Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

lunes, 1 de septiembre de 2014

Los puertorriqueños que se van y los que se quedan...

El hombre que en la montaña
—por la cruz de algún camino—
oye la voz del destino,
se aleja de su cabaña.
Y prosiguiendo su hazaña
se dirige al porvenir
una esperanza a seguir.
Mas no ha de volver la cara,
pues la vida es senda rara:
en la vida todo es ir.
(fragmento del poema "En la vida todo es ir" 
de Juan Antonio Corretjer)

Esta reflexión, que también es algo que he venido rumiando por algún tiempo, va como respuesta a un pedido de una amiga que vive fuera de Puerto Rico en reacción al  escrito “El complejo de ser puertorriqueño”. Quería escribir sobre esto, pero no lo había hecho porque estaba madurando la idea; pero creo que, como se han estado dando las cosas, es justo y pertinente hacerlo en este momento. Y lo siento, pero me salió largo. Mis disculpas.

Vuelvo y digo que este es mi particular punto de vista y cada quién puede estar de acuerdo o no con lo que escribo; esa es su prerrogativa. Y si no pensamos lo mismo, pues no pasa nada. Cada uno tiene sus ideas y puntos de vista y deben respetarse. No podemos ir por el mundo imponiendo las nuestras. Bastantes imposiciones nos han hecho y miren cómo nos va.

Antes de entrar en materia, quiero poner algo en perspectiva. Estuvimos por muchos años pensando que estábamos bien, boyantes, que no nos faltaba nada, que lo teníamos todo; que éramos tan buenos y estábamos tan bien que la gente quería venir a Puerto Rico a buscar un mejor porvenir. Éramos la envidia de los demás países latinoamericanos. Para nosotros tener emigrantes era lo lógico, lo normal; emigrar nosotros, ¡jamás!. ¿Por qué? ¡Si somos el ombligo del mundo! Pensábamos que éramos la panacea del Caribe. De tanto que nos lo dijeron y nosotros de repetirlo, nos lo creímos…


Ahora, que nos damos cuenta que la luna no es de queso ni se come con galleta, tenemos un ataque colectivo porque se va a “vaciar” el país. Y es que pensamos que este es el primer éxodo de puertorriqueños. Pues lamento decirles que esto no es así. Por muchísimo tiempo los boricuas han emigrado a diversidad de países o ¿por qué creen que hay más puertorriqueños fuera de Puerto Rico que viviendo en la Isla? Es que esto se cae de la mata.

La emigración puertorriqueña data desde mediados del siglo XIX, cuando todavía Puerto Rico era una colonia española. Los “revoltosos”, los “insurgentes”, los que buscaban la independencia de Puerto Rico tuvieron que irse. Por eso algunos de nuestros grandes hombres lucharon por la independencia de Puerto Rico desde la diáspora. Uno de los que acogió a muchos de estos hombres fue los Estados Unidos de América; que “colaboraba” para buscar la independencia de Cuba y Puerto Rico. Gracioso, ¿no?

No quiero detallar la historia de la emigración puertorriqueña pero esto no es algo nuevo. Hemos tenido grandes oleadas migratorias en diferentes momentos históricos y a diversidad de países; no sólo a los EE. UU.. Leyendo por ahí encontré que una de las mayores migraciones fue a los EE. UU., en el 1953, con sobre 75 mil puertorriqueños. ¡Y eso es un montón! Así que, ¿de qué estamos hablando? Ahora estamos viendo esto de la migración como una catástrofe. ¡Nos va a chupar la bruja! ¿Pues saben qué?, no pasa nada. Si conociéramos la historia, no habría tanta histeria. Mientras no sepamos y no pongamos las cosas en perspectiva, seguiremos ahogándonos en el vaso de agua. 

Y dicho todo esto, entro en el tema que me ocupa. Comienzo diciendo que estamos viendo moros con trinchetes. Creo que se ha hecho un “issue” donde no lo hay. En muchas ocasiones, confundimos las cosas y nos desubicamos. Y me refiero a mucho de lo que se ha escrito sobre los puertorriqueños que se fueron, que se han ido y que se irán. Que si son “vende patria”, que si son traidores, que si nos dejan con los problemas, que si no pueden opinar porque se fueron (en algunos temas podría estar de acuerdo), que si abandonaron el barco; en fin, todo eso que hemos leído y escuchado por ahí. 

No creo que la cosa sea tan así. Bueno, habrá quién, porque siempre los hay, que denigre lo que es este país, diga cosas negativas y nos trate como porquería. Pero, ¿saben qué? De estas cosas me río, porque el que nunca se sintió puertorriqueño, nunca lo fue, así que ese no cuenta. Y aquí tengo que decir algo más. A veces, para muchos, todo lo de aquí es malo y lo de otros lados, especialmente en los EE. UU., es mejor. Aquí no hacían filas y se colaban, allá se las chupan completitas. Allá no gritan, no tiran basura en la calle, respetan las reglas de tránsito y todo es tan bonito porque Bambi corre por el bosque. Pues da la casualidad, que eso no tiene que ver con como es el país, eso tienen que ver cómo somos nosotros, con cómo nos comportamos, con lo que sentimos. Las carencias se las adjudican al país, no a ellos mismos. Pero gracias a Dios, la mayoría de los puertorriqueños que se van son otra cosa. Y lo digo porque muchos de esos que alguna vez emigraron o que están emigrando son familiares o gente que conozco y sé cómo son y cuánto quieren este país. 

