Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

sábado, 30 de diciembre de 2017

El toro, por los cuernos



Este año que está a punto de terminar nos dejó muchas lesiones, pero también muchísimas más lecciones. Creo que la más importante fue que pudimos mirar de frente el país que realmente somos. No el que nos quieren vender otros, el que quieren que creamos o el que se quieren inventar.

Somos un país pobre, con muchísimos problemas y mal administrado. Con una mala planificación, con servicios deficientes, costosos y hasta obsoletos. Mucho de esto gracias a la corrupción rampante, el amiguismo, el nepotismo y la politiquería. Y nos impusieron una junta de control fiscal.

Somos un país miope, con una autoestima arrastrada por los suelos, una mentalidad de colonizados que nos mata y el síndrome de Estocolmo en todo su apogeo. Muchos creen que empezamos a ser gente cuando los EEUU nos invadió y que si ellos no podríamos subsistir; sin darse cuenta que desde antes del 1898 ya éramos una sociedad establecida.

Pero el azote de los huracanes Irma y María hizo que muchos, porque ya otros lo teníamos muy claro, se dieran cuenta de esta realidad nuestra. Para mí, el primer y más decisivo paso para la recuperación o sanación de las cosas es reconocerlas. Sólo así, podremos superarlas.

La única manera de resolver los entuertos y superarlos es tomar el toro por los cuernos. Hay que mirar las cosas de frente y sin miedo. Hay que aceptar los errores, no tratar de culpar a otros, aceptar la responsabilidad y buscar soluciones. Estamos en la coyuntura perfecta para hacerlo.

Y es que muchos están empezando a darse cuenta que tenemos que hacer algo. Dejar las cosas en las manos de los políticos no es la solución. Largo historial existe de que algunos anteponen sus intereses personales, de terceros y de sus partidos al bien común. Y esto ya es algo cada vez más generalizado.

Tenemos que dejar de darle cheques en blanco para que hagan lo que quieran. Si no hubiésemos sido tan permisivos y confiados, no estuviéramos donde estamos. Y si mal estábamos antes de los huracanes; ahora, muchísimo más.

Y debemos estar más listos que antes. Ahora mismo, luego de la catástrofe, están corriendo los millones de dólares en ayudas. Tenemos que estar muy pendientes y fiscalizar el uso de esos fondos para que sean destinados a quienes más lo necesitan.

El dinero debe ser utilizado en lo verdaderamente importante. La prioridad debe ser las personas y su recuperación; no debe usarse para otras cosas. Demasiada carencia hay en este país. Muchos todavía no tienen techo, otro tanto está sin los servicios básicos. En Puerto Rico, hay muchísima necesidad.

Pero si este país está empezando a recuperarse; en gran medida ha sido por la acción de la sociedad civil, por las organizaciones, las comunidades y los puertorriqueños que viven fuera. Un pueblo que se ha dado cuenta que si no somos nosotros mismos los que nos apoyamos unos a otros, esto no va a empezar a caminar.

Estamos empezando a racionalizar que tenemos la fuerza para lograr lo que queramos. Que no tenemos que esperar o depender de otros. Que quienes nos limitamos somos nosotros mismos.

Nos estamos dando cuenta de lo que realmente significamos para el país del norte. No importa cómo algunos traten de justificarlo, como lo disfracen o cómo busquen acomodarlo, la verdad es una y está ahí. No reconocerlo es ser parte del problema porque vivir del cuento y de la ilusión, no va a hacer que suceda.

Hay que tomar el toro por los cuernos y entenderlo de una buena vez. Muchos sólo ven el norte como una fuente de dólares y han dejado caer el país esperando que los EEUU nos rescaten. Piensan que, al final, nos anexionaremos. Eso, aunque yo siempre he estado clara que no pasará, cada vez se ve más lejos.

Luego que lo entendamos y lo racionalicemos, debemos trabajar con las posibilidades y las opciones disponibles; no las de la imaginación. Tenemos que bregar con realidades. Tenemos que madurar.

