Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

miércoles, 20 de febrero de 2019

Las sombrillas…


Foto de Raúl Mendoza tomada de las redes sociales

Había dicho que no diría nada porque no me quería entretener ni perder el tiempo con temas tan poco trascendentales como este de las sombrillas cuando están pasando cosas muy importantes en el  país.

Al final, no me pude escapar. Y es que tengo que decir algo porque algunos casi han convertido el proyecto de las sombrillas en un culto de adoración cuando es algo “mono” y está ‘cool’, pero hasta ahí.

Y es que los ‘simpatizantes’ lo presentan como si fuese el gran proyecto que motiva el turismo y está salvando la economía de Puerto Rico.  Repito, no deja de estar ‘cute’ y es llamativo, pero de ahí al ensalzamiento hay un gran trecho. Más que todo porque, para variar, se usa para politiquear.

Seguí una conversación en la red social del pajarito azul -que fue lo que motivó esta entrada- sobre la nueva ‘instalación’ de las sombrillas en la placita de Santurce. Uno de los ‘simpatizantes’ mencionaba que gracias a las sombrillas había aumentado la cantidad de personas en la placita.

Alguien le contestó que la placita siempre se llenaba, pero la persona insistía que no era cierto, que había sido por las sombrillas y que hasta tuvieron que cerrar la calle. Otra persona le mencionó que vivía por allí y que suelen cerrar la calle.

En Águeda, Portugal, surgió todo
Lo más increíble es que la persona seguía argumentando que había sido por las sombrillas. No hubo nada que lo convenciera de que fuera de otra manera. Eso me puso a pensar cuán miopes, obtusos y fanáticos podemos llegar a ser.

Realmente no entiendo la ‘estrategia’ detrás del ensalzamiento de las sombrillas. Sólo pienso en Chomsky y la técnica de la distracción, donde se desvía la atención de lo verdaderamente importante con informaciones insignificantes. La idea es que el público no se interese en temas cruciales y trascendentales y se enajene con temas livianos.

Y vuelvo y digo que la iniciativa de las sombrillas en San Juan está chévere, pero no al punto de hacerle una oda porque, al final, esto se hace en muchísimos lugares en el mundo.

Los primeros en utilizar sombrillas, aunque no estaban colgadas, fueron Chisto y su esposa Jeanne- Claude, ya fallecida. Hicieron una instalación (1984-1991) de 1,760 sombrillas amarillas gigantes en los campos de California y 1,340 sombrillas azules en los campos de arroz de Ibaraki, Japón. https://www.japantimes.co.jp/culture/2016/09/20/arts/openings-outside-tokyo/christo-jeanne-claude-umbrellas-japan-usa-1984-91-documentation-exhibition/#.XG3bLhwhG0Z

Pero tal como están en San Juan es mucho más reciente. El “Umbrella Sky”, como se conoce el proyecto a nivel mundial, se comenzó en el 2011 en el Festival de Arte de Ágitagueda. Fue desarrollado por la firma creativa ‘SextaFeria’ para el ayuntamiento de Águeda y ya se ha convertido en una tradición y en un emblema turístico. 

Águeda, Portugal
La iniciativa surgió porque los comerciantes se quejaban que al hacer peatonales varias calles del centro de la ciudad habían perdido clientes. Atendiendo esta necesidas y también buscando dar sombra y color durante el tiempo del festival, se colocaron tres mil paraguas en las calles, a un costo de 14 mil euros http://www.laregion.es/articulo/tendencias/ciudad-paraguas-revivir-barrio-invasion-color/20140806104001486093.html

Pero muchos lugares en el mundo también lo han hecho o lo están haciendo. En México, por ejemplo, hay varios. En Mérida, Yucatán, se instaló el paseo de las sombrillas con 850 de diferentes colores buscando crear un espacio atractivo y atraer visitantes. La inversión fue de 200 mil pesos mexicanos. https://sipse.com/milenio/amp/inauguracion-merida-paseo-de-las-sombrillas-pasaje-revolucion-noticias-yucatan-272192.html

Hay otros proyectos similares, aunque con diferente nombre, en Ciudad México (Pasillo de las sombrillas), en Chihuahua (‘Ciudad de los paraguas’) y Aguascalientes (‘La calle de las sombrillas’), por mencionar algunos.

En la ciudad de Getafe en Madrid, España, se colocaron 2,750 sombrillas en el 2013, pero fueron removidas a los poco más de dos meses por aparente vandalismo. En el 2014, durante la época veraniega, las sombrillas fueron sustituidas por cometas. Cubrían  un kilómetro de calle. http://www.telemadrid.es/noticias/madrid/Getafe-paraguas-colores-Madrid-vandalicos-0-1488751142--20130803061532.html

En Tegucigalpa, Honduras, en el 2014, convirtieron la iniciativa en una de recaudación de fondos para el Instituto Museo para la identidad Nacional. http://buenasnoticias.hn/2014/08/18/cielo-de-sombrillas-multicolores-en-tegucigalpa/

Coral Gable, Miami, Estados Unidos de América
También se pueden encontrar sombrillas en Turquía, Dubai, Inglaterra, Francia, Taiwan, Italia, Hungría, Grecia y Estados Unidos, entre otros. 

En Instagram hay sobre 34 mil publicaciones de las instalaciones de sombrillas alrededor del mundo.  https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/08/24/umbrella-sky-sombrillas-de-colores-invaden-el-mundo-y-tambien-instagram_a_23509028/

Hasta mis estudiantes colgaron sombrillas del techo del Centro de Comunicación de Sagrado en la casa abierta en marzo de 2018, mucho antes de que se colgaran en las calles del Viejo San Juan. ¡Y todo mundo fue a verlas!

Esto de la sombrillas es una buena iniciativa, pero no es la panacea que salvará al país. Sigo rumiando el porqué de todo este andamiaje alrededor de las sombrillas. Además, sería interesante saber cuánto le costó -y cuesta- al erario. 

Así que vamos a poner el tema de las sombrillas en su justa perspectiva y enfoquémonos en lo verdaderamente importante. Porque mientras nos entretenemos con nimiedades, nos estamos quedando sin país. 



Las fotos fueron tomadas de las redes sociales con el único propósito de acompañar el escrito.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Los gobernantes y la gracia divina


La coronación de Napoleón de Jacques Louis David

En mis clases siempre incluyo elementos históricos relacionados a la materia que se esté estudiando. Creo que es importante que conozcamos cómo fue la evolución de lo que conocemos hoy. Es una manera de analizar la manera en que se actuó ante ciertas situaciones.

Los vestigios de lo conocemos hoy como protocolo se remontan a las primeras civilizaciones. Uno de los temas que discutimos, no tanto como quisiera porque no es una clase de historia, es cómo a través del tiempo se estableció y se jerarquizó el poder.

Resulta la mar de interesante ver que desde las antiguas civilizaciones, tanto de este lado del charco como del otro y en distintas épocas, se ‘amarraban’ los gobernantes a cuestiones divinas.

Si se hace un análisis histórico, que no es la razón de esta entrada, se podría apreciar que en casi todas se utilizó el mismo concepto. Los asirios, los egipcios, los chinos, los japoneses, los coreanos, los romanos, los mayas y los incas, son sólo algunos ejemplos de esto.

Su relación con la divinidad podía ser variada. Algunos atribuían que eran descendientes de los dioses, otros que los dioses les habían conferido el poder para gobernar, aplicar la ley y la justicia y otros, como en el caso de los faraones y luego los césares, ellos eran la divinidad. Así se hacían del poder y lo perpetuaban.

Muchísimas dinastías, que según el DLE es una “familia en cuyos individuos se perpetúa el poder o la influencia política, económica, cultural, etc”, fueron quedándose en el tiempo. Las que quedan han ido modificando o ajustando su rol dentro de la sociedad de acuerdo a la realidad actual.

Cuando muchas de estas se abolieron, sobre todo en el siglo pasado, gran cantidad de países pasaron a ser, en su mayoría, repúblicas democráticas donde el poder político es ejercido por los ciudadanos. Los dirigentes o gobernantes son electos por el pueblo y se respeta el principio de ley y orden. Hasta ahí, vamos bien.

Toda esta perorata es porque recién leí que un alcalde anunció que su hijo lo sustituirá en el cargo. Y de hijos asumiendo los cargos políticos hemos visto muchos a través de la historia. Lo que me chocó mucho fue la justificación del alcalde; que Dios se lo dijo.

Podrán imaginarse cuántas cosas pensé cuando leí eso. Me parece interesante que a estas alturas del siglo XXI, se siga utilizando el “Dios me dijo”, para conseguir el apoyo de las personas. Que a lo mejor sí se lo dijo; quién sabe. Pero no sé por qué; pero me parece que Dios no se mete en la política.

En un sistema democrático debe haber separación de iglesia y estado, pero la realidad es que muchos dirigentes utilizan el argumento para influenciar o buscar el apoyo de sus correligionarios. Y no tengo que decir que habrá quién, sin cuestionarse absolutamente nada, validará lo que dice el alcalde.

Me impresiona sobremanera que se utiliza el ‘mensaje divino’ para dejar en el puesto al hijo; como si se tratara de una dinastía. Los dirigentes deben entender que  en las democracias, los puestos no son hereditarios.

Al final veremos sí, como ha pasado en la historia, habrá quién lo haya creído. Como pinta la cosa en este país, estoy segura que más de uno lo creerá así.

domingo, 10 de febrero de 2019

Comunicación, transparencia y veracidad


Uno de los grandes desaciertos que han tenido los gobiernos en los últimos años, y esta administración no es la excepción, es en el manejo de la comunicación. Pareciera que es fácil, pero para poder hacerlo de manera efectiva muchos elementos deben converger.

Desde el punto de vista del comunicador debe haber una combinación entre base académica, conocimiento general, experiencia, prudencia y sentido común; entre otros. Y desde el punto de vista del gobierno debe haber un plan establecido, directrices claras, transparencia y veracidad; entre otras.

Y es que comunicar no es enviar comunicados de prensa casi todos los días sobre cualquier cosa o hacer conferencias de prensa para todo. Ni crear o estar buscando el ‘photo opportunity’ para buscar exposición o hacer propaganda. No es forzar las cosas.

Tampoco es crear “medios”, que realmente son vehículos propagandísticos para ensalzar cualquier cosa que se haga. Mucho menos es contratar gente para que en las redes sociales alabe los suyos y despedace al contrario. Los troles, muchos de ellos pagos, más que llevar información, manipulan. 

En este país se utiliza más la manipulación y la propaganda que la persuasión. Persuadir es dar todos los argumentos y elementos para que la persona, al hacer la evaluación de los mismos, concluya lo que usted presenta. ¿Por qué? Porque es la mejor opción.

Manipular es eliminar alguno de los elementos, obviar información, cambiar cifras o decir verdades a medias para que la persona llegue a la conclusión que se quiere que llegue. Es dirigir la conclusión porque si se hubiera tenido todos los elementos, lo más seguro es que no optaría por eso.

No es forzar las cosas, ni querer aparentar. Ni tratar de ‘mostrar lo bonito’ o lo que le gusta a la gente. Al final, las cosas van cayendo en su sitio, se van conociendo las realidades, se van develando las verdades y todo se sabe. Por mucho que se maquillen las cosas, al no ser genuino, no perdura.

Comunicar es saber concertar un mensaje de manera efectiva. Es desarrollar un plan, una estrategia de comunicación articulada que promueva la política pública, informe a la comunidad y eduque, entre muchas otras funciones, a todos los públicos a los que sirve.

La comunicación debe estar fundamentada en la verdad, en los hechos, en la razón. Debe ser clara, transparente. No en historias, no en cosas acomodadas para dar una impresión positiva. Cuando no son realidades, tarde o temprano se sabe.

Mucho hemos visto de esto, sobre todo en estos últimas semanas. Se dice una cosa, pero resulta otra; se dan mensajes contradictorios, se cambian las versiones, se envían comunicados errados y luego hay que corregirlos. Se justifican cosas injustificables. Se habla de ‘alinear’ a la gente.

Y algunos podrían argumentar que todo es legal, pero moralmente se podrían levantar cuestionamientos. No nos podemos escudar en la legalidad de las cosas para justificar lo que se hace, aún sabiendo que van en detrimento de la sociedad, sobre todo de los más vulnerables. El balance es necesario.

Hay que tener cuidado en lo que se hace y mucho más en cómo se comunica porque no todo se vale, ni todo se puede justificar.

Gobernar no es un juego. De las decisiones de los dirigentes y de sus acciones dependen la vida de muchos. Es por eso que todavía estoy tratando de buscarle una razón a la pompa dada a la ayuda humanitaria a Venezuela y, sobre todo, al anuncio del envío del avión con suministros a ese país hermano.

No acabo de entener cuál fue la estrategia detrás de eso; pero clara estoy que no fue una de comunicación ni de relaciones públicas, como alguno podría decir, sino que parece más una estrategia de propaganda.

¿Por qué? Porque en una situación como esa, hay muchísimas cosas en riesgo y eso de anunciar con bombos y platillos que se estaba supliendo el avión, el ofrecer entrevistas, el retar al otro gobierno -aún cuando no somos soberanos-, el hablar y hablar pudo afectar toda la misión del envío de suministros.

No se puede decir que se va a entrar, a la trágala, a un país soberano. Ni mencionar con quién se está coordinando, mucho más cuando es la oposición. Además, esta situación que vive Venezuela es muy compleja y la cosas no son blanco o negro. Hay muchísimos elementos, tanto políticos como diplomáticos y humanitarios que considerar antes de decir nada y buscar protagonismo.

Hay que escoger bien las palabras, hay que ser prudente. No se puede afectar el trabajo que se está haciendo. Hay momentos en que es mejor no decir nada. Dejar que los procesos se terminen y luego informar sobre ellos. No es una competencia en quien dice qué primero.

La responsabilidad de comunicar es mucha. Y hay que hacerlo de la manera más concienzuda posible. El ver cómo se estuvo manejando todo esto, me puso a pensar en si realmente se trabaja una estrategia de comunicación o si quien la trabajó miró las posibles repercusiones más allá de hacer propaganda.

Creo que con esto que pasó quedó claro el porqué siempre estoy con la cantaleta de que quien trabaje en comunicación debe estar preparado para ello.  Porque comunicar nada tienen que ver con ensalzar, querer impresionar o hacer propaganda, sino con veracidad, transparencia y credibilidad.



Clip art: Pixabay