Además, y esto es algo que me enseñaron de chiquita; que no soy quien para juzgar, ni etiquetar, ni señalar a los demás ni sus decisiones porque uno no conoce las situaciones particulares de cada persona. Aunque a veces me resulta difícil y pienso que podría ser diferente o hacerse otra cosa o de otra manera, siempre trato de ponernos en los zapatos de los demás y entender el por qué de las cosas.

Cada quién tiene su razón particular para irse del país; muchos buscando mejores oportunidades de vida, por estudios, por situaciones de salud, por matrimonio, en fin, por un sinnúmero de razones y todas son válidas. Y tienen el derecho a hacerlo. El que lo quiera y lo pueda hacer, que lo haga. Y esto es algo muy personal de cada uno. No podemos decirles que lo hicieron mal o no, porque no somos quiénes para eso. Cada quién toma sus decisiones y es responsable por ellas.

Hay otros, como yo, que eso también es válido, que nunca han pensando en irse y que quieren hacer algo, desde la misma olla de grillos que somos. Y no estoy diciendo que lo que están afuera no lo hagan, cada quién lo hace a su manera. Lo que pasa es que yo escogí la trinchera de la educación, desde el mismo paisito macondino, dantesco y kafkiano en el que vivo para hacerlo. Creo que desde aquí es que la Vega, en este preciso momento histórico, es donde mejor lo puedo hacer.  Aunque al final uno no sabe dónde va a parar porque el mundo da muchas vueltas y cualquier cosa puede suceder. Esa es la vida.

Lo que “preocupa” a muchos es que los que se están yendo son los jóvenes, la fuerza laboral, los cerebros. Pues sí, algo preocupante podría ser; pero por eso el país no se va a caer en cantos. ¿No quedan “cerebros” en el país? ¿Se fueron todos? Además, ¿quién dijo que esos que se fueron no volverán o no colaborarán desde donde están? ¿Se desconectaron totalmente del país? Apuesto yo, que si le preguntas, muchos pensarán en volver como muchos que se fueron en otros tiempos lo hicieron. Así que no veamos esto como una traición, sino como procesos de vida que se tienen que vivir.

Lo más interesante de todo, y de lo que no hablamos, es que la emigración es el resultado de los fallidos -o no tan fallidos- proyectos de los gobiernos. Mientras en este país sigamos jugando a la política y a la administración pública y dejando que las tribus de colores dominen lo público, la cosa será peor. Lo más irónico de todo es que las cosas que están pasando, y mientras más lo pienso más lógico me resulta, son el resultado de procesos pensados y trabajados para que resultara en lo que hoy es, un pequeño caos. Así se pueden adelantar agendas. ¿O creen que las cosas pasan en un vacío? 

Mucho talento se ha "fugado", como dicen por ahí. Y me está gracioso por la carga que trae el término "fugar". Se han ido, que es diferente, pero todavía en este país hay mucho talento y siempre lo ha habido. Lo que hay que hacer es empezar a desarrollarlo más. Debemos comenzar a trabajar desde la base, con la educación, la equidad, la salud física y mental, los valores y los problemas sociales; entre otro montón de cosas más. No pare más. 

Nos han repetido, hasta la saciedad, que solos no podemos, que no tenemos recursos, que todo se lo debemos a otros, que estamos mal, que somos vagos (algunos sí), que somos cómodos (otros también); pero esto ha sido un constante lavado de cerebro para que sigamos la fila india y no cuestionemos, no exijamos y no nos pongamos de pie; para que simplemente, aceptemos. Nos han “adoctrinado” para enfrentarnos, discutir, bloquear, obstruir y no para colaborar, discernir y unirnos para resolver los problemas. Río revuelto, ganancia de pescadores. Mientras sigamos en la pelea monga, los diferentes grupos con sus intereses particulares, no importa quiénes sean, harán su agosto. De eso es que se nutren.

Si aprendiéramos a ser primero puertorriqueños y después todo lo demás, Puerto Rico sería otra cosa.  Debemos trabajar por el beneficio de este país, tanto los que estamos como los que se fueron. Es inmaterial dónde estemos, lo importante es que lo hagamos. Como dijera en el escrito anterior, lo primero es dejar el bendito complejo que tenemos. Dejemos los lamentos y las excusas y metamos mano, no importa donde vivamos; sea aquí, en los “estates” o en la cochinchina. 

Siempre ser puertorriqueño había sido motivo de orgullo. ¿Qué nos pasó? Aunque ahora parecemos y nos comportamos como un "reguerete" de gente, nosotros no somos cualquier cosa, ni de segunda, ni nada de esas boberías que nos dicen para someternos y limitarnos. Volvamos a ser lo que fuimos y lo que siempre hemos sido, buenos puertorriqueños. 

2 comentarios: