Por si las moscas...

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martes, 21 de julio de 2020

Debemos salirnos de la caja, ya.


El que me conoce sabe la lucha incansable, tanto fuera como dentro del salón, por hacer valer la profesión de las relaciones públicas. Porque sí, porque es una profesión y se estudia y quien quiera ejercerla, tiene que prepararse. 

En Puerto Rico se ofrecen grados hasta nivel graduado y se exige una licencia para ejercer las relaciones públicas. La renovación de la licencia conlleva educación continuada; elemento importante para mantenerse actualizado y realizar un mejor trabajo. Esto, deja claro el nivel de profesionalismo que existe en el país. 

Ahora bien, con acontecimientos recientes, tanto en Puerto Rico como en otros países, me di cuenta de algo muy importante; que tenemos que trascender al grupo profesional. Nos estamos hablando nosotros mismos y nos damos de palmaditas unos a otros.

Y no me malinterpreten, eso es importante pero tenemos que ir más allá. Tenemos que hablarle y convencer a quien tiene el poder decisional y contrata a profesionales porque si no, nos quedaremos en lo mismo. 

Nosotros sabemos qué hacer, cuándo y cómo hacerlo. Somos los llamados a desarrollar las estrategias de comunicación de una persona, dependencia gubernamental, organización o empresa. 

Estamos capacitados para desarrollar un mensaje pertinente, claro y preciso, establecer líneas de comunicación, fortalecer relaciones con los públicos y buscar un cambio de opinión o consolidar una reputación; entre muchas otras cosas más.

Y es que viendo los ocurrido en las últimas semanas, los líderes, ya sean de gobierno o de empresas, toman decisiones equivocadas en cuanto a cómo manejar la comunicación o las relaciones con sus públicos. Usan tácticas erradas, cometen errores y después no los aceptan, hacen uso de la propaganda y muchas cosas más.

Segura estoy que un relacionista no apoyaría estas cosas. Pero, la decisión final no recae en él. El relacionista recomienda, como especialista en comunicación. El acatar la recomendación está en manos de la gerencia o el cliente.

Y aquí es que viene la razón de esta trepadita. Debemos empezar a educar a quien tiene el poder decisional. Enseñarle la importancia de las recomendaciones de los relacionistas. Mostrarle el efecto de no hacer las cosas como se le recomiendan en lo que les importa; la ganancia, la venta, el dinero.

Muchas de las empresa exitosas tienen líderes que consultan a los profesionales y siguen sus recomendaciones porque saben el valor que tiene para su empresa ese ‘expertise’. Se dejan guiar porque confían en sus asesores en comunicación y saben de su importancia para la empresa y el posible efecto al no hacer lo que le recomiendan.

Tenemos otros que piensan que una persona en comunicación es un niño del mandado y que tiene que hacer lo que le dicen, haga. Que su opinión se limita a decirle de qué lado queda mejor en la foto o que tiene que buscar publicar cualquier cosa que haga, así sea rascarse el codo.

Debemos buscar que los líderes de empresas, oganizaciones y dependencias gubernamentales reconozcan la importancia de la comunicación y de contar con un profesional. Que entiendan que deben darle la oportunidad y dejarse guiar. Que quien sabe de estrategias de comunicación es el relacionista.

Que no es hacer lo que ellos digan ni como ellos digan. Ver tanta decisión desacertada me ha puesto a pensar. ¿Cuánto se respeta nuestro trabajo? ¿Por qué no se le da el espacio al relacionista, como estratega de comunicación que es, a hacer lo que tiene que hacer?

¿Entienden los líderes el efecto de lo que hacen? ¿A qué se debe que busquen personas no cualificadas ni con los credenciales para ocupar estas posiciones? ¿Es más fácil decir qué hacer que aceptar la recomendación del experto?

Creo que tenemos que reenfocar esto y buscar tener un acercamiento más directo con los que toman las decisiones y contratan personal de comunicación. Mientras no lo hagamos, nos quedaremos en la periferia llamando la atención -como yo- sobre lo que no se hace bien. 

Estamos en un momento idóneo para hacerlo. Los líderes deben entender la importancia de dejarse guiar por un profesional de la comunicación. Hay que educar a los directivos que toman decisiones. Salgamos de la caja, ya.


Ilustración gratuita sacada de https://www.pngegg.com/es/png-wogim

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