Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

miércoles, 22 de julio de 2020

¿Privatizar iba a ser mejor?



Para justificar el privatizar los servicios del gobierno, se dijo que sería mejor. Que iban a ser más ágiles, habría mejores recursos, serían más eficientes, el servicio mejoraría y resultaría beneficioso para la ciudadanía. Hubo quién se creyó el cuento; yo, no.

¿Y por qué digo esto? Porque yo estaba clara que el privatizar un servicio no era garantía de que fuera a ser mejor. El problema no estaba en que fuera público o privado, sino en cómo se manejaba, cómo se supervisaba y los recursos que tenían, entre varias cosas más. 

Tan pronto empecé a escuchar el cuento, pensé en las técnicas de manipulación atribuidas a Chomsky, pero que su verdadero autor es el escritor francés Sylvain Timsit. Pensé en dos de ellas, ‘crear problemas y ofrecer soluciones’ (problema-reacción-solución) y la de ‘gradualidad’. 

En la estrategia de crear problemas y ofrecer soluciones se tiene la idea de cambiar algo, pero como la gente protestaría o no lo aceptaría, se desatiende, no se le dan los recursos, se deja que se deteriore, etc. Esto, para crear un problema y que sea la misma gente la que pida que la situación cambie. 

Así, lo que se quiso hacer desde un principio, se logra sin que se haya tenido que imponer o presionar para hacerlo. Y justifican la medida tomada porque lo pidieron las personas, aunque hacerlo siempre fue la idea desde el inicio.

En la estrategia de gradualidad, muy de la mano de la anterior, se va haciendo poco a poco porque hacerlo de una vez podría tener la oposición del pueblo. Así que primero se recortan fondos, no se actualiza el sistema, se eliminan puestos de trabajo y luego se congelan plazas, entre otras cosas, de manera que el deterioro sea gradual. 

Al final, se busca que el pueblo acepte sin problemas las ‘nuevas soluciones’ para mejorar los servicios y que se pueda hacer los que se buscó desde un principio. ¿Aplican o no a la situación de la privatización?

Y que conste, no estoy diciendo que todas las privatizaciones han resultado mal porque algunas han mejorado el servicio; sino que otras no están siendo bien manejadas y seguimos igual o peor. Pareciera que se hicieron para beneficiar a terceros y no para ofrecer un mejor servicio al pueblo. 

Ahora, tenemos muchísimos servicios privatizados. ¿Esto ha garantizado su buen funcionamiento o servicio? En algunos casos, sí. En otros los costos de los servicios han aumentado, la promesa de nuevo equipo o actualizaciones no se percibe, se da prioridad a otras actividades y hasta problemas técnicos o tecnológicos aparecen; entre otros más.

Pienso en lo peajes, las lanchas, el agua, la telefonía y las diferentes situaciones en el Departamento del Trabajo, entre otros.

Muchísimas dependencias del gobierno central y municipales y corporaciones públicas están privatizadas. Y podríamos sorprendernos si vamos al registro de privatización en la Oficina del Contralor (https://www.ocpr.gov.pr/registros/registro-de-privatizacion/).

Y ahora, el sistema eléctrico. Muchísimo tiempo estuvieron diciendo los trabajadores que había falta de mantenimiento, que no se actualizaba el sistema y muchas cosas más. Ahora, pasa a manos privadas con la promesa de que va a ser diferente. ¿Realmente lo será? Veremos.

Ahora bien, y aquí mi punto, no porque un servicio se privatice va a ser mejor. Lo que hizo falta en su momento, y lo que siempre seguirá haciendo falta, es voluntad y compromiso con el país y su gente. Es ‘meterle mano al asunto’ no privatizarlo para salir del problema.

¿Por qué los servicios públicos funcionan en muchos países? Porque se trabaja para ello. Porque los gobiernos entienden cuál es función y la acatan. Porque buscan mejorarlos y que respondan a las necesidades de las personas, no salir de ellas.

Si se hubiesen administrado efectivamente, se hubiese actualizado el sistema a tiempo y se le hubiese dado el mantenimiento requerido, si se hubiese adiestrado al personal, se le hubiese capacitado en diferentes aspectos, tanto en supervisión como en el servicio al cliente; el cuento hubiese sido otro.  

Lo que quiero con esta trepadita es que reflexionemos sobre cómo se hacen las cosas y para qué. Que tengamos claro que porque algo se privatice no va a ser mejor. Que el gobierno puede ofrecer excelentes servicios y que no tiene que privatizarlo todo. 

Esto dependerá del nivel de compromiso y la voluntad que se tenga para afrontar las situaciones y resolverlas y, más que todo, del amor que se le tenga a la patria.


La ilustración fue tomada de Internet sólo para acompañar el escrito. 

martes, 21 de julio de 2020

Debemos salirnos de la caja, ya.


El que me conoce sabe la lucha incansable, tanto fuera como dentro del salón, por hacer valer la profesión de las relaciones públicas. Porque sí, porque es una profesión y se estudia y quien quiera ejercerla, tiene que prepararse. 

En Puerto Rico se ofrecen grados hasta nivel graduado y se exige una licencia para ejercer las relaciones públicas. La renovación de la licencia conlleva educación continuada; elemento importante para mantenerse actualizado y realizar un mejor trabajo. Esto, deja claro el nivel de profesionalismo que existe en el país. 

Ahora bien, con acontecimientos recientes, tanto en Puerto Rico como en otros países, me di cuenta de algo muy importante; que tenemos que trascender al grupo profesional. Nos estamos hablando nosotros mismos y nos damos de palmaditas unos a otros.

Y no me malinterpreten, eso es importante pero tenemos que ir más allá. Tenemos que hablarle y convencer a quien tiene el poder decisional y contrata a profesionales porque si no, nos quedaremos en lo mismo. 

Nosotros sabemos qué hacer, cuándo y cómo hacerlo. Somos los llamados a desarrollar las estrategias de comunicación de una persona, dependencia gubernamental, organización o empresa. 

Estamos capacitados para desarrollar un mensaje pertinente, claro y preciso, establecer líneas de comunicación, fortalecer relaciones con los públicos y buscar un cambio de opinión o consolidar una reputación; entre muchas otras cosas más.

Y es que viendo los ocurrido en las últimas semanas, los líderes, ya sean de gobierno o de empresas, toman decisiones equivocadas en cuanto a cómo manejar la comunicación o las relaciones con sus públicos. Usan tácticas erradas, cometen errores y después no los aceptan, hacen uso de la propaganda y muchas cosas más.

Segura estoy que un relacionista no apoyaría estas cosas. Pero, la decisión final no recae en él. El relacionista recomienda, como especialista en comunicación. El acatar la recomendación está en manos de la gerencia o el cliente.

Y aquí es que viene la razón de esta trepadita. Debemos empezar a educar a quien tiene el poder decisional. Enseñarle la importancia de las recomendaciones de los relacionistas. Mostrarle el efecto de no hacer las cosas como se le recomiendan en lo que les importa; la ganancia, la venta, el dinero.

Muchas de las empresa exitosas tienen líderes que consultan a los profesionales y siguen sus recomendaciones porque saben el valor que tiene para su empresa ese ‘expertise’. Se dejan guiar porque confían en sus asesores en comunicación y saben de su importancia para la empresa y el posible efecto al no hacer lo que le recomiendan.

Tenemos otros que piensan que una persona en comunicación es un niño del mandado y que tiene que hacer lo que le dicen, haga. Que su opinión se limita a decirle de qué lado queda mejor en la foto o que tiene que buscar publicar cualquier cosa que haga, así sea rascarse el codo.

Debemos buscar que los líderes de empresas, oganizaciones y dependencias gubernamentales reconozcan la importancia de la comunicación y de contar con un profesional. Que entiendan que deben darle la oportunidad y dejarse guiar. Que quien sabe de estrategias de comunicación es el relacionista.

Que no es hacer lo que ellos digan ni como ellos digan. Ver tanta decisión desacertada me ha puesto a pensar. ¿Cuánto se respeta nuestro trabajo? ¿Por qué no se le da el espacio al relacionista, como estratega de comunicación que es, a hacer lo que tiene que hacer?

¿Entienden los líderes el efecto de lo que hacen? ¿A qué se debe que busquen personas no cualificadas ni con los credenciales para ocupar estas posiciones? ¿Es más fácil decir qué hacer que aceptar la recomendación del experto?

Creo que tenemos que reenfocar esto y buscar tener un acercamiento más directo con los que toman las decisiones y contratan personal de comunicación. Mientras no lo hagamos, nos quedaremos en la periferia llamando la atención -como yo- sobre lo que no se hace bien. 

Estamos en un momento idóneo para hacerlo. Los líderes deben entender la importancia de dejarse guiar por un profesional de la comunicación. Hay que educar a los directivos que toman decisiones. Salgamos de la caja, ya.


Ilustración gratuita sacada de https://www.pngegg.com/es/png-wogim

martes, 14 de julio de 2020

De responsabilidades, repartición de culpas y modelaje


Estamos en un repunte de los casos de COVID-19 en Puerto Rico. Lamentable por demás que después de habernos estado guardando por tanto tiempo, se bajara la guardia y la cosa se saliera de control. ¿De quién es ‘la culpa’?

Aún cuando creo que tenemos bastante claro que en esto del covid-19 la salvación es individual, no podemos perder de perspectiva que también es el resultado del esfuerzo colectivo y la dirección de nuestros líderes.

He leído en medios sociales a muchos responsabilizando a los demás del brote porque están ‘al garete’. La gente es la culpable. No estoy diciendo que no lo sean; sino más bien, que son corresponsables de lo que está pasando. 

Es que inmediatamente vino a mi mente una de las técnicas de manipulación atribuidas a Chomsky; la de reforzar la autoculpabilidad.

Esta técnica de manipulación busca que las personas crean que sólo ellas son culpables de sus propias desgracias como resultado de no tener suficiente inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos y son los únicos responsables por las cosas que pasan. 

Pues vuelvo y digo que, en parte, porque también es responsabilidad del estado y de los líderes políticos y gubernamentales. Llevo observando esto desde hace tiempo y poco había dicho. Pero luego de la conferencia de prensa de ayer, me trepo en la sillita.

Es interesante ver cómo las conferencias de prensa de la gobernación, más que orientar a los ciudadanos parecen un regaño continúo por ‘lo que se está haciendo mal’, como si fuéramos niños, y hasta se amenaza con volver al resguardo obligatorio y al toque de queda.

Y no estoy diciendo que las personas están cumpliendo con todo. Pero aquí hay muchos otros factores que abonan a la situación. Por ejemplo, el libre acceso a vuelos de las principales ciudades de los Estados Unidos. Ese país está en descontrol respecto al covid-19, con la mayor cantidad de infectados y con más muertes.

Y, como resultado de esto, al estar la situación tan difícil en los EEUU, Puerto Rico es una ‘buena opción’ para visitar. Muchísimos puertorriqueños y turistas están llegando a la isla. Algunos, sin tomar las medidas necesarias para evitar contagios. 

Ya varios casos hemos visto en los medios de comunicación. Reuniones familiares, turistas sin mascarillas, personas que no quieren que les tomen la temperatura en el aeropuerto, gente que no guarda la debida distancia ni cumple con las medidas de higiene recomendadas, etc. 

Todo esto abona y es parte de la responsabilidad ciudadana y del compromiso con el colectivo. Hay que cuidarse y protegerse por uno, pero por los demás también. Pero no toda la responsabilidad es de la gente.

