Por si las moscas...

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miércoles, 7 de febrero de 2018

La vela…



Quería pasar olímpicamente del tema de la vela pero, ¡qué va!; al final me ha resultado imposible hacerlo. Así que aquí estoy, trepándome en la sillita. Y es que el asunto requiere análisis y discusión, porque esto no es tan simple ni tan inocente como podría parecer.

Claro está que cada quién va a defenderlo o atacarlo desde su trinchera mirándolo a través de un crisol de colores. Lo justificarán o lo atacarán, dependiendo de su interés o ideología y acusarán “al otro” de que lo ha convertido en algo politiquero.

Lo que quieran; pero si la discusión se queda en este nivel y en la pelea chiquita, perdemos. No podemos despacharlo de esta manera tan simplista porque si lo miramos detenidamente y lo analizamos concienzudamente aquí hay mucho más.

Se puede decir mucho, sobre todo si lo miramos desde el punto de vista de la comunicación. Y en eso me quiero concentrar; en el análisis de lo que se comunica y se proyecta viéndolo desde el enfoque estratégico de relaciones públicas. Podrán estar o no de acuerdo conmigo, pero así lo veo.

Las acciones responden a algo y no surgen de la nada. Si uno quiere obtener una cosa, debe trazar un plan. Se define qué es lo que se desea lograr y en cuánto tiempo. Entonces se identifican las maneras de conseguirlo y se establece el cómo se va a lograr. Entonces se ejecuta.

Tengo que decir que el desarrollo estratégico de la comunicación requiere conocimiento, hacer investigación, ver todas las posibilidades y ángulos, analizar las tendencias y, sobre todo, tener puesto el oído en tierra. No es ‘de la manga production’.

Tampoco es inventárselas en el aire porque ‘sonaría bonito’, ‘estaría cool’, ‘es buena idea’, ‘le puedo sacar ventaja’ o ‘porque sí’. Las cosas deben evaluarse considerando todos los puntos de vista y posiciones porque no es lo que uno cree es, sino la realidad que se presenta. Hay que medir el posible efecto de lo que se hace. Mucho más cuando se trata de instituciones públicas.

Hay dos cosas que un comunicador debe tener claro. Una es lo que entiende que hay que comunicar y cómo, y otra muy distinta lo que se puede percibir o recibir. En ocasiones el resultado no va de la mano de la intención. Esto, mayormente sucede cuando no se ha evaluado el posible efecto del mismo.

Si el envío de la vela se pensó como una estrategia de relaciones públicas, estuvo desenfocada y desacertada. Pudo haber sido una buena idea, pero muy mal ejecutada. Alguien enfocado en la comunicación no hubiese dejado escapar tanto detalle que se debió considerar porque hubiese mirado el bosque y no enfocarse en el árbol.

¿O se pensó como una herramienta de propaganda y se esperaba el efecto que tuvo?. Porque otra posibilidad pudo haber sido, y especulo, desviar la atención de alguna situación complicada o difícil que se esté discutiendo en la opinión pública. Porque, señores, esa estrategia también se utiliza.

Pero tomémoslo por partes. Es un ‘regalo de Navidad’ de ‘La Fortaleza’. En una nota periodística el gobernador Ricardo Rosselló defendía el envío, a través de la Oficina de la Primera Dama, e indicaba que se estaba usando para politiquear. Comentaba el gobernador que se había enviado a alcaldes y funcionarios. ¿A cuáles?

En una nota periodística se indicaba que del medio se habían comunicado con una decena de municipios, tanto del partido en el poder como del contrario, y ninguno había recibido el regalo. Entonces, ¿cuál fue el criterio de envío?. Sería bueno saberlo. Esto nos daría una idea mucho más clara de la estrategia utilizada, si alguna.

Analicemos el caso. Según indicó el alcalde de Yabucoa en otra nota periodística el ‘detallito’, como lo llamó, se entregó hace una semana. Esto significa que lo recibió a finales de enero o principio de febrero. ¿No sería esto muy tarde para enviar ‘un regalo de Navidad’? Esto también comunica otras cosas.

