Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 31 de diciembre de 2023

Agradecimiento

 


A pocas horas de terminarse el año paso revista de lo que fue y representó el 2023. Luego de sumar y restar, multiplicar y dividir; aún con muchos tropiezos, sinsabores y situaciones complicadas, tengo que decir que el saldo es solo uno, de agradecimiento.

 

Y es que fue un año de muchas enseñanzas, de mirar de frente muchas cosas, de cierre de ciclos, de saber quiénes verdaderamente están y de atesorar mucho más la familia. 

 

Ha sido un año de entender de que no todo lo que brilla es oro y de que la sal también parece azúcar. El 2023 resultó en un año para reflexionar, para despertar. 

 

Lo más maravilloso de todo es, que no importa cómo haya transcurrido el año, con sus altas y bajas, el agradecimiento fue el eje central de estos doce meses.

 

Agradecida de estar viva, de poder haber despertado todos los días e irme a dormir en paz y con la conciencia tranquila, siempre.

 

Más que agradecida estoy -súper agradecida- por la salud porque, al final, eso es lo verdaderamente importante. Lo demás, llega por añadidura. 

 

Agradecida por mis caminatas matutinas o vespertinas, porque pude apreciar la grandeza de Dios al ver la naturaleza y el cantar de los pájaros. El ver el sol levantarse o esconderse, los arcoíris, las nubes, el cielo a veces nublado, la lluvia y, de vez en cuando, el aguacero. 

 

Agradecida por las pequeñas cosas, las más simples y que creemos que son dadas, pero no lo son. Entendí que no es así y aprendí que siempre hay que agradecer cada vez más y por lo más mínimo.

 

Estoy mega agradecida por la familia, por mis hermanos, por mis sobrinos y sobrinas, por mis tíos y tías, primos y primas, etc.; porque siempre estamos cerca, aunque no sea físicamente.  

 

Agradecida por el pan que llega a la mesa, por los alimentos, por las manos que lo preparan y por quienes lo comparten. Y, naturalmente, por el café. 

 

Agradecida mucho más por entender la fragilidad de la vida, por ir soltando cargas y buscar estar en paz conmigo misma y con Dios, porque no sabemos cuándo nos toque embarcarnos. 

 

Agradecida por permitirme mirar de frente mis miserias, mis debilidades; pero también así, mis virtudes y mis talentos. Porque pude hacer balance y darme cuenta de lo mucho que he crecido, pero también de lo mucho que me falta.

 

Agradecida porque me retó a abandonarme, a depositar mi confianza en la providencia divina, a que hay que aprender a dar ese paso al vacío, aún con miedo, pero confiando en que todo resultará bien. 

 

Agradecida porque aún en los momentos que estuve a punto de perder la fe, siempre llegó esa señal -situación o persona- que me hizo volver a confiar. Por esos ángeles que siempre están allí. Agradecida, más que todo, porque entendí que tengo que seguir trabajando en mí. 

 

Agradecida por el sentido del humor, por las risas, por las bromas, por las carcajadas -que se escuchaban en Plaza-, por las alegrías y por las conversaciones con misma. 

 

Agradecida por todas las personas que se cruzaron en mi camino porque de todos, aprendí algo. Por ustedes, por soportarme y porque me acompañaron en este proceso de crecimiento. 

 

Ahora que cierro año, que cierro un ciclo para empezar otro; sólo me resta mirar el 2023 desde el agradecimiento. Abro los brazos para recibir el 2024 con un agradecimiento mayor, porque confío que todo estará bien y mejor. Decretado está. Con la bendición de Dios y la Virgen del Carmen, así será. 

 



sábado, 2 de septiembre de 2023

Behind Your Touch


 A veces veo en redes sociales mensajes o comentarios solicitando recomendaciones de producciones a ver en Netflix. Resulta que hay una comedia coreana, que vale la pena ver si quieren divertirse y reírse un buen rato; esta es ‘Behind Your Touch’.

‘Behind Your Touch’, que aparece subtitulada al español como ‘Con tacto especial’, es una producción de Netflix y se transmite también por la cadena jTBC de Corea del Sur. Este drama de 16 episodios de una hora, se transmite los sábados y domingo. 

 

Esta comedia está protagonizada por Lee Min Ki, que es un excelente actor -que me encanta- y por Han Ji Min, a quien encuentro graciosísima. Al momento, tienen muy buena química en la interacción general y funcionan, pero en el ángulo romántico… todavía no está muy claro. 

 

Abro paréntesis. Aunque indica que es una comedia, y que me he reído mucho en los primeros seis episodios, ya la cosa comienza a tomar otros matices, pero tengo que decir que en cada episodio estoy viendo un balance entre la comedia y el drama. Espero que siga así y no acabe como muchos que, al final, resultan más melodramas que comedias. Cierro paréntesis.