Hay algo que mucho peso pudo haber tenido en este ‘al garete’ que se ha suscitado en las últimas fechas y es importante que lo miremos de frente. Y aquí hay una cuota de los líderes y los políticos. 

La responsabilidad es compartida, pero los llamados a liderar y dar el ejemplo son los funcionarios de gobierno. ¿Cómo es que mientras la mayoría de la gente está resguardada los políticos y los líderes violan las indicaciones que ellos mismos impusieron? 

Y digo esto porque, si lo miramos fríamente, llevan meses diciéndonos que tenemos que estar resguardados, que tenemos que usar mascarillas, que tenemos que estar a una distancia prudente y que debemos evitar aglomeraciones para evitar contagios y hasta toque de queda tuvimos. Eso, para ‘el de a pie’, pero ellos no lo cumplen. 

Muchísimo hemos visto en las redes sociales de las caravanas de los diferentes candidatos de los partidos principales, donde no se guarda ninguna de las medidas que se ha dicho hay que contemplar. Hemos visto muchos políticos sin mascarillas o con ella en la barbilla, besos y abrazos, también sacándose fotos con personas de grupos de alto riesgo y muchas cosas más. 

También las reuniones en espacios cerrados. Cuando había restricciones para que las personas velaran a sus familiares, limitando al mínimo los que pudieran estar, se hace un velatorio en una cancha y la gobernadora asiste. Pero para el resto, fue diferente y muchos no pudieron despedirse de sus seres queridos.

Entonces, ¿cómo quieren que la ciudadanía respete y siga las indicaciones si los líderes, que son los llamados a dar el ejemplo y hacer modelaje, se le sientan encima a lo mismo que ellos recomiendan? ¿Por qué ellos sí y los demás no?

Ayer, luego de la conferencia de prensa, y del ‘regaño de turno’ a la ciudadanía, en las redes sociales pudimos ver vídeo y foto de la gobernadora haciendo campaña. Estaba con un grupo de seguidores, en un lugar cerrado, la gente sin guardar la debida distancia y algunos dentro de los grupos de riesgo. Entonces, ¿de qué estamos hablando?

¿Se dice una cosa para la ciudadanía, pero se hace otra con los suyos? ¿Cómo percibe esto el ciudadano común? A veces los funcionarios pierden de perspectiva cuál es su función y lo que representan. Lo que ellos hagan se refleja en la gente porque eso mismo hacen.

Si los líderes dicen que hay que resguardarse, ponerse la mascarilla, guardar las distancias requeridas, no exponer a las personas en grupos de riesgo y no estar en lugares cerrados con mucha gente, entre otras recomendaciones, se espera que ellos cumplan con las indicaciones.

Hay un dicho: ‘Lo que es igual, no es ventaja’; que la gente podría haber acuñado. Exigirle a las demás medidas estrictas cuando ellos se las saltan olímpicamente no es una característica de un buen líder. Se da el ejemplo; se enseña por modelaje. 

Y es justo que cada quien reconozca y cargue con su responsabilidad. Si la ciudadanía tiene mucha, los líderes políticos y del gobierno tienen muchísima más. Así que a la hora de ‘repartir las culpas’, repartámoslas en igualdad.

Recordemos que saldremos de ésta si cumplimos con lo establecido, y eso no solo aplica a la ciudadanía, sino también a líderes políticos y funcionarios. Es momento que cada quién haga su parte y asuma su responsabilidad. 


Ilustración: https://www.freepik.es/vector-gratis/diseno-rueda-prensa_1041866.htm

sábado, 11 de julio de 2020

¿Por qué no darnos la oportunidad?


Estas próximas elecciones generales, aún con un ‘pescaíto’ de plebiscito creado para poder movilizar las huestes a las urnas, nuestra prioridad debe ser -por lo menos esa es la mía- escoger los candidatos que estén más capacitados para liderar este país; más allá de líneas partidistas.

