Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

miércoles, 1 de octubre de 2014

“Si es por escribir, escribimos todos”


Me pasa lo mismo de siempre; digo que no voy a escribir sobre algo y acabo trepada en la sillita. Esta semana, que es la del relacionista, la iba a tomar de “vacaciones” y no me iba a trepar pero aquí estoy “encaramá”. Y es que hay mucha gente que ha estado cuestionando nuestra profesión, la necesidad de una licencia para “hacer” relaciones públicas y el por qué se quiere regular la profesión. Pues aquí vamos.

¡Ah!, y antes que se me olvide, sigo viendo los “relacionistas públicos” choretos... Otra vez vuelvo y digo, que el término correcto es relacionista. Y para el que todavía tenga duda, las relaciones públicas es “un proceso de comunicación estratégica que construye relaciones mutuamente beneficiosas entre la organización y sus públicos”. A ver cuándo entenderemos que esto es mucho más serio de lo que muchos creen y cualquiera no lo puede hacer. 

Porque digo yo, “si es por escribir, escribimos todos, pero sólo algunos son escritores”. Con eso quiero empezar esta reflexión porque una cosa es hacer las cosas y otra saberlo hacer. Y lo comento porque una colega trajo a mi atención un comentario que hizo una persona respecto a la licencia del relacionista donde decía que para escribir un comunicado no había que licenciarse. 


Y estoy de acuerdo en que para escribir no hay que licenciarse; pero es que nuestra licencia no es para escribir comunicados. El que piense esto no tiene idea de lo que realmente son las relaciones públicas ni conoce el trabajo del relacionista. Y es que la licencia va muchísimo más allá. El trabajo del relacionista es mucho más que redacción. Y que conste, que esa es una destreza que debe tener porque no sólo se escriben comunicados sino también artículos, discursos, mensajes, informes anuales, en medios sociales, perfiles, textos de anuncios, opúsculos y hojas sueltas, tarjetas, invitaciones, presentaciones; etc. Así que para escribir comunicados, no es.

No es escribir por escribir porque detrás de esa redacción debe haber un “thinking”, una estrategia. Lo redactado debe apelar al público al que va dirigido y ajustarse al medio al que va a ser enviado. Debe redactarse con los principios básicos del periodismo. Hay que conocer el ciclo de vida de la noticia, cómo funcionan los medios y a quién se lo va a enviar; entre otras cosas. Así que tan fácil como se ve, no es.

También he escuchado que para hacer relaciones públicas no hay que licenciarse, que eso es fácil y que cualquiera puede hacerlo. Si fuera tan fácil no se necesitarían los relacionistas porque esto sería una panacea y viviríamos “flower” viendo a Bambi corriendo por el bosque porque el mundo sería una cascada de colores… Sólo hay que mirar alrededor para darse cuenta que la cosa no es así y que la comunicación requiere de especialistas, de estrategas, de personas que tengan educación formal, y si no es así que se adiestren y lean, tomen cursos, etc.; pero esto no es tan fácil como muchos piensan.

Y no estoy negando que haya quien pueda hacerlo, porque sería injusta si digo que no; pero no es lo usual, no es la regla. Siempre, de una u otra manera, va a necesitar de ese trasfondo académico, de esa formación, de esa educación porque eso es lo que le va a dar profundidad de pensamiento, le va a poder dar el marco para el desarrollo conceptual. Ahí está la diferencia.

El relacionista es un estratega de la comunicación, es un especialista. La comunicación se planifica, como se planifica lo financiero, como se hace con los planes de negocios, como se hace todo lo demás. Se preparan programas de comunicación para los públicos internos como los empleados, sus familiares, la junta de directores; entre otros y para los diferentes públicos externos como los funcionarios del gobierno estatal, el municipal o el federal, los consumidores (segmentados, claro está), las organizaciones profesionales afines, los miembros de la industria, etc.  Y todo esto varía por organización porque cada una tiene su particularidad; así que se tiene que trabajar individual. No hay un plan estándar –siempre escucho el comunicado y la conferencia de prensa- ni dos empresas son iguales, así que la comunicación no hay que trabajarla igual. Esto no se puede hacer a lo loco, de la nada o “lo que yo creo”. 