Y aclaro, porque aquí a la gente le gusta tirar de la vaqueta sin racionalizar las cosas; no estoy hablando de estar en contra o ser enemigos de nadie. Hablo de tener una relación madura con la nación estadounidense, de tú a tú, no de servilismo o sumisión. No de sometidos.

Como ya dijera, estamos en la coyuntura perfecta. Y antes de que en otros lares allanen el camino para la separación y nos lo impongan a la trágala, debemos verlo como una posibilidad y comenzar a pensarlo, a racionalizarlo, a estructurarlo. Debemos empezar a cuajar un proyecto de país. 

¿O todavía hay quien cree que cada día que pasa esto no tiene más y más posibilidades de pasar? Dejémonos de cuentos chinos. Esto, cada vez está más cerca. Cuando algo no les sirve, lo desechan.

Debemos repensar lo que somos, lo que aspiramos ser y lo que vamos a ser. Debemos empezar a cultivar las relaciones con los Estados Unidos de otra manera. Debemos empezar a mirar el mundo y todas sus posibilidades.

Pero también, y más importante, debemos empezar a mirarnos a nosotros mismos; lo que valemos, lo que podemos dar, lo mucho que podemos hacer. Debemos dejar de pensar en chiquito. Debemos superar los síndromes, los complejos y las culpas. Debemos aprender a querernos más. Este es el momento de empezar. Sólo falta que lo entendamos y decidamos hacerlo.

Debemos mirar el futuro de frente y sin miedos. En nosotros está ser lo que queramos ser. Porque como el Josco, la maña y la cría la tenemos. Empecemos a delinear nuestra nueva nación, el Puerto Rico que queremos y la patria que nos merecemos.


miércoles, 27 de diciembre de 2017

Carmen Yulín, María y la estrategia de comunicación



Pensé no hacer esta trepadita porque podría haber perdido el ‘momentum’, pero la debía. Al final decidí hacerla porque deja demostrado el resultado de una buena estrategia de comunicación. Además, porque tenemos que aprender a mirar las cosas por sus méritos y no por el crisol político, las tribus y los colorines.

En este país la gente se concentra en demasiadas peleas chiquitas. Por nimiedades, se dispara de la vaqueta sin darle cabeza a las cosas. No hay que desecharlas por que sí o porque es del contrario, sino que hay que evaluarlas. Así que aquí mi análisis.

Lo primero que diré es que no voy a entrar en otros asuntos como los ideales políticos de Carmen Yulín Cruz, que no vienen al caso en esta entrada. Aquí vamos a hablar de la alcaldesa y de su proyección, de María y de la estrategia de comunicación. De eso hay mucho que decir.

Para mí ha resultado interesante. Lo digo porque parece que algunos de los miembros del PPD no tienen muy claro esto del manejo de la comunicación. En muchas ocasiones sus estrategias son muy débiles o totalmente desenfocadas; además de que cada quien tira por su lado y no llega a cuajarse un mensaje unificado. Ella es una de las excepciones.

Mientras que por el otro lado, el PNP siempre ha sido más consecuente. Se podrán querer arrancar las cabezas, pero una vez se establece un objetivo hacen causa común, tiran para el mismo lado y recitan el mismo mensaje hasta que la gente lo repite tal cual. Hacen coalición para atacar al oponente y lo erosionan.

Desde que vi la foto de la alcaldesa, megáfono en mano y con el agua a la cintura, me di cuenta que algo se cuajaba. Y abro paréntesis, no entiendo porqué causó tanto revuelo la contratación del fotógrafo. ¿O piensa alguno que los demás no contrataron uno o usaron los que tenían sin pagarle?

Es usual que haya un fotógrafo tomando la acción porque hay que documentar. Ahora bien, otra cosa es posar o forzar la foto, porque ahí ya no hablamos de documentación, sino de propaganda. Documentación y propaganda son dos cosas diferentes. Siempre he dicho que lo que es igual no es ventaja, así que dejemos las dobles varas. Cierro paréntesis.

Interesante me estuvo que en Puerto Rico muchos estaban dispuestos a quemarla en la hoguera porque ‘en vez de estar atendiendo San Juan estaba más allá (EEUU) que acá’. ‘Sólo estaba buscando pauta’. ‘Se estaba acomodando para la gobernación’. ‘Se puso a contestarle a Trump para llamar la atención’. ‘Estaba viviendo sus 15 minutos de fama’; entre muchas otras cosas más; algunas no publicables.