Recién leí una columna sobre que hay que votar por un partido porque eso ‘dis que’ asegura la continuidad y ayuda a la gobernabilidad. ¿Cuál? Partidos hemos tenido dominando las administraciones y lo que hemos visto no se acerca en nada a la buena gobernanza.

Al contrario, al dominar las dos de las tres ramas y tener el control absoluto, muchísimas cosas hemos visto. Se aprueban cosas por descargue, se hace legislación que va en contra del beneficio del pueblo y muchas cosas más. Y esto no es algo que no sepamos o que no hemos visto repetirse en infinidad de veces. Así que lo de la continuidad y la gobernabilidad, no lo compro.

Meten miedo porque, con personas de diferentes partidos, el país no funcionaría pero últimamente, ¿cómo ha estado funcionando el gobierno? ¿El que se vote por partido -una sola cruz debajo de una insignia- garantiza que funcione y sea efectivo? No creo. 

Así que el problema no es de gobernanza; es uno de voluntad. No es cuestión de partidos, es cuestión de compromiso con quienes los elegieron. Es que muchos cuando llegan al poder, más que trabajar en beneficio del pueblo, lo hacen el pos de los intereses político partidistas.

Me parece que más que trillado está el cuento de que se tiene que votar bajo una sola insignia. Lo que hemos visto, y vivido en los últimos años, es que votar bajo la insignia de un partido, no garantiza un buen gobierno.

Entonces, ¿por qué no darles la oportunidad a las personas que realmente quieren -y pueden- hacer algo por el país? ¿Por qué no dejar el miedo y cambiar la fórmula que nos tiene sumidos en este desmadre? ¿Por qué no evaluarlos a cada uno por sus méritos?

Con buena voluntad de parte de los candidatos, y con las ganas de sacar el país de este pantano en que nos han sumido los partidos, podemos transformar a Puerto Rico. Pero para eso, tenemos que dejar los miedos y de escuchar cuentos de camino.

Tenemos que pararnos en nuestros propios pies y evaluar a cada uno de los candidatos por sus méritos, por sus plataformas, por lo que pueden ofrecer. Pero también hay que mirar su hoja de vida. Dónde estuvieron y qué hicieron por el país y no qué dicen que van a hacer. 

Muchas promesas nos han hecho y pocas las han cumplido. Empecemos a evaluar las diferentes opciones. Si queremos un cambio, no podemos seguir haciendo lo mismo. Rompamos con las cadenas que nos han puesto los partidos y empecemos a evaluar candidaturas.

Yo prefiero un gobierno con gente diferente que se concentre en resolver los problemas del país, aunque no sea de un solo partido, a un gobierno que, dominado por un partido haga lo que le dé la gana, sea corrupto, trabaje para su beneficio o para el de terceros y no cumpla con el pueblo que lo eligió.

Ya estamos claros que el traer la votación ideológica no busca otra cosa que llevar los electores de un partido a votar porque ninguna consecuencia tendrá. Y no me vengan a decir que ahora sí. Aquí se está usando el tema del estatus para llevar votantes a las elecciones porque de otra manera, no irían, pero realmente nada se va a lograr. ¿Alguna duda de eso?

Empecemos a pensar en quiénes pueden sacarnos de este atolladero en el que nos han sumido los partidos políticos. Una vez tengamos la casa en orden, tirémonos con to' y tenis a resolver el problema del estatus.

Y clarísima estoy yo de lo que quiero para mi país en cuestión de estatus pero ahora, en este momento, mi prioridad es evaluar los candidatos para escoger aquellos que pueden hacer un mejor trabajo en pro de los puertorriqueños. Esos, no se concentran en un solo partido.

Quitémonos los pantaloncitos cortos que usamos, en cuestiones políticas. Empecemos a dar pasos hacia lo nuevo, lo diferente. Ya mucho hemos tenido de los partidos y esto está cada vez peor. ¿Por qué no entonces empezar a pensar en otras opciones viables que puedan ser beneficiosas para todos? 

¿Por qué no darnos la oportunidad? Nosotros, como país, nos lo merecemos.