Por si las moscas...

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miércoles, 20 de marzo de 2019

El rol de ‘la primera dama’



Hay temas que no quisiera tocar, por aquello de no herir susceptibilidades. Y es que la mayoría de la gente dispara de la baqueta sin tan siquiera darle un poco de pensamiento o analizar lo que se dice. Lo hacen desde la emoción, no del razonamiento.

Pero llega un momento en que hay que hacerlo porque las cosas se sacan de proporción y tanto se repiten hasta que las gente se las cree; aunque no procedan. Eso está ocurriendo con el rol de la primera dama.

Y lo digo porque muchos tienen una idea errada de sus funciones. Unos piensan que le corresponde el título de ‘honorable’ y otros creen que en la precedencia gubernamental va después del gobernador; entre otro montón más. ¡Mira que escucho cada cosa!

La primera dama ni es funcionaria pública, ni es electa por el pueblo por lo tanto, no le corresponde el uso del escudo de Puerto Rico. Por eso, el sello que esta administración ha creado utilizando el escudo, no debería ser porque no es para el uso de personas ajenas al gobierno y está destinado para cosas específicas. 

Además, ninguna primera dama, ni la de los Estados Unidos de América que tanto impresiona aquí lo que se hace allá, tiene uno. Algunas usan un logo que representa su oficina, pero eso es algo completamente diferente.

La primera dama tampoco tiene injerencia en asuntos gubernamentales ni toma decisiones de gobierno. Así que no debería aparecer su nombre en los carteles que anuncian alguna inversión o trabajo a realizarse. Tampoco es necesaria su presencia en cada firma de una ley.

No sé cuál es la idea de darle un rango que no tiene. Y es que las primeras damas, aunque pueda sonar algo fuerte, llegan a esa posición sólo porque se casaron con el gobernante. Son esposas, no funcionarias públicas.

Si miramos alrededor del mundo, ninguna toma un papel protagónico más allá de la proyección y la representación social. Eso, porque no les corresponde hacer otra cosa. Mucho menos tienen injerencia en las decisiones de las dependencias gubernamentales. 

Las cuestiones de gobierno son atendidas por sus esposos y ellas no intervienen. Y no estoy hablando de colaboración en proyectos especiales; que eso es obvio que lo hará. Estoy hablando de dictar política pública o de ejecutar la agenda de gobierno. 

La figura de la primera dama, más que todo, es de apoyo a la figura del gobernante. Es una posición de proyección pública. Nada más. Tan es así, que no aparece en la lista de agencias gubernamentales.

Por tradición, se establece una oficina donde ella se enfoca en hacer proyectos de corte social; por lo que no se le deben atribuir funciones que no tienen o tener injerencia en cosas que no le corresponden.

Y no estoy quitándole mérito a la posición ni a nadie. Lo que sucede es que no podemos sacar las cosas de proporción ni darle más valor o peso del que realmente tienen. Tenemos que empezar a poner las cosas en su justa perspectiva y dejar de mitificarlas. Porque las cosas, de tanto repetirlas, las gente se las cree.

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