Sin embargo, Carmen Yulín logró capturar la atención de los medios estadounidenses, de personas influyentes –muy influyentes- de ese país y de los puertorriqueños que viven fuera. Ahora bien, ¿cree alguno que eso fue por casualidad? Pues no lo creo.

Por lo que pude apreciar, y creo saber ‘alguito’ de esto, se debió a una estrategia muy bien desarrollada. Ahora que me vengan a decir que saber de comunicación no es importante y que cualquiera puede hacerlo. Por eso es imperioso saber; porque no es tan fácil como parece y como muchos creen. Requiere conocimiento y par de cosas más.

Primero que todo; nosotros los puertorriqueños de la isla no éramos el público al que iba dirigido el mensaje. Su objetivo era impactar a los estadounidenses, a las organizaciones internacionales y a los puertorriqueños que viven fuera. Era poner a Puerto Rico en la palestra y mantenerlo en la discusión pública. 

Demostrado quedó porque aunque aquí medio mundo la atacaba, a nivel internacional iba captando cada vez más y más atención y era más visible; al punto de que fue la voz que lideró la exposición de la situación de Puerto Rico fuera del 100 X 35. 

Además, para los puertorriqueños que viven fuera ella estaba sacando la cara y dando la batalla porque se atendiera el caso de Puerto Rico. Y esto no tiene nada que ver con política.

Mucho leí por ahí: “Claro, pero si Trump no le hubiese contestado, ella no hubiese tenido tanta exposición”. Ahora bien, ¿se creen que quien desarrolló la estrategia de comunicación no lo sabía? ¿Piensan que contestarle al presidente no fue un riesgo medido? Acciones llevan a reacciones. Si conoces al contrario, sabes lo que podría pasar. Para nada me extrañaría que hubiese sido así.

Todos los detalles fueron bien cuidados. Carmen Yulín Cruz habla un excelente inglés; lo que pudo haber sorprendido a muchos. No sólo los líderes del partido en el poder dominarían el escenario. Así que en cuestión del idioma iba a apelar muy bien a los medios estadounidenses y extranjeros. Utilizaba ambos idiomas, de acuerdo a quién le estuviera hablando. Su proyección fue cuidada. 

La vestimenta fue clave. Botas, gorra y hasta, en ocasiones, ‘ropa de fatiga’. Las camisetas con mensajes en inglés. Una mujer con actitud retadora y de denuncia. Hasta su cabello sin pintar comunicaba. Estaba tan ocupada en la emergencia que eso no era importante. Transmitía que estaba trabajando tan arduamente que no tenía tiempo ni para ella misma.

Denunciaba las faltas del gobierno federal hacia los puertorriqueños, que son ciudadanos estadounidenses, y luchaba por su bienestar. En otras palabras, a través de la proyección y la palabra, estaba dejando claro que era la líder que no tenía miedo y que le hacía frente al gobierno de Trump para que el pueblo puertorriqueño recibiera la atención que se merecía.

Esto hizo que muchísimas figuras y personalidades estadounidenses entre los que se encuentran Cher, Ellen Degeneres, Hillary Clinton, Stephen Colbert y hasta los creadores de The Simpsons, la apoyaran. También salió como un personaje en uno de los pasos de comedia de Saturday Night Live y en una escena de The Simpsons. Fue entrevistada por casi todos los medios estadounidenses y notas sobre ella fueron publicadas en medios internacionales de todas partes del mundo.

Y resultó nominada a persona del año por la revista Times. Me estuvo más que interesante, por no decir divertido, la campaña que se hizo en su contra. Y es que la decisión final era de los editores, no de la gente. El mero hecho de considerarla, demostró que el mensaje estaba llegando. Creo que el valor de este reconocimiento, el apoyo y la exposición mediática, más que todo, fue que por ella el tema de Puerto Rico se mantuvo vivo y vigente, sobre todo en los Estados Unidos.