 

¿La historia? Bong Ye Bun es una veterinaria en el pueblo costero de Mujin, en la provincia de Chungcheong-do. Vive con su abuelo y su tía porque sus padres murieron. El abuelo nunca la ha aceptado porque no estuvo de acuerdo con el matrimonio de su hija. 

 

Ye Bun estudió veterinaria, como él; pero sigue indiferente hacia ella. Ahora está al frente de la clínica porque su abuelo se retiró. Se especializó en perros y gatos, pero para poder sobrevivir, su tía Jung Hyun Ok, que la asiste en la clínica, le hace citas para tratar todo tipo de animales.

 

Su tía le pide que vaya a atender a una vaca próxima a parir en la granja de Gwang-sik. Ella insiste en no atender vacas, pero la tía le dice que aun cuando las cosas iban mal, él siempre fue cliente regular. Ella va. Resulta que ese día hay una lluvia de meteoros.

 

Cuando Ye Bun está revisando la vaca, le toca el trasero y en ese preciso momento cae un meteoro sobre ellos. Despierta a los tres días. Cuando levanta el gato, ve escenas y lo suelta. Lo mismo pasa con el perro. Se asusta porque cuando toca a un animal por el trasero, ve imágenes.

 

Por el otro lado, tenemos al teniente Moon Jang Yeol, detective que trabaja en Seúl, pero que lo enviaron a Mujin por un caso no resuelto. Parece que el narcotraficante tiene buenas conexiones y los casos nunca prosperan por ‘evidencia insuficiente’. Jang Yeol quiere seguir investigándolo pero tiene que irse al pueblo, donde dice que estará poco tiempo.

 

El detective Moon necesita un caso importante para resolverlo y poder regresar a Seúl. Desde que llegó dice que es un pueblo de locos y en realidad, eso parece. Hay muchos personajes y divertidísimos. Al ser una comedia, cada quién tiene sus situaciones. Confieso que me he reído mucho y hasta he llorado de la risa con las situaciones que pasan. 

 

Ye Bun quiere saber si su poder funciona también en los humanos y se va en un autobús. Ve a un hombre sacar la cartera del bolso de una chica y trata de tocarlo en el trasero para ver, pero el teniente Moon la arresta. Ella trata de explicarle, pero él no escucha y el carterista se escapa.

 

La División de crímenes violentos de Mujin, a la que lo asignaron y a donde lleva a Ye Bun, es un tanto peculiar. Como compañeros tiene a la detective Na; que su esposo es infiel y ella activa hasta SWAT para cogerlo fuera de base. 

 

También está el capitán Weon Jong Muk, jefe de la división, que fue novio de la tía de Ye Bun, pero ella se casó con otro. Aunque se divorció, él no la perdona y la arresta cada vez que puede.  Otro es Bae Deok Hee, hermano de Hyun Ok. Se hizo policía porque dice que ella es una problemática y algún día va a poder ponerle las esposas y meterla a la cárcel. 



Y es que Ok Hee es una chica de armas tomar. Es como la jefa de una ganga. Parece que llevan juntas desde pequeñas. Todas tienen sus profesiones y trabajos, pero cuando las llama, todas van. Una de las chicas recién parió; así que su hermano la sustituye y las ayuda en las misiones.

 

Tenemos también a Kim Sun Woo, interpretado por Kim Jun Myeon (el excantante Suho), quien lleva poco tiempo en el pueblo y trabaja de en la tienda de conveniencia, cerca de la clínica veterinaria. Se ve inocente, buena gente y servicial, pero pareciera que hay mucho más. 

 

Me da la impresión que es hijo del asambleísta Cha, porque siempre lo mira raro; además le había comentado a Ye Bun que su mamá era de ese pueblo. Que ella le había contado cosas buenas del lugar y por eso estaba allí. 

 

El shamán que timó a Ye Bun y luego se hizo su amigo, alquila habitaciones en su casa y le alquiló una a Sun Woo a cambio de que fuera su tutor de inglés. La familia del shamán vive en Australia y casi no puede comunicarse con su hijo. 

 

Casi todos son vecinos porque la familia de Deok Hee le alquiló una habitación a Jang Yeol. Ok Hee se interesa en Jang Yeol, pero él nada que ver. Ye Bun está entusiasmada con Sun Woo y tratar de tocarle el trasero, para sacar información; algo que Jang Yeol ve y graba desde el segundo piso. 

