Lo confieso, detesto el 'San Se'. Es que lo escucho y no me suena a fiesta de pueblo, me suena a “tan tan”, a “caput”, a relajo, a "san se acabó". Me imagino que es porque toda mi vida escuché hablar de las Fiestas de la Calle San Sebastián y de momento, se comieron la mitad de las palabras y dejaron el 'San Se'. Perdió como que toda la mística y para mí, ahora como que hablan de otra cosa.
Las personas, sobre todo los más jóvenes, no saben quién demonios, con el perdón de San Sebastián, fue él. Para muchos San Sebastián es el nombre de un pueblo, de la calle del Viejo San Juan y el de las fiestas. Pero no tienen idea de quién era, ahora mucho menos tendrán curiosidad de conocer y saber en honor a quién se celebran las fiestas. San Sebastián era romano y fue un mártir cristiano. Era capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Fue acusado ante el emperador por ser cristiano y, como se mantuvo firme en su creencia, fue sentenciado a morir asaeteado (aunque de esa se salvó, de la segunda -a latigazos- no). De ahí la imagen que perdura hasta ahora y que fue el centro de muchas obras de arte y de serigrafías y distintivos de las fiestas. Ahora sólo aparece el 'San Se'… ¿Será posible que el verdadero sentido y origen de las fiestas lo dejemos tirado en una cuneta del viejo San Juan?
Me imagino que dirán que el 'San Se' es más corto, que es de más impacto, que si es más creativo, que si ahora todo es “minimalista”, tal o más cual; por lo que sea. Pero, por lo menos a mí, eso no me convence. Cada vez sabemos menos de las cosas y no conocemos el origen de las mismas. Y aquí el gran problema; si no buscamos y no aprendemos, no sabremos de dónde venimos, dónde estamos parados y hacia dónde vamos. Somos como goletas que nos movemos para donde nos lleve el viento.