Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

miércoles, 31 de octubre de 2018

Y volvieron los dramas turcos a mi vida



Los últimos dramas turcos que vi, fueron en el 2015. Mi drama turco favorito, Karadayi, terminó el 15 de junio y Kara Para Aşk terminó el 15 de julio. Después de esos, aunque me interesó alguno, los toree porque suelen ser por temporadas y durar par de años. Y pa' tanta espera ya no estoy. Tendría que ser tan buena como Karadayi para pasar por lo mismo.  

Pero en las pasadas semanas me tropecé en YT con un avance de ‘Erkenci Kus’. Me estuvo divertida la escena, así que inmediatamente la busqué. Cuál no fue mi sorpresa al encontrarla subtitulada al inglés y al español. Y eso es algo bastante raro porque se puede decir que recién está empezando porque sólo llevaba 16 episodios. Así que me embarqué otra vez, y me puse a verla.

Erkenci Kus es una comedia romántica de, posiblemente 20 episodios. Esto lo deduzco por alguna información que leí en las redes. Bueno, por lo menos la primera temporada porque en realidad no sabemos si tendrá alguna otra.

Los sábados se transmite un episodio de dos horas. Interesante por demás, que ya el domingo se puede ver subtitulado al inglés y en par de días en español. Eso da un indicio de la gran atención que ha llamado. La verdad, es que es bastante divertida.

La comedia romántica está protagonizada por Demet Özdemir (Sanem Soysal) y Can Yaman (Can Divif); que tengo que decir que me encantan. Sobre todo porque saben balancear muy bien la comedia y el drama. Además de que son adorables, muy naturales y tienen muchísima química.

La trama es interesante. La familia de Sanem, la protagonista, tienen una pequeña tienda en el barrio. Lale, la hermana mayor, es la secretaria de uno de los hijos del dueño de una agencia de publicaciones.

Sanem vive feliz ayudando a su papa en la tienda. Sus padres para obligarla a que busque un trabajo, le dicen que la van a casar con uno de los chicos del barrio. Bastante divertido es ese personaje. Es un nene de mami que toda la vida ha estado enamorado de ella y se cree que de verdad los padres lo quieren de yerno y lo que están tratando de hacer es asustar a Sanem para que se mueva.

Surge una plaza en la agencia de publicaciones y los padres le piden a Lale que hable con su jefe y le consiga trabajo a Sanem. Ella no quiere, pero al final accede porque piensa que no la van a considerar. Ambas se van para la oficina.

Esa noche es la celebración del cuadragésimo aniversario de la agencia y hay una fiesta. Sanem que tiene una mente casi fotográfica, cuando conoce al dueño le dice algo muy específico de la última publicación de la revista y él y su hijo quedaron impresionados. Así que por cosas de la vida, ella acaba contratada como parte del equipo de ‘tráfico’.

Can Divit, el hijo mayor del dueño, es un fotógrafo famoso y fue de visita a Estambul para celebrar el aniversario de la empresa. Viste lo más casual e informal posible, tiene barba, el cabello largo y hasta una cola de caballo usa. Su padre quiere que se encargue del negocio, pero él nunca ha querido y le dice que ponga al frente a su hermano pequeño, Emret Divit.

El padre no confía en él porque entiende que no sabría llegar el negocio, además de que su ex novia, que había sido despedida de la empresa, se había robado algunos clientes. Así que su padre no confiaba mucho en él.

Todos los empleados tenían que ir a la fiesta. A Can le habían separado uno de los balcones del teatro, porque no le gusta mucho ese tipo de celebraciones donde vería la actividad con su novia, que también llegaría para la celebración. El ‘jefe’ de Sanem le da mal las instrucciones y le dijo que el lugar de los empleados era arriba.

Cuando ella sube al balcón, que está oscuro, sale este hombre y la besa. Ella se asusta y sale corriendo. Él no sabe quién es, pero se da cuenta que no es su novia y se cuestiona a quién habría besado. Sólo se queda con el aroma de ella. Sanem y la novia se cruzan en la escalera.

Cuando a ella se le pasa el susto, quiere saber quién es su ‘albatros’ y trata de identificar a quién la besó. Sólo recordaba los zapatos de charol y que tenía barba. Como Can no está cómodo en etiqueta, se cambia inmediatamente. Cuando ella lo ve, ni repara mucho en él por como estaba vestido.

