Por si las moscas...

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martes, 26 de febrero de 2013

La isla aislada


Esta mañana, echándole un vistazo al mundo a través de Twitter, me tropecé con un “tweet” que leía: ¡Buenos día, isla aislada!. El “tweet”, que era de un puertorriqueño que vive en Corea y que sigo en los medios sociales, me hizo levantar la ceja porque encierra una verdad más grande que un templo y que nosotros no queremos enfrentar. Y me puse a rumiarlo.

La pura realidad es que estamos aislados, estancados, encerrados; el insularismo nos mata. Creemos que el mundo es de California a Nueva York y de Montana a Florida. Creemos en Disney y en Santa, que la luna es de queso y que somos el ombligo del primer mundo. Nos hemos convertido en un reguero de gente que vive en un “macondo caribeño”, cada vez más dantesco y kafkiano… ¡porque nos da la gana!. Esto es lo más triste; que no hacemos nada para evitarlo. Hay que tener los pantalones y las faldas bien puestas, para poder cambiarlo.

Los puertorriqueños somos mucho más grande de lo que creemos… o nos han hecho creer. Demostrado está a través de la historia con las grandes mentes y las grandes aportaciones de nuestra gente alrededor del mundo. Siempre encontramos un puertorriqueño colaborando, pensando, trabajando. Sólo hay que darle una mirada seria a la historia -y a la actualidad- para darnos cuenta que lo que digo es cierto. Grandes pensadores hemos tenido que han impactado el continente entero; grandes cantantes hemos tenido que han hipnotizado reyes, grandes políticos -de los de verdad- hemos tenido que han transformado nuestra sociedad; grandes escritores hemos tenido que nos han enfrentado a la realidad con sus palabras; grandes poetas y poetisas hemos tenido que nos han tocado el alma con sus versos; grandes ciudadanos hemos tenido que nos han levantado como sociedad.


Pero esta fuerza se ha ido torpedeando de manera sistemática a través del tiempo para hacernos cada vez más dóciles, menos pensantes, más dependientes y lograr dirigirnos hacia donde algunos nos quieren llevar. Nos han ido “chiquiteando”, nos han ido reduciendo, nos han ido criticando, nos han ido “entrenando” y nos han ido afirmando de que somos poco, que no podemos ponernos de pie, que tenemos que depender de otros, que sin los Estados Unidos de América no somos nada, que tenemos que entregar nuestras instituciones y nuestro país; porque no servimos para nada. ¡Caramba, basta ya! Que si nos lo proponemos, podemos.

Todo esto se hace para poder manipularnos, para poder chuparle más $$ a los gringos, para querer que seamos lo que no somos; para tener “dis” que más poder. Pero no contaban con que la vaca se iría quedando sin leche, que sacarle más chavos al Tío Sam cada vez es más difícil y que los Estados Unidos van perdiendo terreno y cediendo su posición de potencia. Este es el proceso natural que pasan todos los imperios para darle paso a otro; en este caso a los chinos, y que a su vez -más adelante- podrían ceder ante Brasil o India, según dicen los entendidos. Algunos pensarán que estoy exagerando, que estoy diciendo bobadas o que soy una “izquierdosa, comunista, independentista”, y todas las incoherencias que se les ocurra decir. Cada quién que piense lo que quiera. Tenemos que leer más, buscar más, comparar más y analizar más; sólo así empezaremos a saber de qué va la cosa. 

Estamos aislados porque tenemos los partidos políticos con los mismos discursos del siglo pasado; pensamientos arcaicos que siguen emocionando a la masa -porque no conoce nada más- pero que están caducos y no aportan nada; logrando controlar así el espectro político. Vemos caudillos y personajes al frente de los partidos o manejando los hilos detrás del escenario, hasta estableciendo dinastías políticas. Ellos siempre con el poder; no cediéndolo ni un ápice. Poco importa si el país se va a la bancarrota. Tampoco tenemos en un plan de futuro. Lo importante es llenarle los ojos a la gente, dormirlos y llegar al poder. Luego le decimos que esto estaba peor de lo que creíamos, le echamos la culpa a la pasada administración y nos seguirán apoyando. Pensamos en lo que le podemos sacar al gringo, pero ni por casualidad pensamos cómo vamos generar ingresos para lograr poner de pie este país.  

