Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

martes, 12 de febrero de 2013

Habemus tótum revolútum


Siempre he pensado que la mejor palabra es la que no se dice; así que no quería opinar sobre la renuncia del papa Benedicto XVI y lo iba a dejar caer. El tema religioso siempre tiene carga, además de que es algo complicado; por lo que no me quería meter en aguas profundas. Esto más que todo porque a veces digo cosas que pueden caer mal. Pero como parece que no lo voy a poder dejar pasar; pues me encomiendo a Dios, a la Virgen y a todos los ángeles, arcángeles y serafines y me “zumbo” a decir lo que pienso. Ya saben; esta es mi opinión y espero que nadie se ofenda porque algunas cosas podrán no gustarle a algunas personas. Saben que la intención es simplemente dar mi punto de vista; nada más. Cada quién puede darle el valor que estime, que puede ser 0; yo, no tengo problema con eso.

La renuncia de Benedicto XVI me pareció una decisión sabia y muy valiente. Decidir pasar el bastón porque sabe que no puede con la responsabilidad por su edad, por su salud y por el cansancio es un gran acto de humildad y fortaleza. Entender que la responsabilidad y la carga son muy pesadas y echarse a un lado, cediendo el poder, es tener la sotana bien puesta. Si más líderes asumieran esa actitud, otras cosas estaríamos viviendo. Eso, hay que reconocérselo. Ni el mundo se termina, ni se desploma El Vaticano por la renuncia del Papa. Hasta ahí todo bien.


Lo que todavía no entiendo es por qué tanto alboroto por su renuncia. Anda todo mundo vuelto loco con esto -como si fuera el Apocalipsis- y sacando todas las conjeturas del mundo. Me encanta leer la retahíla de razones por las que renunció, que van desde la edad y la enfermedad hasta el destape de un escandaloso escándalo (sip, las dos juntitas pa’ hacerlo más dramático) de pedofilia y otras cosas. Y es que nosotros tenemos la verdad agarradita por el rabo y juzgamos, adjudicamos y acusamos sin posibilidad de equivocación. Tenemos todo el derecho del mundo a criticar y descuartizar a la Iglesia Católica por las razones que sean, que siempre encontraremos muchas; porque a la católica hay que darle más duro que a ninguna. 

Una cosa; ni ciega, ni fanática, ni estúpida soy. Así que tampoco pienso que la Iglesia es un dechado de virtudes, un lecho de rosas o un club de santos. En muchas cosas ha fallado, muchas metidas de pata ha tenido, muchas atrocidades ha hecho en nombre de Dios y mucho abuso de poder se ha visto a través del tiempo. Todo esto lo tengo claro; como también así que es una institución creada y administrada por hombres y mujeres de carne y hueso; con todas las miserias y las virtudes que puede tener una persona. Al parecer, esto lo olvidamos, perdemos toda perspectiva de lo que realmente es y le adjudicamos un poder sobrenatural que no tiene.

El escándalo de la pedofilia es algo que está ahí y que no se puede negar. Hay que castigar a quién comete el delito y a quién lo encubre, porque es algo totalmente inaceptable. Ahora bien, y no estoy justificando a los sacerdotes, obispos, cardenales y tal, porque jamás haría algo así; pero, ¿los únicos pedófilos que existen en el mundo entero son sacerdotes? ¿No hay en otras denominaciones religiosas, profesiones, etc.? El ataque visceral a la Iglesia Católica nos hace perder perspectiva y pensamos que todo lo malo se conjuga en ella.

En una ocasión, el sacerdote que fuera mi director espiritual, en una conversación que tuvimos respecto a las vocaciones religiosas y otras cosas, me dijo algo que nunca he olvidado: “No hay malas monjas ni malos curas; hay vocaciones mal escogidas”. Y vi la luz porque es totalmente cierto. Y pasa en todos los ámbitos. Podemos tener buenos abogados, médicos, arquitectos, maestros y de los otros; buenos padres, hijos, amigos, vecinos, familiares y de los otros; y pudiéramos seguir mencionando porque siempre van a haber de los buenos, y de los otros. Y de esos también hay en la Iglesia, de los buenos, y de los otros.

Y creo, más que todo, que gran parte del problema que hay es uno de deshonestidad. Muchos se enganchan la sotana para esconder lo que son, para no querer aceptar su realidad o por el sentimiento de culpa. Se creen que entrando a la vida religiosa y conectándose con Dios es la solución a su “situación”. Se han visto también muchos casos de sacerdotes que llevan doble vida, que tienen familia, queridas, o lo que sea. Pero si sólo señalamos eso estamos siendo tremendamente injustos con los que entraron a la vida religiosa por vocación, con los que tienen una vida de entrega y de sacrificio, de oración y con los que dan todo por los demás, siendo ejemplo vivo de la enseñanzas de Jesús.  De esa gran mayoría es que se nutre la Iglesia.

Queremos adjudicarle a los religiosos una dimensión sobrenatural que no tienen. Claro, deben ser más rigurosos, más consecuentes, más cuidadosos, más comprometidos, más fuertes y todo lo que queramos, pero no podemos perder de vista, en ningún momento, que son personas como nosotros.  Cada uno le rendirá cuentas a Dios de lo que hizo o dejó de hacer durante su vida; nosotros no somos quién para juzgar. Y si hay situaciones legales o delictivas, las autoridades pertinentes que se encarguen, no nosotros.

Volviendo a Benedicto, que es lo que nos ocupa; una vez renuncie al puesto recibirá el trato y las atenciones de un exjefe de estado, porque no podemos olvidar que aunque es líder espiritual de la iglesia, es el jefe de uno de los estados más pequeños que existe, El Vaticano. Así que, sin temor a equivocarme, recibirá los honores de un exgobernante. Lo que sí será interesante es ver cómo se ubicará en la precedencia de actos oficiales no religiosos en El Vaticano. Presumo que recibirá un trato especial y que estará ubicado luego del nuevo papa; me parece. Debería ser así. 

Desde el punto de vista religioso presumo que, porque no lo he revisado, una vez renuncie volverá a ser el Cardenal Ratzinger. Me imagino que por deferencia y respeto le darán un lugar especial en las ceremonias religiosas y también ocupará el segundo lugar, luego del nuevo papa. Estoy casi segura que estará presente en las ceremonias pero ubicado en un lugar especial. No me parece que participará activamente de las mismas, sobre todo porque está delicado de salud; pero de que tendrá una ubicación especial, la tendrá. Al fin de cuentas, es el sucesor de Pedro número 265, y eso algo de peso tendrá, ¿no? Así que, mayores problemas, no habrá.

La renuncia del papa Benedicto XVI, nos tomó a todos por sorpresa. Claro, todo mundo esperaba que saliera de El Vaticano con los pies delante. Pero me parece que después de ocho años de papado, por las razones que renuncia y por el respeto que merece, no tendrá consecuencias mayores ni apocalípticas como muchos han pensando. Así que me parece que Benedicto XVI nos ha dado una gran lección aceptando sus limitaciones, entregando el poder y sobre todo, haciéndolo con una gran humildad. De esto, todos deberíamos aprender…


2 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con tus palabras et cum spiritu tuo.

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    1. ¡Gracias mi querido Eduardo! Y quiero que conste, que no quería opinar pero tú no me dejaste alternativa. :) Un abrazo.

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