ¿Estamos claros?

Y es que siempre veo, y esta es mi apreciación, que cuando se le tranca el bolo a cualquiera, cuando no están encontrando el efecto esperando, cuando otra cosa le falla, ahí sacan la bandera y todo cambia; es la salvación, es hacerlos creer, es lograr la empatía, es echarse al bolsillo a los demás... Sacar la bandera se ha convertido en el ‘en caso de emergencia, rompa el cristal’. ¡Y qué muchos cristales se han roto! Y no estoy diciendo que está particularmente relacionado a los ejemplos que estoy utilizando aquí; pero es algo que lo vemos todo el tiempo y en muchos campos.

miércoles, 1 de octubre de 2014

“Si es por escribir, escribimos todos”


Me pasa lo mismo de siempre; digo que no voy a escribir sobre algo y acabo trepada en la sillita. Esta semana, que es la del relacionista, la iba a tomar de “vacaciones” y no me iba a trepar pero aquí estoy “encaramá”. Y es que hay mucha gente que ha estado cuestionando nuestra profesión, la necesidad de una licencia para “hacer” relaciones públicas y el por qué se quiere regular la profesión. Pues aquí vamos.

¡Ah!, y antes que se me olvide, sigo viendo los “relacionistas públicos” choretos... Otra vez vuelvo y digo, que el término correcto es relacionista. Y para el que todavía tenga duda, las relaciones públicas es “un proceso de comunicación estratégica que construye relaciones mutuamente beneficiosas entre la organización y sus públicos”. A ver cuándo entenderemos que esto es mucho más serio de lo que muchos creen y cualquiera no lo puede hacer. 

Porque digo yo, “si es por escribir, escribimos todos, pero sólo algunos son escritores”. Con eso quiero empezar esta reflexión porque una cosa es hacer las cosas y otra saberlo hacer. Y lo comento porque una colega trajo a mi atención un comentario que hizo una persona respecto a la licencia del relacionista donde decía que para escribir un comunicado no había que licenciarse.