El padre de Can le cuenta que tiene espía en la compañía y le pide que se quede, él no quiere. El padre se pone mal y el médico le dice cuál su condición; así que Can decide quedarse por un tiempo y descubrir quién es el espía. Sin saber su padre y él, que todo es obra de su hijo Emret y su aún novia escondida Aylin.

Su padre se va de viaje. Al siguiente día Can llega a dirigir la empresa y se tropieza con ella. Se da cuenta, por el aroma, que es la muchacha que besó. Así que empieza a observarla. Como viene con la idea de encontrar el culpable, cambia las claves, manda a revisar las computadoras, etc.

Al enterarse que era nueva; sólo ella, su hermano y él tenían los accesos. A la hermana la suspenden un tiempo porque encontraron actividad sospechosa en su computadora y fue que Emret le envió unos archivos a su novia y luego los borró.

Emret embauca a Sarem diciéndole que su hermano lo que quiere es vender la empresa y su hermana se quedará sin trabajo. Le pide que lo ayude a evitar que Can lo haga. Además de que le presta dinero para salvar el negocio familiar.

Ella empieza a ayudar a Emret sin saber lo que realmente pasaba y a boicotearle el trabajo a Can. Muchas cosas resultan en escenas buenísimas. Luego descubre lo que realmente quiere Emret y no quiere ayudarlo, pero él la tiene controlada por lo del dinero.

Sarem sigue buscando a su albatros y él trata de que ella sepa que es él. Le pregunta porqué no lo tiene en la lista porque había ido a la celebración y tenía barba y ella le dice que por los zapatos. Se van enamorando, pero ella sigue fiel a su albatros, así que él ‘se descubre’ y se hacen novios.

La felicidad no dura mucho porque él descubre que ella le mintió, no quiere saber de ella. Hay uno de los clientes que es italiano y que queda prendado de Sarem desde que la conoce. Ahora que sabe que ya Sarem y Can no son novios, quiere conquistarla. Además de que ella se asocia con él porque hace perfumes como pasatiempo y le había recomendado unas cosas para mejorar uno que estaba en el mercado.

Cuento largo, corto. En los avances del episodio 18, Can sabe la verdad sobre su hermano. El italiano está trabajando fuerte para enamorar a Sarem y Can no puede con los celos. Veremos si termina en 20 episodios o qué pasa.

Hay algunas historias secundarias que son buenísimas y algunos personajes súper buenos. Yo hubiese trabajado menos lo que pasan en el barrio con su madre y las vecinas. Algunas cosas son graciosas, pero otras las estiraron mucho y a veces, como que cansan.

Sumando y restando, es una comedia excelente y vale la pena verla. Confieso que me río muchísimo con algunos de los personajes. Resultó tan buena, que después de tres años sin ver ninguna producción turca, Erkenci Kus me vuelve a tener pendiente al nuevo episodio. Gracias a Dios que la comencé a ver en el episodio 16, porque si hubiese sido desde el primero, me hubiese desesperado porque ya no estoy para los maratones turcos.




sábado, 6 de octubre de 2018

Si se entendiera qué es relaciones públicas



Si se entendiera qué es relaciones públicas, las verdaderas, no las pseudo, las disfrazadas, las mal adjudicadas, los cuentos de camino o las leyendas urbanas, tendríamos un escenario social diferente y una mejor calidad de vida.

Si se conociera su alcance nos daríamos cuenta de lo importantes que son. Y es que las relaciones públicas es una de las profesiones más completas y multidisciplinarias; pero también una de las más complejas dentro del campo de la comunicación. Su radio de acción es vasto y variado.

Esto hace que, en muchísimas ocasiones, sea un poco difícil explicarla y aún más, entenderla. Como profesionales del campo, tenemos la responsabilidad de educar a los demás sobre sus virtudes y lo que representa para la sociedad.

Las relaciones públicas es un “proceso de comunicación estratégica que construye relaciones mutuamente beneficiosas entre las organizaciones y sus públicos”. Esa definición, que parece tan sencilla, pudiera no dejar apreciar su gran impacto.

Las empresas se establecen en una sociedad porque responden a una necesidad existente. Es por esto que buscan relacionarse de manera efectiva con sus diferentes públicos, que pueden ser muy variados. La estrategia de comunicación, que es cómo la empresa se va a comunicar o a acercarse a estos públicos, recae sobre el relacionista.

No importa el tipo de empresa que sea, las relaciones públicas son necesarias. El relacionista investiga los diferentes públicos, tanto internos como externos. Así conoce sus intereses y necesidades y los alinea con los objetivos empresariales.

