Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

martes, 24 de febrero de 2015

Y sólo tenemos una bandera, no tres…


Tuve que treparme. Es que estas cosas hay que decirlas, y cuanto antes mejor. Es increíble cómo nos distraemos -y perdemos el tiempo- en cosas que ya están definidas y dadas. Pero como tenemos poco conocimiento de las cosas, dejamos que avancen. Así que aquí estoy trepada por el bendito color de la bandera.

Cada día me convenzo más que nuestro gran problema de fondo, no es otro que de educación. Sabemos poco de todo y mucho de nada. Pero lo más triste es que no buscamos, no evaluamos, no analizamos; sino que creemos cualquier cosas que nos dicen.

Y todo esta perorata viene porque una de mis antiguas estudiantes trajo a mi atención la nota periodística publicada sobre la radicación de un proyecto de ley para, según se lee en prensa, ‘definir cuál es el azul de la bandera puertorriqueña’. ¿En serio? Sorprendida quedé; porque eso ya está definido. 

Eso ya está estipulado en la Ley Núm. 1 del 24 de julio de 1952; donde se indica que la bandera del Estado Libre Asociado es la que hasta ese momento se conocía como la bandera puertorriqueña; que no es otra que la bandera con el fondo azul claro, pero no tan claro. En lo que sí estoy de acuerdo con él, es que hay que buscar el color exacto de la bandera. 

viernes, 13 de febrero de 2015

De la ‘lectura crítica’ de los medios... y del IVA


A diario recibimos un bombardeo de información de los medios de comunicación, tanto tradicionales como sociales. Para poder ‘lidiar’ con esta vorágine, deberíamos aprender a ‘leerlos’. Y lo digo en el sentido de ir más allá de las letras, las imágenes y el sonido. Debemos aprender a leer el ‘entrelíneas’, los espacios y los silencios; debemos buscar más de lo que nos presentan.  Eso es necesario para desarrollar el sentido crítico y estar mejor informados. 

Pero la gran mayoría en este país sólo usa una fuente de información y acepta todo como si fuera la palabra de Dios. No se duda, no se cuestiona, no se reta. No buscamos otros puntos de vista. No vemos ni vamos más allá, no confrontamos la información; no la corroboramos. Simplemente, la aceptamos. Eso nos hace susceptibles a la manipulación, a caer redonditos y a repetir como el papagayo lo que otros quieren que digamos. Permitimos que nos digan cómo pensar y actuar. A eso nos hemos acostumbrados.  

No hemos aprendido -porque no nos lo han enseñado-, a hacer una ‘lectura crítica’ de los medios. Y cuando hablo de ‘lectura crítica’ me refiero a pasar juicio sobre lo que publica o transmite uno o varios medios de comunicación. Esto, tomando en consideración el contenido, el contexto, su tratamiento, las líneas editoriales, los diferentes puntos de vista presentados; etc. Es una evaluación crítica de la información comparando, contrastando y analizando. 

jueves, 5 de febrero de 2015

En el deporte, una sola bandera


Siempre he dicho que nuestro problema de fondo no es otro que la falta de educación. Aunque el ‘issue’  lleva días comentándose, hoy al levantarme me encuentro que una emisora radial estaba haciendo un sondeo sobre si la bandera de los Estados Unidos de América debe estar presente en la serie del Caribe, que se disputa en Puerto Rico. Y se revolcó el gallinero… 

Abro paréntesis. Esta trepadita va a ser breve, porque mucho no hay que decir. Las cosas son como son y punto. Nada más con el testigo. No podemos enfrascarnos en discusiones estériles cuando en nuestro país hay cosas verdaderamente importantes. Pero bueno, la situación ha ido escalando,  así que necesita comentarse. Cierro paréntesis.

Este ‘bollete’ comenzó la noche de la inauguración, cuando un político indignado, simpatizante de la anexión a los EE. UU., criticó la organización del evento por no haber incluido la bandera de los EE. UU., ni su himno. Un comentarista de un canal de televisión retuiteó el mensaje del político y lo leí. Pensé que el tema moriría ahí, pero no; con el sondeo de la emisora, se avivaron las ‘huestes’.