Por si las moscas...

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martes, 23 de septiembre de 2014

Ese "bendito" mosquito...


Me tengo que trepar. En esta ocasión porque ya es mucho con demasiado. Me sigo enterando que amigos, familiares, colegas y conocidos míos, de unos, de otros, de los demás y de todos, han caído víctimas del bendito “chikungunya”. A mí hasta ahora no me ha tocado, pero nadie sabe si ya lo estoy incubando o soy de esos que por obra y gracia del Espíritu Santo todavía no se ha encontrado con el temible mosquito. 

Pues buscando y leyendo sobre el mosquito, el virus y todo lo demás, porque ya me estoy volviendo medio hipocondriaca, me fui a la página de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), brazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde me enteré de muchas cosas.


Pues el “chikungunya” viene de la lengua africana makonde y significa “doblarse con dolor”. Y por lo que he escuchado de los que lo han padecido, el nombre va muy bien con la enfermedad porque es implacable. No se transmite por besar o abrazar a alguien que tenga la enfermedad; tampoco por el aire o por los alimentos. Sólo se transmite por un vector, que no otra cosa que el bendito mosquito. Lo más increíble es que no existe tratamiento específico ni vacuna disponible para prevenirlo. Eso es embadurnarse de Off!, ponerse la pulserita, andar con un potecito de “hand sanitizer” y encomendarse a Dios. No queda de otra.

El bendito virus es transmitido por dos “marcas” de mosquitos; el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. Lo lindo del caso es que el Aegypti, que vive en las zonas tropical y subtropical, también transmite el dengue y la fiebre amarilla. El Albopictus es más de zonas templadas; así que de ese mucho no tenemos que preocuparnos. ¡Estos Aedes! 

Algo que me pareció gracioso mientras leía la información de la OPS, es que indica que al mosquito se le reconoce “fácilmente” porque tiene una rayas blancas circulares en las patas. ¡Claro!, como si ellos nos pidieran permiso o nos enseñaran las patas antes de picarnos. Además del Off! y todo lo demás, tendremos que andar con una lupa para mirarle las patitas a los mosquitos que se nos acerquen.

El virus causa fiebre alta, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones y dolor muscular. Esto entre unos tres o siete días después de ser picado por un mosquito infectado. Aunque luego de este tiempo la mayoría tiende a sentirse mejor y a irlo superando, hay casos que podrían desarrollar dolores e inflamación en las articulaciones de manera crónica. Estas complicaciones podrían durar meses e incluso años; sobre todo en niños menores de un año o personas mayores de 65 años o con enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión. Todo por una bendita picada de un diminuto mosquito.

Hay que cuidarse porque las complicaciones podrían ser realmente preocupantes. Si tiene fiebre por más de cinco días, vómitos persistentes, dolor abdominal intenso  y constante, sangrado de mucosas, dolor intenso en las articulaciones que no le permita moverse, extremidades frías, poca producción de orina, mareos; entre alguna otra cosa más, requiere atención especial. El tratamiento, en casi la totalidad de las personas, es ambulatorio. Reposo en cama, por los fuertes dolores; tomar acetaminofén cada seis horas para el dolor y la fiebre y tomar mucho líquido para no deshidratarse. Se recomienda tomar mucha agua, sopas, agua de coco y jugos de frutas.

Yo, mientras más leo, más me preocupo. El proceso total, desde que lo adquiere el mosquito hasta que se manifiesta, podría ser de más de dos semanas (10 días multiplicándose en las glándulas salivares del mosquito y luego que pica a alguna persona sana, de tres a siete días de incubación para luego manifestarse). Eso me dejó pensando… ¿cuánto tiempo de vida tiene un mosquito? ¿Estaré yo infectada y no me he enterado todavía? 

Lo bueno del “chikungunya” es que sólo da una sola vez porque el cuerpo va a desarrollar los anticuerpos para proteger a la persona de otra posible picada y así queda inmune de por vida. Pero el gran problema es que como es un virus relativamente nuevo, se transmite rápidamente porque todos somos susceptibles a adquirirlo ya que no hemos desarrollado las defensas. Esto es increíble. Es como sentarse a esperar a ver cuándo será porque al parecer, no importa si es antes o después, a uno le tocará. Creo que aquí aplica mejor el anuncio de la loto... esto sí que a cualquiera le toca... Que a uno le dé el virus del “chikungunya” es más probable que ganarse, ¡que decir la loto; el Pega 3!

Aunque yo espero librarme porque estoy tomando medidas especiales. Tengo un exterminador casero que le zumba la manigueta a cualquiera, y es un lagartijo que se ha apoderado de mi casa. No sé cuándo entró, pero hace semanas está de inquilino. Antes no salía de la cocina y yo me pasaba corriéndolo con la escoba, pero nunca logré sacarlo. Pues ahora ha expandido sus dominios y los sustos que me doy porque me lo encuentro en todos lados. Campea por sus respetos y se anda la casa completa. Ese no le da “break” a los mosquitos. Así que mientras no me dé el “chikungunya”, le daré alojamiento. Si me llega a dar, pues a otro hogar se tendrá que mudar.

Pensando estaba yo con esto del “chikungunya” cuán indefensos estamos. Nos podemos llevar el mundo de frente pero un simple mosquito, perdón, un mosquito con unas rayas blancas circulares en las patas, puede virarnos la vida patas arriba. La cosas de la vida... Así es y tenemos que bregar con ello. 

Pero claro, este es el precio de vivir en el trópico. ¿Alguien dijo que fuera fácil? No sólo puede ser sol, arena y mar; también está el “chikungunya”. Puedo lidiar con que vivo en zona de huracanes, en la punta de una falla telúrica y que temblamos casi todos los días; pero esto, como que no era. 

Y aquí lo dejo, porque mientras más pienso, más busco y más leo, más hipocondriaca me pongo, me pica todo y pienso que me duele hasta el pelo. Cada vez que me pica un mosquito, me encomiendo a Dios. Y esto ya es mucho con demasiado -y hasta aquí llegué- porque no puedo permitir que un simple mosquito me la ponga difícil y me haga la vida cuadritos… 


De la página del United Nations Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC)

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