Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 13 de enero de 2013

Pensamos, hablamos y actuamos desde la emoción


Muchas cosas están sucediendo en nuestro país. Algunas han generado una gran discusión pública. Se va desde la crítica negativa, la acusación, la condena, hasta el perdón, la exoneración y el apoyo. Todo dependerá del cristal de quién lo mire y de cómo nos sintamos en relación a esa situación: si nos genera simpatía, afinidad, pena -sí, pena-; o si por el contrario, antipatía, desprecio o desagrado. En muchos de los casos, no ponemos las cosas en perspectiva y pensamos, hablamos y actuamos desde la emoción, sin evaluar o contemplar el cuadro completo. Ahí viene el por qué me trepé en la sillita. 

Confieso que puedo tener sentimientos encontrados, pero trato de analizar las cosas desde todos los ángulos para tener una visión más amplia; aunque no vaya de acuerdo con mi apreciación o sentimiento ante la situación. Sé que me estoy metiendo en aguas profundas con este tema; pero lo que escribo aquí es a manera de reflexión y confío que así se tome. Espero que nadie se ofenda si no está de acuerdo con lo que expongo. Que cada quién tiene derecho a pensar como quiera. Sólo es otra opinión, mi opinión.


La situación “más fuerte” y donde tengo “un choque de trenes” es en el caso del arresto y encarcelamiento de Maha Abdel Rahim. Si alguien merece estar con su hijo, es ella. Hemos visto su lucha por la custodia del niño; que, al final, fue otorgada a su padre por un tribunal de California; por las razones que fueran. Estoy segura que ella es una mujer digna, que ama a su hijo sobre todas las cosas y que sólo busca lo mejor para él. Se ve una persona seria, que está dispuesta a todo por su chiquito. ¡Ya quisiéramos ver nosotros a más mujeres así! Ojalá y que más madres amaran a sus hijos como Maha.

Pero, aquí el pero, hay un detalle que no podemos pasar por alto; y es que desobedeció una orden judicial. Aquí es que viene mi “choque”; mi lucha entre la justicia y lo moral. Creo que tiene todo el derecho a tener a su hijo si está enfermo como se plantea y, sobre todo, porque el chiquito quería quedarse con ella. Sin embargo, debemos ser gente de ley y orden y si tenía que entregar al niño, debió hacerlo. Sí, la desesperación de ella es entendible, pero aunque las cosas no sean justas, hay que cumplir con la justicia. Las reacciones de la gente hacia el sistema, hacia la jueza, etc., han sido virulentas pero sólo se ejecutó la orden de otro tribunal. He leído comentarios de que como somos colonia, nos arrodillamos ante los gringos y le tenemos miedo al tribunal de California. ¿En serio? ¿A nosotros nos gustaría que otra jurisdicción no respetara una orden emitida aquí? Ahí diríamos que como somos colonia no nos respetan. Nuestro eterno cuento…

Y sí, nos indignamos que una persona como ella tenga que ir a la cárcel; a lo mejor le debieron dar fianza, pero lo legal es lo legal. Acción = reacción; cosas que haces tienen consecuencias. Si desobedecemos una ley judicial, la consecuencia puede ser la cárcel. Mucho se podría decir. A lo mejor pudo entregarlo y buscar la custodia del chiquito por su situación de salud; además de que el niño quería quedarse con ella. Al final, ¿no es lo más importante lo que le convenga al niño? Y lo que le conviene al chiquito es estar con su mamá. Pero esto podría complicar más su situación. Y si antes tenía el permiso para verlo; ahora pueden restringirle las visitas. ¿No es esto injusto? ¡Totalmente! Lo importante es que se están dando pasos para que ella pueda salir; además para buscar quién atienda su caso en California y que siga luchando la custodia del pequeño. Ojalá y al final lo logre.

Otro caso que me ha puesto a pensar es el lanzamiento del libro de Adamari. No he leído el libro; así que mucho no puedo hablar. Sí me impacta que de un momento a otro, de ser uno de los querendones del país, Fonsi se haya convertido en el enemigo público número uno de muchos. Volvemos a reaccionar desde la emoción. 

Que conste que no estoy ni a favor ni en contra de ninguno. Sigo diciendo lo que he dicho antes, que Adamari tiene el derecho a decir lo que quiera y tenemos que respetarlo. Nadie tiene que juzgarla por lo que dijo o dejó de decir porque así lo estimó ella y se hará responsable por lo que escribió. Lo que veo increíble es que ya muchos hasta vaticinan “la caída” de Luis Fonsi. ¿A cuenta de qué? ¿Quiénes somos nosotros para condenarlo? Pues ya hay críticos tanto para uno como para el otro. ¿No es gracioso? ¿Ahora van a quemar sus discos, no van a ir a los conciertos o van a hacer un grupo “anti Fonsi”; o por el otro lado, van a reunirse para quemar el libro, van a boicotear sus novelas y programas o van a hacer un grupo “anti Adamari”? ¿Seremos capaces de llegar a esto?  Nada me sorprendería.

Igual pasa -igual no, muchísimo más- con la política. He leído cada cosa que me deja claro que no somos capaces de mirar las cosas de frente sin el crisol ideológico, tribal y partidista. Las faltas de respeto a nuestros líderes, de ambos partidos, es inconcebible. Nos referimos a ellos despectivamente y con apodos insolentes y groseros. No importa si son o no afines a nuestra ideología, debemos respetarlos. Nos creemos que insultándolos ganamos algo -volvemos a actuar desde la emoción- sin darnos cuenta que le estamos faltando al respeto. Las autoridades son las autoridades y debemos tratarlos como tal. El civismo y las buenas costumbres deben estar sobre cualquier otra cosa. Debemos ser educados. Ya terminó el proceso eleccionario; ahora a dejarlos trabajar. Si no cumplen, pues en las próximas elecciones se sacan. Lo que no podemos es seguir haciendo lo que hasta ahora; soltar todo el veneno, que no aporta nada positivo al clima ya pesado de este país.

Debemos entender que las situaciones tienen diferentes puntos de vista. Lo que no podemos hacer es tirar de la vaqueta atacando destempladamente a quién queramos. Debemos poner en perspectivas las cosas; asumir posiciones, si lo queremos hacer, pero no debemos prejuzgar o juzgar por el simple hecho de que “me parece”, o “porque es así”, o “porque lo siento así”. Por eso es que se enredan tantas cosas en este país; porque todo el mundo dice lo primero que le parece sin evaluar, sin buscar o sin conocer nada. 

Al leer los comentarios de las personas en las noticias o en los medios sociales, me doy cuenta que muchos no saben de lo que están hablando. Y no estoy presumiendo de ser la más ducha ni la más sabihonda; lo que pasa es que si no sé de algo, trato de buscar información, entender, saber qué es lo que pasa o por qué se tomó cuál o tal decisión. Si antes de actuar desde la emoción analizáramos las cosas, más de la mitad de las discusiones no se darían, porque entenderíamos, del saque, que la cosa es más compleja, menos compleja o no es lo que parece. Busquemos información, rumiemos las cosas, démosle un poquito más de cabeza y, lo más seguro, es que vamos a verlo todo más claro. 

Y bueno, esto es una reflexión, un comentario. El que quiera lo puede considerar, el que no, se le puede sentar encima. Al final, cada quién hace y piensa lo que le da la gana y nadie es quién para decirle nada. Tan, tan… 

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