Su responsabilidad en el desarrollo y ejecución de estrategias para lograr esa comunicación, estrechar lazos y establecer relaciones mutuamente beneficiosas, es muy grande. Luego evalúa lo que se implementó para conocer si fue efectivo o no y poder así, revisar, eliminar, modificar o cambiar lo que sea necesario.

Esto requiere, y es una de las cosas más apasionantes que le veo a nuestra profesión, un vasto conocimiento en la materia y en diversidad de áreas. Hay que saber de todo; de la industria con la que se trabaja, de historia, de economía, de política, de arte, lo que está pasando en el país, pero también en el mundo.

También se debe saber de protocolo, de redacción, de medios y redes sociales, quiénes son los líderes en las diferentes áreas de la sociedad y de mil cosas más. Por eso es que hay que estarse educando continuamente. A mayor conocimiento, mejor desarrollo y ejecución.

El saber, el conocer, nos da la profundidad necesaria para desarrollar estrategias de comunicación efectivas. Esto es importante porque de no trabajarlas correctamente se podría estar afectando a personas, empresas y grupos.

La profesión requiere los niveles más altos de conocimiento, ética y credibilidad, entre otras, en su ejecución. Por eso es que en Puerto Rico, desde hace diez años, se requiere una licencia para ejercerla (Ley Núm. 204 del 8 de agosto de 2008 para la creación de la Junta Reglamentadora de Relacionistas de Puerto Rico).

Esta licencia no busca limitar o cerrar un círculo y que nadie entre. Al contrario; lo que busca es quienes quieran ejercer las relaciones públicas lo hagan legalmente, de la manera correcta, que se eduquen constantemente y que aprendan a ejecutarlas ética y responsablemente.

La comunicación no es un juego, ni comunicar es cualquier cosa. Muchos piensan que es fácil y que cualquiera puede hacerlo. No todo el que dice que es ‘relacionista público’ tiene la preparación, el conocimiento y la experiencia para manejar la comunicación de una empresa, una organización o una persona. 

He ahí el porqué vemos, casi a diario, tantos desaciertos en la comunicación de agencias de gobierno, entidades, organizaciones y empresas. Lo más impresionante de esto, es que los errores, algunos crasos, son cosas básicas que con un poco de conocimiento en el área se hubiesen evitado. 

Las relaciones públicas no es una moda, un juego o un capricho, tampoco una tendencia; por lo que hay que practicarlas con la seriedad que ameritan porque ejercerlas, conlleva una gran responsabilidad. Por eso no debe estar en las manos de personas erróneas.

Y me refiero a los que no se siguen los principios éticos, no se preparan y no buscan el bien común. El que crea que el fin justifica los medios, le está haciendo un servicio flaco a la profesión y está dejando de ser responsable con el cliente, con la sociedad y, sobre todo, con él mismo.

El relacionista, el que está claro de lo que conlleva la profesión, busca construir, edificar y fomentar relaciones, no troncharlas o afectar a los demás. Desarrolla iniciativas que sean beneficiosas para el cliente, pero también para los demás.

Busca trabajar por el bien común y conseguir lo mejor para todos. Y esto quedó clarísimo durante el paso del huracán María con la respuesta de muchísimas empresas, organizaciones, grupos y la diáspora.

Estos grupos reaccionaron de manera inmediata, aún cuando el gobierno todavía no se había dado cuenta de lo que había pasado. De no ser por ellos, que ya tenían programas preparados porque dentro de la planificación estratégica se incluye el manejo de crisis, la primera respuesta hubiese sido casi nula.

Gran parte de nuestro trabajo tiene que ver con la opinión pública. Aquí no caben las medias verdades, la falta de información, la omisión, la propaganda y la manipulación, entre otras cosas, y diariamente vemos mucho de eso. Lamentablemente muchos confunden esto con relaciones públicas. Cuando venimos a darnos cuenta, todas tienen efectos negativos.

La gran diferencia con todas esas cosas es la intención y las tácticas que se usan. Las relaciones públicas trabajan con la persuasión, el bien común; no para destruir, denigrar o afectar a otros. Se persuade, no se manipula. Cuando se persuade se da toda la información para qué, por el análisis, las personas opten por lo que usted presenta, porque entienden es lo mejor.

La manipulación, por otro lado, solo da la información que le favorece al que la ofrece; la demás se omite para que escojan su planteamiento. Lo peligroso de esto, es que las personas toman sus decisiones fundamentadas en premisas falsas pensando que es lo mejor.

Antes de llamar relaciones públicas a algo, hay que evaluarlo. Si sus connotaciones son negativas, no es relaciones públicas. Si hay duda, se busca o se pregunta, pero no se debe repetir como el papagayo todo lo que otros dicen. 

Las relaciones públicas están fundamentadas en la responsabilidad social y el bienestar común. Por eso busca el entendimiento, lograr consenso y tender puentes. El sentido ético, el apego a la verdad y el compromiso con los demás, son fundamentales en el diario vivir de un relacionista.

Si se practicaran más las relaciones públicas, se buscaría estrechar los lazos entre las organizaciones y los públicos a los  que sirve. Se investigaría más y se trabajaría para atender las necesidades de las comunidades.

Se trataría de entender la opinión pública y que todos tienen el mismo derecho a ser escuchados. También habría más transparencia,  menos confusión y más consenso entre las partes. Se trabajaría más por el bien común. 

Tendríamos una mejor sociedad y un mundo mejor; de eso, no tengo la menor duda. 



domingo, 30 de septiembre de 2018

Cinderella Chef, un drama ligerito pero bueno



Cinderella Chef es uno de esos dramas que desde el inicio resultan interesantes, te llaman la atención, se ven divertidos, la trama no te molesta y la pareja protagónica te hace ‘clic’, pero que por falta de subtítulos la dejas a mitad de camino.

No estoy muy segura cuándo la empecé a ver, si a finales de abril o a principios de mayo, pero fue casi desde sus inicios. Sólo había pocos episodios subtitulados. La iba buscando de vez en cuando, porque no lo estaban haciendo con rapidez. Pero, más o menos para el episodio 18, la cosa se paró. Vi algunos en RAW y el final, que me pareció bien, y la dejé para verla cuando la subtitularan.

Casi tres meses después de terminada, a principios de septiembre, visité una de las muchas páginas de dramas asiáticos, y vi que estaba subtitulada. Pero cual fue mi desilusión cuando no se podía ver ningún episodio. Entonces pensé que si estaba subtitulada allí, en algún otro lugar también estaría. Poco tiempo después la encontré.

Había pasado tanto tiempo, que cuando empecé a ver el episodio 18 estaba totalmente desconectada; así que la empecé desde el principio. Y fue hasta mejor porque al hacerlo corrido, no perdía detalles que antes se me escapaban.

Cinderella Chef, también conocido como ‘Meng Qi Shi Shen’ es una drama chino de 56 episodios, de aproximadamente 45 minutos. Está clasificado histórico, comedia romántica y viaje en el tiempo. Se transmitió del 23 de abril al 18 de junio de 2018, de lunes a miércoles, a razón de dos episodios diarios.  Se presentó por QQLive, un canal de ‘streaming’ creado por el conglomerado Tencent, una de las principales compañías de internet del mundo.

La historia, con esto del viaje en el tiempo, aunque es algo trillada es diferente. Ye Jia Yao es chef, pierde el trabajo y está buscando inversionistas para un concepto nuevo de cocina rodante para enamorados. No lo logra, pero llega un cliente que quiere tener su última comida antes de suicidarse. Le cuenta que luego de diez años trabajando en su invento, su profesor se lo robó. 

Él le va a enseñar el invento; que es una máquina del tiempo. Esa noche hay eclipse de luna roja. Le dice que la sortija es hecha de un material que no es de la tierra. Ella se la pone y en el momento que se tapa completamente la luna, la sortija se activa. Él entonces prende la máquina pero no funciona. Al mismo tiempo está esta chica huyendo y llega a un acantilado para suicidarse.

En el momento que la luna vuelve a estar roja se activa la máquina y se los traga. Se abre la dimensión y la chica entra en el cuerpo de la que se va a suicidar. Cuando despierta está amarrada y dentro de un carruaje. Ve la ropa que tiene y cuando se asoma, ve al inversionista; que resulta que se parece a alguien de esa época.  Primero cree que está en un show pero después se da cuenta que viajó en el tiempo.

Comedia al fin, primero se lo disfruta y piensa en los dramas históricos. Guarda la sortija en un paño y la esconde en sus ropa. Están comiendo y ella le pregunta al hombre para dónde la llevan. Él le dice que para casarla con el jefe del “Black Wind” (es como un feudo) porque él y todos necesitan una esposa.

Ahí se comienza a preocupar y ve este hombre guapo, Xia Chun Yu, comiendo en la mesa de al lado y dice que tiene pinta de protagonista. Entonces grita, corre y pide ayuda; pero él ni se mueve. Cuando los otros la están persiguiendo, él la salva. En la pelea, cuando él le da un giro por el aire, la sortija cae dentro de las ropas de él.