Si analizamos el mensaje, en ningún momento tocó sus ideales políticos. Se enfocó en la necesidad del pueblo puertorriqueño, que somos ciudadanos estadounidenses, que somos un territorio de los Estados Unidos y que, como tal, el gobierno tiene una responsabilidad con nosotros. Hasta criticó el efecto de la reforma fiscal en la Isla.

Hay que reconocer que en momentos la oficialidad, por las razones que fueran, mantuvo silencio o llevaba un mensaje moderado sobre la reacción o ejecutorias del gobierno y las agencias estadounidenses. En ocasiones hasta los felicitó.

Mientras, la alcaldesa pasaba a ser una voz solitaria en denunciar la situación de Puerto Rico. Era quien enfrentaba al presidente Trump. En muchas ocasiones lo que dijo resultó ser verdad; como lo de la lenta respuesta, la falta de suministros y las muertes. Esto le dio fuerza y credibilidad.

Y aunque quisiera, no voy a entrar en su efecto en la política puertorriqueña porque todavía hay mucho camino por recorrer. Además, la campaña en su contra va viento en popa y está haciendo su efecto. ¿O alguien se cree que el que gran parte de San Juan todavía no tenga energía es por pura casualidad?

Sólo diré que si la actividad económica no se activa y los comercios no funcionan, ¿cómo se va a pagar patentes y a cobrar el ‘tax’ municipal? ¿Cómo el municipio generará ingresos para pagar el bono o cualquier otra cosa? Nada pasa por casualidad. Lo dejo ahí, para que lo rumiemos…

Simpatice uno o no con ella, tiene que reconocer que ella hizo un buen trabajo en lo referente a comunicar lo acontecido luego del huracán María. De que logró mantener a Puerto Rico en la palestra por mucho tiempo, lo logró. Esto lo demuestran la gran cantidad de notas periodísticas, artículos, entrevistas y análisis en medios de todas partes del mundo.  


No sé quién desarrolló la estrategia, pero de que fue -y es- efectiva, no hay la menor duda. Segura estoy que aquí hubo mucho pensamiento. Hubo investigación, buena planificación y mejor ejecución. De eso es que se trata el desarrollo de una buena estrategia de comunicación; no de otra cosa. Por eso, no debe -y no puede- hacerlo cualquiera.

¿Y qué en Puerto Rico? Ahora es que esto se pone bueno. Sólo voy a decir que aquí el que más y el que menos sabe que cualquier acción que haga repercutirá en su carrera política por eso la lucha político partidista se recrudecerá. Así que veremos mucho sobre sus desaciertos, los recogidos de escombros, las inundaciones en algunas áreas y otro montón de cosas más. Sólo nos resta observar y ver como cada quién lo manejará y, al final, quién prevalecerá.  El tiempo dirá...


* Las fotos fueron sacadas de Internet con el único propósito de acompañar este escrito.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Huracán, comunicación y transparencia



Esta entrada la estuve toreando por algún tiempo. La he rumiado mucho porque no me gusta disparar de la vaqueta. Hay que analizar las cosas mirándolas de frente, a la distancia, sin miedo y con cabeza fría. Eso es lo que he tratado de hacer.

Sé que estoy entrando en aguas profundas y caminando en suelo minado pero, ¿qué le vamos a hacer? Tengo que decir las cosas como las he visto y sin dorar píldoras, aunque a muchos no les parezca. A esos, mis disculpas; pero es momento de dejar los paños tibios. El primer paso para resolver un problema, es reconocerlo.

Si algo ha quedado claro, y mientras pasan los días más se ve, es la falta de transparencia y la carencia de un buen plan de manejo de la comunicación. Llevamos más de setenta días del paso del huracán María y vemos muy poco avance, mensajes contradictorios, informaciones sesgadas y una gran incongruencia entre lo que se dice y lo que se ve, se lee o se conoce.

Comunicar no es tarea fácil, más bien es algo complejo. Es muchísimo más que hacer conferencias de prensa, enviar comunicados, buscar el ‘Photo Opportunity’ y un ‘hashtag’. No es propaganda, adoctrinamiento o manipulación. Es desarrollar una estrategia de comunicación clara, veraz y efectiva. Es informar, educar. Es actuar.