Entonces el secretario de Asuntos Públicos y Política Pública, Ramón Rosario, indica que se hizo “como una medida y propuesta para incentivar la artesanía en Puerto Rico sin ningún motivo político”. 

Interesante por demás que el nombre de la marca sea ‘Coco (o Cocó) Candles’. Él indica, además, que el alcalde le diga a esa artesana que su obra no tiene valor. No me parece que el trabajo de la artesana esté en discusión.

Ahora la primera dama envía una comunicación indicando que se ‘malinterpretó’ el envío del regalo y enfatiza el trabajo artesanal. Menciona “las muchas horas de intensa labor con el propósito de unión y esperanza” y que la intención fue una sola, ‘de unión y esperanza’ como se indicaba en el mensaje incluido con el detalle.

Lo que pasa es que la justificación no va con lo que se denunció. Lo ocurrido nada tiene que ver con el trabajo artesanal. De lo que se trata es de la razón del envío, que indica que fue tardío, y lo que se comunica y proyecta esa acción.

Hay que tener mucho cuidado con lo que se hace porque se podría prestar a malas interpretaciones. Las cosas hay que evaluarlas concienzudamente porque, como dicen por ahí, “El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”. Es indispensable prever y medir bien el efecto de lo que se hace; mucho más por el tipo de regalo y el momento histórico que vivimos.

Lo menciono porque la comunicación no tiene que ver sólo con lo que se escribe o se dice, sino también con los símbolos, con las intenciones, el mensaje entrelíneas y mucho más. Todo lo que se hace comunica y proyecta. El ser humano se comunica a través de los símbolos y mucho de lo que hace es de carácter simbólico.

¿Cómo se pudo recibir el envío de la vela? Como una demostración de insensibilidad. Recién es que muchas personas están teniendo nuevamente el servicio eléctrico. ¿Cómo se le envía una vela a un alcalde donde casi la totalidad de su municipio lleva más de 140 días sin energía eléctrica? Esto es falta de tacto y consideración.

¿Cómo lo puede recibir un alcalde donde, según él indicara en una nota periodística, el gobierno central no ha atendido sus reclamos pero el excandidato a alcalde, del partido en el poder, va junto a la directora regional del Departamento de la Familia a repartir estufas? ¿De qué estamos hablando?

¿Por qué algunos municipios han recibido el apoyo y otros no? Se ve claro con sólo leer la prensa y conocer los reclamos de los diferentes municipios que lo tienen difícil; ¡ah!, y al partido al que pertenecen. Estas cosas; no deben pasar. Los matices y las intenciones están y son fáciles de identificar.  

Y es que aquí mucho se utilizan los símbolos y elementos para hacer propaganda; pero este pasado año se ha utilizado muchísimo más. El uso de colores, nombres y el idioma; entre otras cosas, es la orden del día. También acciones que favorecen a los partidarios o municipios que son afines. Entonces, podría llevar a la mala interpretación de las cosas.

Tenemos que madurar políticamente y mucho nos falta. El discurso es uno y la acción va por otro lado. Se supone que una vez se termina la campaña política y se realizan las elecciones; se deja de ser político para ser funcionario público. En Puerto Rico, lamentablemente, se sigue siendo político todo el cuatrienio.

El cuadro se agudiza porque el fanatismo, el adoctrinamiento y la ignorancia hace que muchos se acuartelen en trincheras ideológicas sin mirar más allá. Tenemos que evaluar las cosas en sus méritos y sin apasionamientos.

Comunicar no es cualquier cosa y hay que saber cómo tratarla. Hacerlo efectivamente requiere conocimiento, investigación, análisis y el desarrollo de estrategias que sean favorables para el cliente y que también se enfoquen en el bien común.

Sólo así podremos desarrollar una comunicación clara, con sentido y efectiva y no tener que estar apagando fuegos o justificando todas las cosas que se hacen. Esto evitaría en gran medida que, cosas tan sencillas como el regalo de una vela aromática, resulte en casi una crisis nacional.  


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