Ella, que es graciosísima, empieza a hacer su novela. Resulta que el galán, que está de espía para entrar a ese grupo, es un duque de otro reino. Se hacen pasar por esposos para entrar al fuerte. Logran entrar y entonces se separan. Ella descubre que no tiene la sortija y se da cuenta que cayó dentro las ropas de él.

Xia Chun Yu se encuentra con Bai Chong Ye, el líder del fuerte “Black Wind”, que lo salva de los soldados porque aparece como prófugo por algo que no hizo. Entonces lo encuentra y pasan varias cosas. Van a arrestar a Chun Yu y a Chong Ye y resulta que es el papá de la verdadera Jin Xuan. Para escapar, la secuestran. 

Ella era la prometida del hijo de un alto funcionario y su madrastra convence a su papá para que no la rescate y así su hija sea la que se case con el oficial. Al final, por enredos y cosas,  ella termina casada con el galán, que pasa a ser uno de los líderes del ‘Black Wind’.

Pasan mil cosas. Ella pone un restaurante; aparece un antiguo enamorado de ella, se enfrenta a una chica que es espía con su galán y que, además, está enamorada de él. Los protagonistas se van enamorando, se separan, se vuelven a contentar. Cada vez que peleaban, y en diversidad de ocasiones, ella añoraba la vida que tenía y quería regresar.

En fin, el drama tiene como dos partes, la primera en el fuerte y la segunda ya en la ciudad natal de él. Se enamoran, pero acaban divorciados. Resulta que uno de los príncipes es el que hizo el invento, que cuando pasaron a esa dimensión, entró en el cuerpo del príncipe. Así que él lo que quería era la sortija para regresar.

No había visto antes a los protagonistas (Zhong Dan Ni como Ye Jia Yao y Hsu Thassapak como Xia Chun Yu), pero la pareja me gustó mucho. Ella es graciosísima y él le hace la segunda. Tienen muy buena química. Te hacen reír pero también hacer cucharitas para llorar.

Los choques de las épocas son interesantes. Ella canta y baila y hace mil cosas. No aguanta la ropa de la época y se hace unos trajes bien locos. Sus restaurantes, porque tuvo varios, son famosos. También tiene que pelear con las intrigas de la que es su familia, las enamoradas de su esposo y de los envidiosos, entre para de cosas más.

El príncipe quiere la máquina para conquistar el mundo –está como Pinky y Cerebro- y no para regresar. Quiere que ella sea su reina. En la pelea final por salvar al mundo, se abre la dimensión y el inventor y ella regresan a la actualidad. Ye Jia Yao y Xia Chun Yu se veían, él en su dimensión y ella en la suya, cuando pasaba el eclipse de luna roja.

Esto pasó a dos años de ella regresar y luego a diez. En esa ocasión, ella regresa al pasado porque encontró en una tienda de antigüedades una llave que él le había dado y que simbolizaba su amor eterno. Entonces vivieron felices.

¡Este drama vale la pena verlo! Hay miles de enredos e historias, pero siempre se mantiene interesante. Como ya dijera, es livianita, pero divertida y muy buena. Recomendada.


domingo, 23 de septiembre de 2018

A 150 años del Grito de Lares, la reflexión es obligada



Hoy se conmemoran los 150 años del Grito de Lares. Me parece que es una excelente coyuntura para pensar profundamente y con seriedad dónde estamos como pueblo y como país. Mucho más importante, hacia dónde vamos.

No hay nada mejor que mirar la historia, pero con ojo crítico; no con fanatismo o visión miope. No resguardarse en cuentos de camino, ni desmereciendo lo que se hizo. Las actuaciones pasadas son el resultado de las situaciones y las circunstancias de ese momento histórico y hay que aceptarlas y aprender de ellas.

El 23 de septiembre de 1868, Puerto Rico declaró su independencia. Y, aunque fue por poco tiempo, debemos entender el porqué de eso. Fue una reacción a la situación que se vivía por la injusticia, el abuso, la corrupción, la tiranía y la ineficiencia gubernamental española, el desastre económico, los impuestos, el racismo, el hambre y muchas cosas más.

El pueblo comenzó a levantarse porque era lo justo; porque era necesario; porque querían dejar de ser colonia, querían dejar de que los pisaran y anhelaban convertirse en una nación, en un país soberano, como estaban haciendo los pueblos de toda la América. La libertad es el anhelo natural de todo ser humano.