En muchísimas ocasiones lo que se quiere comunicar o se cree que se está comunicando, no es igual a lo que se proyecta o se percibe. Se puede decir algo, pero el lenguaje corporal, los gestos y hasta la voz pueden llevar otro mensaje. Mucho de esto, vemos.

He comentado en par de ocasiones que en un principio tuve una buena impresión del manejo de la comunicación por parte del gobierno. Se tomó muy en serio la situación y su función de orientación y gestión. La proyección del gobernador fue buena. El mensaje fue claro y efectivo. Gracias a esto se salvaron muchas vidas.

Pero también vi las tribus de colores en acción. Ver en TV, a punto de entrar el huracán, una entrevista a una alcaldesa que indicaba que no le habían entregado una planta eléctrica y unos catres que le habían prometido. Pasarían el huracán a oscuras y las personas sin tener dónde dormir.

Más chocante fue, que en el reportaje siguiente, se mostraba otro municipio donde se indicaba que todo estaba en orden, con planta disponible, y hasta que tenían catres guardados por si llegaban más refugiados. ¿Tendré que decir de qué partido era cada quién? Me parece que no.

Una vez pasado el fenómeno, la buena percepción comenzó a cambiar. Vamos a decir que los primeros días no se sabía ni la hora que era y había que dar margen para maniobrar. Pero no podemos escudarnos en eso para justificar lo que no se hizo bien.

Se empezó a notar la falta de un plan, de una estrategia de comunicación. Desde que pude seguir los medios lo percibí, y con el pasar de los días lo confirmé. La respuesta gubernamental resultó lentísima. En muchísimas ocasiones se valora más la reacción que el acontecimiento mismo.

Parecía que el problema era más grande de la capacidad para manejarlo y que se estaba improvisando. Se enfocaron más en la estructura que en el contenido. En la forma, más que en el mensaje. En la proyección, más que en la realidad. Mucho se ha dicho del COE, tanto de un lado como del otro; pero ahí no voy a meterme. 

Empecemos con las conferencias de prensa. ¿A quién iban dirigidas? ¿Quién era el público primario, el pueblo puertorriqueño o la prensa estadounidense? Las conferencias de prensa comenzaban en inglés y llegó un momento que tres cuartas partes eran en ese idioma.

¿Cómo creen que reaccionaría una persona que está aislada, que no sabe lo que estaba pasando, que tiene poca comida, no tiene techo pero sí sólo un radio de baterías y la información que se da no la entiende porque no habla inglés? Lo del idioma es algo básico porque era necesario informarles. Que supieran que no los habían abandonado.

Referente al gobernador, se perdieron muy buenas oportunidades para hacerlo brillar y solidificar su imagen. Como en un principio proyectó muy bien, lo sobreexpusieron y quemaron el cartucho demasiado temprano. Estaba en todos lados haciéndolo todo, como si él fuera el único que estuviera trabajando. Pasó de información a propaganda.

Y no pueden faltar los “Photo Opportunity”. Para mí resultaba inaudito que enfrentando una crisis como la que tenemos, hubiera -y haya- espacio para tanta foto que no son documentación, que son posadas, que son para la cámara, para promocionarse o para propaganda.

Me chocó mucho ver una foto del gobernador entregándole los toldos azules a un senador de San Juan, ¿por qué a él? Desde hacía par de semanas, ¿no se estaban esperando los benditos toldos azules y nadie decía nada?¿No que es el Cuerpo de Ingenieros el único autorizado a colocarlos?

A eso hay que añadirle las fotos montado en una excavadora y poniéndose el chaleco para ‘limpiar’ San Juan?. No creo que tengo que explicar nada. Se cae de la mata. ¿Y la foto del gobernador activando La Plata? Entre esas, muchas más. A eso hay que añadirle la de otros políticos, de un bando y de otro, porque aquí el que más y el que menos, lo suyo tiene.

Hablando de San Juan; la alcaldesa, como todos, también tiene lo suyo. Pero no voy a decir nada aquí porque su estrategia de comunicación es un caso digno de estudio y de discusión. Merece una trepadita aparte.