 

Jang Yeol le dice pervertida a Ye Bun y la trata de loca porque ella le confesó que es psíquica. De hecho, él fue la primera persona a quien se lo dijo pero, naturalmente, no le creyó. A la tía enterarse que estaba detenida, corrió a la comisaría y su adorado capitán la arrestó. 

 

Pasan mil cosas. Él descubre que Ye Bun decía la verdad; así que quiere que ella lo ayude a resolver algunos casos para poder regresar a Seúl. La lleva a Seúl para que le toque el trasero a Baek, el narcotraficante, y descubre que está comprando barcos para mover la mercancía. Se da cuenta que lo que pasa en Mujin, está estrechamente relacionado a lo que investigaba.

 

Al decirle a Baek que sabía que estaba comprando barcos, él se desencaja y quiere eliminarlo. Park Seung Gil, alguien muy cercano a Jang Yeol, y por quién él no ha podido arrestar a Baek, dice que él lo hará. Quería era salvarlo porque si otro de los hombres lo hacía, no sobreviviría.

 

Alguien mata a Seung Gil, quien muere en el cuarto de hospital de Jang Yeol porque le pide perdón por todo. Él, pensando que lo mató Baek, va a Seúl y lo golpea. Va con Ye Bun. Allí ella le toca el trasero a Baek y le dice que no fue él. Baek los escucha y sabe que hay algo raro con ella. Sé que esto les traerá problemas.

 

Lo encarcelan y pasa par de días en la cárcel. Regresa a Mujin y le pide ayuda a Ye Bun para que le ayude a encontrar al asesino. Ok Hee, que está enamorada de Jang Yeol, ya empieza a ponerse celosa de su amiga porque él, le dice que Ye Bun, que es la única que lo puede ayudar, que es lo único que le queda. 

 

Ya los compueblanos se están preocupando, porque en el pueblo nunca había habido asesinatos y ahora tenían dos en poco tiempo. Ya mismo se sigue complicando la cosa con el caso de narcotráfico; pero siempre haciendo balance con situaciones divertidas.

 

Pareciera, por los avances del próximo episodio, que quién mató a Seung Gil y a una chica ‘streamer’ es Gwang-sik, el dueño de la granja donde Ye Bun fue a atender la vaca y el meteoro les dio a los tres. 

 

Se ve en los avances a Jang Yeol corriendo y preguntándose dónde estará Ye Bun, mientras recuerda que ella le dice que Gwang-sik también es psíquico. En otra escena, Gwang-sik está tratando de acercarse a Ye Bun, y ella tratando de escapar.

 

Nada, que vamos a la mitad de drama; porque ya lo de comedia se está quedando atrás. Sólo espero que sigamos teniendo más comedia. ‘Behind Your Touch’ es un buen drama coreano que no se deben perder, aunque sea sólo para alegrarse los ojitos mirando a los guapetones de Lee Min Ki y Kim Jun Myeon (Suho). 

 



 

viernes, 6 de enero de 2023

La reputación y su valor


Debido a varios acontecimientos que han ocurrido en el país, durante estos últimos días he estado rumiando y cavilando sobre la reputación y su valor. Es que siempre he visto la reputación como algo sumamente importante en todas las facetas de la vida. 

 

No importa en el ambiente que uno se desenvuelva; ya sea laboral, personal o en cualquier otro, la reputación marca el camino. Y es que uno no solamente es lo que cree que es, sino lo que los demás piensan que uno es.  

 

Porque ahí está lo neurálgico de la reputación; que no es algo que uno posee, no es suyo, de su propiedad o lo puede controlar; sino que es una apreciación de los demás, es propiedad suya, es otorgada por otros, es dada.

 

No es cuestión de uno creer o decir que ‘mi reputación es buena’ o ‘voy a hacer esto para tener buena reputación’, o ‘Ahora voy a hacer que me apoyen’; entre otras frases más.

 

Por más que algunas personas tratan no lo consiguen. ¿Por qué? Porque quien adjudica es el otro, son los demás. Estos podrían percibir que no es genuino, que es orquestado o que podría ser buscando algo en específico. 

 

Así que no está limitado a una acción, mucho menos cuando es planificada, manipulada, trabajada o para quedar bien; sino es que el resultado de muchas cosas, de tiempo, de interacciones, de observación.

 

La reputación es, según el Diccionario de la lengua española, una ‘opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo’. Como segunda acepción indica que es el ‘prestigio o estima en que son tenidos alguien o algo’.

 

Es que la reputación es el resultado de la credibilidad, la ética, la confianza, la transparencia, los valores, los hábitos, los comportamientos, las reacciones, el sentido de justicia, los códigos y las contribuciones sociales; entre otras muchas más. 