Muchos entran al servicio público pensando en el poder y en lucrarse; antes lo hacían porque entendían que era su responsabilidad aportar al país. Algunos piensan más en la dieta y los beneficios que no quieren perder y que defienden como gato boca arriba, que en la legislación que tienen que hacer para echar pa’ lante este país. Mire, si usted no puede con ese sueldo, no aspire a ser legislador. Muchísimos trabajadores no ganan ni la mitad y luchan día a día por llevar el pan a su casa y por hacer de éste un país mejor. Vergüenza ajena. Es que cuando termina la campaña, lo que ofrecieron pasa a segundo lugar. Lo peor es que nosotros sabemos que así será, lo validamos y lo aceptamos, porque seguimos enredados en modelos antiguos, bajo colores partidistas y no pensamos en otras opciones para el país.

Qué mayor aislamiento el que tenemos que cayéndose este país en cantos vivimos comprando como desquiciados porque todo lo tenemos que tener. Triste es ver en las ventas especiales como el viernes negro a la gente haciendo filas desde el día antes, como si su vida dependiera de un descuento de $2 en un artículo que quieren comprar. Vergonzoso es ver la gente a golpes en las filas, corriendo en estampida para entrar, empujándose, insultándose y comportándose como salvajes. Toda compañía quiere tener una tienda en Puerto Rico porque mientras en otros países o en los EE. UU., tienen ventas bajas o se van a quiebra; aquí están sus tiendas estrellas. Siempre que se abre una, las filas son interminables y cuando abren las puertas, entran arrasando con todo. También se siguen construyendo centros comerciales y seguimos comprando como dementes.

Estamos aislados porque no estamos conectados al mundo, no compartimos con el mundo, no sabemos cuan grande es el mundo. Pero no vayamos tan lejos, patético es que seamos caribeños y que no estemos conscientes de nuestro entorno. Creemos que lo más cerca que tenemos es Florida pero no conocemos la variedad cultural que existe en este espacio caribeño y tropical. Lo más tristes es que ni nos interesa porque los miramos por encima del hombro. Así estamos.

Si queremos sacar los pies del plato y echar pa’ lante este país tenemos que arremangarnos y meterle mano a lo que venga. Lo lograremos si nos lo proponemos. Cada uno haciendo lo que tiene que hacer desde su trinchera; compartiendo con el otro lo que hace; compartiendo lo bueno.  Así esto se va a arreglar… Y ojalá que el gobernador piense muy bien lo del aeropuerto y se retracte. No podemos seguir haciendo lo que hasta ahora; seguir metiendo la pata tan espectacularmente y nosotros, el pueblo, cargando con las malas decisiones. Al paso que vamos, nos quedaremos sin país por los políticos y por nosotros que se lo permitimos y le hacemos la segunda.

Tenemos que ser sensatos, correctos y empezar a rescatar este país.  Debemos educarnos para seguir trabajando por este "macondito caribeño" hermoso; a ver si sacamos esta isla del aislamiento en el que la tenemos. ¡He dicho; caso cerrado! Y me bajo porque sino, con tanto brinco la rompo. jeje

2 comentarios:

  1. Marissa, no somos más que el resultado de lo que hemos producido en cincuenta años. Una raza dependiente y de conejillo de Indias. Eso del aeropuerto es un experimento norteamericano a ver si trabaja y lo copian allá. Leí un artículo sobre eso. Por otro lado, les conviene la dependencia de seres en jaula que pueden dominar com migajas, como los monos de la parguera que criaron en una Isla para experimentos. Sólo que ahora andan sueltos y libres.

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    1. Totalmente de acuerdo con eso de que somos el resultado de lo que hemos producido en cincuenta años. No veo con buenos ojos la privatización del aeropuerto, pero me he puesto a pensar el por qué hemos dejado que las cosas lleguen hasta estos extremos de ceder lo que nos daba alguna posibilidad de ingreso. Hemos estado enajenados. Nos hemos recostado en el gobierno y le hemos dado carta blanca a las diferentes administraciones sin estar pendientes de las cosas que se hacían. Nos dormimos. Si hubiésemos estado más atentos esto se hubiese podido evitar. Nada, ahora a ser barómetro para saber si se hacen o no se hacen cosas. Saludos.

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