Trabajamos con programas de responsabilidad social y con planes de comunicación en crisis. Desarrollamos estrategias de comunicación y nuestro trabajo debe estar fundamentado en el bien común. Debemos estar conscientes de que lo que hagamos impacta a miles de personas. Esto hay que tomarlo con la seriedad y la responsabilidad que corresponde; así que hay que hacerlo de la mejor manera posible. No pare más.

Leí por ahí que los relacionistas necesitan investigar y medir lo que hacen. ¡Por poco me caigo de la silla! La investigación es parte fundamental del trabajo del relacionista. Esto no es “de la manga production”. Desde el día uno aprendemos de investigación. Es fundamental para nosotros porque es a través de ella que vamos a poder identificar el problema de comunicación, si alguno, o la buena oportunidad. No trabajamos con lo que “creemos”, sino con los resultados de una investigación; que puede ser formal o informal, cuantitativa o cualitativa, dependiendo de la situación y la necesidad. Lo que hagamos tiene que ser medible y cuantificable. Así que de la nada y en el aire, no trabajamos. 

Respecto a la medición, TODO se mide. Esto es lo que le da validez a nuestro trabajo. Y no es “le gustó al cliente”, “está bonito”, “me lo publicaron en el periódico”, “la gente estaba contenta”; etc. Eso no es medición. Se desarrollan sistemas de medición de acuerdo a lo que se está haciendo. Y puede ser por auditorías de comunicación, por análisis de contenido, por cuestionarios y entrevistas; entre muchas maneras más. 

Algo que creo es importante mencionar, es que el profesional de las relaciones públicas debe tener amplio conocimiento de todo; de lo que sucede en el país, en el exterior, de arte, de música, de sus clientes, de la competencia, de los medios de comunicación, tanto tradicionales como sociales, de protocolo, de destrezas de relaciones interpersonales, debe tener agilidad mental y ser proactivo. Debe tener amplitud de pensamiento, conocer la opinión pública, cómo se forma y las diferentes etapas de una situación, los diferentes líderes de opinión y cómo reaccionar rápido a las cosas y de una manera efectiva.

Y no me quiero extender más, porque no era la idea. Sólo quería dejar claro que la comunicación no es un juego y que cualquiera no lo puede hacer. Con ella se pueden destruir personas, manchar reputaciones y echar abajo una empresa. Por eso es imperioso que el practicante fundamente su trabajo en la ética; en la verdad, en la trasparencia.

Es interesante porque muchas de esas “cosas” que se critican, son hechas por personas que no tienen la preparación o el conocimiento básico de los que es las relaciones públicas. Y vuelvo y digo, no es cuestión de ‘cerrar el círculo’; el que quiera ejercer la profesión que se prepare, que busque, que lea, que conozca los límites, la ética y lo que conlleva. Que esté consciente del resultado de sus acciones.  Comunicar es una gran responsabilidad y debe estar en las manos de los que estén preparados para ejercerla. Porque vuelvo y digo,  “si es por escribir, escribimos todos, pero sólo algunos son escritores”; pues así lo mismo con las relaciones públicas y el manejo de la comunicación.



* Los visuales fueron tomados prestado de Internet con el único fin de acompañar esta reflexión.

2 comentarios:

  1. ¡Ay Marisa, no sabes cuánto me identifico con esta entrada! Como bien señalas, hay mucha gente por ahí --clientes incluso-- que creen que porque pueden escribir y hablar, pueden hacer el trabajo de un comunicador profesional como lo es un relacionista. Lamentablemente, creo que vamos a luchar contra este pensamiento por muchos años más, pero escritos como el tuyo son una aportación importante para establecer de manera clara y precisa cuál es nuestro rol. Sigue trepando, sigue escribiendo, que aunque apenas comento siempre te leo por la profundidad de tu pensamiento y la claridad con la que los expresas. ¡Feliz semana del relacionista!

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    1. Mi querido Joseph, gracias por tus palabras; de cuore. Tenemos un largo camino, pero si seguimos caminando en la dirección que vamos, estamos avanzando. Mi respeto y admiración siempre. ¡Feliz semana del relacionista!

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