‘Cría fama y acuéstate a dormir’, ‘Uno recoge lo que siembra’, ‘No sólo debe ser la mujer del César, sino parecerlo’, ‘Quien siembra vientos, recoge tempestades’; ¿no les dice algo? 

 

De como las personas actúen, los demás le adjudicarán una buena o mala reputación. Tener buena reputación equivale a tener buen nombre, a ser reconocido, a tener prestigio, a ser respetado. 

 

Por el contrario, tener mala reputación es tener mala fama; pensar que no es confiable, que no es honesto, etc. Y vuelvo y menciono, esto tiene que ver cómo el o los otros lo ven; aun cuando pudiera ser que no fuera el caso. 

 

La reputación se construye día a día, con todo lo que hacemos y decimos. Es la acumulación de muchas cosas. Es mostrarse tal cuál es, es respetar a los demás, es ser justo, ético, honrado, transparente, etc. Porque esto es lo que hará que tengas buena reputación; no al revés.  

 

Debemos estar claros que la reputación es un resultado. Y que hay que cuidarla y ser constante, porque como bien dijera Warren Buffet: “Se necesitan veinte años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla”.

 

Reflexionemos sobre esto, porque como él mismo añade: “Si piensas en eso, harás las cosas de manera diferente”. Y esto no sólo aplica a las personas, sino también a las organizaciones, las empresas, las instituciones, e incluye el entorno digital. 

 

En cada uno de nosotros está decidir qué tipo de reputación queremos tener y trabajar en ello. Todo dependerá del valor que le demos.


jueves, 5 de enero de 2023

¡Ya son 10 años trepándome!


Un día como hoy, víspera de reyes, hace diez años comencé este blog. Quién me iba a decir que, aunque he bajado la cantidad de entradas, seguiría trepándome en la sillita. 

Dándole un vistazo al blog, me he dado cuenta que he escrito de todo lo que he pensado y creído. Mirando algunas de las entradas, sigo pensando igual. 

 

Tengo entradas serias, otras más livianas y un montón sobre las series, los dramas y las novelas de todo el mundo que no he dejado de ver; al contrario, que he ampliado el espectro. Y de eso seguiré escribiendo.

 

Y es que soy de las que antes de escribir cualquier cosa, tengo un poco de cautela, busco información, analizo, comparo y entonces pongo en el papel. 

 

Y no sé si es una virtud o un defecto; pero una vez publico algo, defiendo lo que expongo a capa y espada porque he escrito desde la sinceridad y la transparencia. No me gustan ni los paños tibios, ni las insinuaciones. 

 

De mí podrían decir muchas cosas, pero no que busco dañar a alguien con lo que escribo. Sólo doy mi punto de vista sobre diversidad de cosas y a veces es diferente, pero creo que es una buena manera de poner otro punto de vista y buscar la reflexión y el rumio.

 

En estos diez años han pasado muchísimas cosas. Al principio era súper combativa tocando temas delicados; pero siempre de manera respetuosa y clara. Muchos fueron entendidos con la intención que los escribí, otros no. Y no tengo problema con eso, porque si logro una reflexión pues cumplió en algo el objetivo de este blog.



Ahora escribo menos entradas y más cortas con párrafos de menos oraciones. Trato de buscar temas no polémicos porque quiero estar tranquila y en paz. Me gusta buscar la reflexión, pero a veces, como dicen por ahí, es mejor dejar que las cosas caigan.

 

Y es que a principios de año enfrenté una situación de salud que me ha hecho reevaluar muchas cosas. Gracias a Dios todo salió bien, pero estoy empezando a mirar la vida de otra manera y con menos apasionamiento pero seguiré trepada, tocando los temas que quiero tocar.

Y como ya casi todos saben, soy súper fanática de Mafalda. Somos contemporáneas, nacimos el mismo año, y soy muy afín a ella. Le tomé la sillita prestada para el nombre de este blog. La silla ella la usaba para la reflexión y para señalar muchas cosas que pasaban.  

 

Y es que Quino, su creador, para mí es muchísimo más que un dibujante y humorista; porque a través de Mafalda y su pandilla, hace una crítica social muy fuerte, pero certera y efectiva. Al punto de que casi van 60 años desde su creación y sigue igual de vigente.

 

Y tengo que seguir agradeciéndole a Joseph Martínez, el padrino del blog, el que me ayudara a crearlo. Parece que fue ayer cuando nos sentamos a trabajar en él y hoy, se cumplen 10 años. 

 

Sólo espero que pueda seguir trepada en la sillita por muchísimos años más. Confío en poder hacerlo más seguido y seguir compartiendo mis puntos de vista sobre diferentes temas y cosas. Gracias a todos por leerme. Bendiciones.