No podía dar crédito, al campo de batalla creado y que sigue activo. Se ha perdido el foco de lo que es la prioridad y lo importante para darle paso al ataque entre unos y otros, para politiquear y para aplanar el camino para las elecciones. Ya veo las campañas…

La AEE se convirtió en el talón de Aquiles del gobernador. Apareció ‘Whitefish’ y se abrió la compuerta. Me estuvo súper interesante que a partir de ahí no se hacían conferencias de prensa conjuntas. Ya no había logos ni símbolos del gobierno central, sólo de esa corporación pública y sólo estaba el director ejecutivo.

Y algo que le podría perjudicar al gobernador es que no despidiera al director ejecutivo; sino que se le ‘aceptó’ la renuncia. La razón que se dio es porque era una distracción, no que su trabajo fue pésimo. Eso lleva mensajes contradictorios. Es que esos son puestos de confianza y con despedirlos es suficiente. ¿Por qué darles a ellos la opción?

Y seguimos atorados con la falta de electricidad. Se habla de generación y se reconoce que no se tienen estadísticas, o por lo menos dicen no tenerlas, de cuántas personas tienen energía eléctrica. Y se negaba que no se avanzaba por falta de materiales y resulta que ahora se le saca partido noticioso a todos los postes que llegan.

Muchísimos comercios están cerrando, los supermercados con muchas carencias de productos y muchas familias padeciendo la falta de electricidad. Hay muy pocos semáforos funcionando. Muchos sectores de nuestra economía todavía no arrancan.

Se hablaba de que el país se estaba recuperando y lo que se veía en las redes sociales era otra cosa. Se habla de un aumento en los niveles de pobreza. De un cuarenta y tantos antes del huracán a un cincuenta y tantos para estas fechas.

‘Puerto Rico se levanta’ pasó a ser sólo un estribillo. El mensaje oficial chocaba con las historias y lo que se presentaba en los medios, sobre todo en los estadounidenses. Parecía que hablaban de dos países distintos. Esto abrió la ‘caja de Pandora’ porque comenzó a fluir información que era diferente a la que se había dicho.

Aquí tengo que decir que lamentablemente, salvo algunos medios puertorriqueños, quiénes sacaron a la luz muchísimas cosas y nos pusieron de frente la realidad que vivía el país fueron los medios estadounidenses.

Y aparecieron las cifras de muertos. Y el gobierno desmintió lo que dijera algún medio estadounidense. Al final, resultó que estaban en lo cierto. Aumentó la cifra de muertes asociadas al huracán, la cantidad de cremados y muchísimas cosas más.

Siguieron apareciendo informaciones contradictorias relacionadas a los suministros, a las ayudas, a los fondos. El gobierno reconoció que no tenía Plan B y que esperaba por la ayuda de los EEUU. En eso estamos a más de setenta días. Al sol de hoy, no se ve un plan del gobierno, pero se sigue diciendo que nos estamos levantando.

No se deben crear falsas expectativas. Después de estos setenta y tantos días y en muchos lugares estar como casi al principio, es inevitable una laceración en la confianza y la credibilidad, tanto para funcionarios y agencias locales como federales.

En muchísimos renglones todavía no hay un cuadro claro de la realidad. Las dudas y la desconfianza crecen porque se dice una cosa y se hace otra. Es mejor que usted diga las cosas tal cual son desde un principio. Crear faltas expectativas o los 'chijí, chijá' para quedar bien, no es la solución. NO se miente, ni se omite, ni se acomoda, ni se cambia la información. Al final, todo se sabe.

Se habla de transparencia pero no se ve porque el discurso es uno y la acción es otra. El desarrollo de una buena estrategia de comunicación debe estar de la mano de la ética y dirigida al bien común, no por intereses particulares o de terceros. Hay que desarrollarla diciendo la verdad con un mensaje claro y preciso. 

Se agradece más la sinceridad y la verdad, por dura que sea la realidad, que acomodar las cosas de manera que se aparente estar bien y que pensemos que el mundo es una cascada de colores y que Bambi corre por le bosque detrás de la mariposa.