Nosotros, desde que nos instituimos como sociedad en el siglo 16, hemos sido colonia; primero de España y después de los Estados Unidos de América. He allí el porqué el síndrome del colonizado está tan enraizado en nuestro ADN. Para muchos, gracias a Dios que no es para todos, el vivir bajo el dominio de otra nación es aceptable.

El adoctrinamiento es tanto, que prefieren vivir dominados. Lo más triste de todo es que la gran mayoría del pueblo cree ciegamente en los líderes que impulsan esto; aún cuando como resultado de la corrupción, los recursos llegan cada vez menos al pueblo. Pero como se vive de la emoción y del cuento, no les importa. Prefieren vivir engañados que enfrentar la cruda realidad.

Me parece interesante el argumento que algunos utilizan para pedir la anexión, que es la igualdad. ¡Pero si yo también la quiero!; pero no sólo con los ciudadanos estadounidenses, donde está cada vez más claro que allí la igualdad no existe, sino con los ciudadanos de todo el mundo.

Quiero vivir en un país soberano. Y basta ya de la respuesta infantil que muchos utilizan, que rápido mandan a uno a vivir a Cuba o a Venezuela. Esto sólo demuestra poco conocimiento y una pobre y limitada visión de mundo. Las gríngolas no les permiten apreciar la diversidad que existe y entender que, si queremos, podemos ser parte de la misma.

Debemos empezar a entender que estamos inmersos en un ambiente caribeño, luego latinoamericano y, al final, mundial. Que el mundo es amplio y que podríamos estar de tú a tú con las demás naciones; incluido EE. UU..

El no reconocerlo sólo demuestra el nivel de infantilismo político al que muchos son sometidos por los políticos. Tanto tiempo bajo este patrón parece que nos ha llevado a pensar que nada más es posible; que tendremos que vivir toda la vida sometidos a otra nación, a dejar que decidan por nosotros, a que seamos dependientes y a conformarnos con los que nos den.

Muchos dicen que nosotros sin los EE. UU. no somos nada. Que gracias a ellos es que nuestro país se ha desarrollado. Me parece que no se está viendo el cuadro completo y que no han mirado la historia. La primera parte del siglo pasado, ya estábamos bajo el dominio de los EE. UU. y, ¿qué teníamos? Muy poco.

Para muchos si somos independientes este país iría de mal en peor. Argumentan que la corrupción, la violencia, los abusos y todas esas cosas que tienen “las repúblicas” podrían afectarnos. Y por si acaso, los EE. UU. es una república, como muchísimas más.

Además, ¿no estamos mirando lo que está sucediendo en el país? ¿Es que todavía hay quien cree que esto está funcionando bien? El mal manejo de los recursos puede darse en cualquier sistema político.

Con la situación nuestra, más que claro ha quedado que la corrupción, el amiguismo, sacar ventaja y anteponer los intereses personales al bien común, no es único de los países independientes. Y es que esto no tiene que ver con el sistema, sino con las personas, su calidad humana y su compromiso con el país.

Como país, debemos enfocarnos en combatir la corrupción, resolver nuestros problemas, no permitirle a los políticos que sigan sacándole provecho al país y desarrollar un proyecto de país que realmente responda a nuestra realidad.

Y lo más importante, debemos educarnos. Educarnos en muchísimas áreas, incluida la política. Debemos aprender a pensar, a analizar las cosas, a poder compararlas y a llegar a conclusiones pensadas, no a repetir como el papagayo lo que otros dicen.

Debemos enfocarnos en trabajar por el bien común y no en sacar ventaja de todo. Que podemos caminar, aún cuando el gobierno no haga su trabajo. El huracán María nos dejó una gran lección; que es la sociedad civil, la comunidad, la que responde y la que tiene que tomar el control.

Clarísimo quedó que los dos gobiernos, el estatal y federal, fueron deficientes en su respuesta. Que si no llega a ser por la comunidad, por la diáspora y por las organizaciones y las compañías, esto hubiese sido mucho peor.

Este último año ha quedado más que demostrada la fuerza y la voluntad del pueblo. Quedó claro que podemos tomar el control de nuestro destino. Esa fuerza que tenemos y esa disposición, es lo que hará que la gesta realizada hace 150 años por esos grandes puertorriqueños, no sea en vano. Si no que, por el contrario, sea esperanza para aspirar a que Puerto Rico labre su propio destino porque si nos lo proponemos, podemos hacerlo.