Llevo un buen tiempo sin decir mucho,
sólo observando, escuchando y leyendo; tomando el pulso de lo que se discute en
la palestra, en las redes sociales y en la calle. Me he dedicado a mirar cómo
se está desarrollando el discurso y cómo se reacciona a él.
Me doy cuenta que en la discusión en
Puerto Rico algo muy importante está faltando, y es el análisis crítico. Se
está haciendo cada vez más una costumbre el disparar de la vaqueta sin ton ni
son. No se escucha y simplemente se reacciona; ya sea desde la emoción, las
tribus de colores o los prejuicios, entre otras.
Se ha adquirido la mala costumbre de
repetir como el papagayo; así sean disparates. No se escuchan argumentos, no se
cuestionan las cosas ni se corroboran, no se va más allá, tampoco se profundiza
en los que se dice o se hace. Muy preocupante.
A veces resulta fuerte y complicado leer
comentarios en las redes. Es increíble leer cosas que realmente están erradas,
que son medias verdades o repeticiones de algo que alguien dijo. Es lamentable
ver que, aunque errados, argumentan con una seguridad pasmosa y hasta de manera
muy despectiva.
Simplemente la nueva modalidad es atacar,
insultar, dañar denigrar y manchar personas; no discutir los asuntos. Mucho
“qué bruto”, “idiota” y hasta cosas peores hay que leer. Demasiados ‘troll’.
Muchos toman como una cruzada personal el denigrar a los demás. Piensan que así
derrotan el argumento. Nada más lejos de la verdad.
Soy de las que cree que hay que alzar la
voz y hacer crítica, pero de la constructiva, la que arroje luz, la que
ayude a aclarar puntos o a traer posiciones diferentes a la mesa para
evaluarlas. No creo en criticar por criticar, porque no es decir cualquier
cosa.
Soy de las que cree que la crítica no
debe hacerse desde la emoción; sino desde la razón. Es necesario mirar las cosas
con cuidado, de frente, y analizarlas sin apasionamientos.
Se deben discutir
-en el buen sentido de la palabra- argumentos, situaciones, opiniones, puntos
de vista. Las cosas hay que mirarlas desde afuera, con cabeza fría.
Soy de las que cree que no se debe atacar
a los demás. No creo en buscar denigrar, ofender o insultar, faltarle o tratar
de ridiculizar a la persona que opina, trae la idea o el argumento.
A veces,
como no se tienen argumentos válidos, se va al ataque personal y eso es lo que
estoy viendo que se está destilando más en estos días.
Si queremos tener discusiones serias y
fructíferas debemos romper con estos patrones que nos han impuesto y que
creemos son los correctos. Debemos dejar de reaccionar desde la emoción y
empezar a ser analíticos con la información, a ver todas las posibilidades
antes de emitir un juicio. Nos falta investigar, comparar, evaluar, analizar y
concluir.
Las situaciones tienen más de un ángulo.
Uno no puede quedarse con un sólo punto de vista, aunque sea el suyo. Hay que
tratar de ver la situación desde diferentes perspectivas; a lo mejor se da
cuenta de algo que no había contemplado. Si sólo se hace desde el suyo, se
quedará toda la vida con una visión que, posiblemente es la errada.
Hay que verificar la información y las
fuentes. No todo lo que se publica, especialmente en las redes, es como
aparenta. Sólo así sabrá si lo que se publica es cierto o si está matizado. Hay
muchísimas noticias falsas o acomodadas a conveniencia y no puede caer como el ‘pescaíto’
por cualquier cosa que lee.
También los medios tienen líneas
editoriales y muchas personas que comparten en las redes tienen sus posiciones.
Conociendo esto, usted estará claro el por qué la información se trata de
cierta manera. Esto le dará una perspectiva más clara de la situación y podrá
ver mejor el cuadro completo.
Tampoco todas las fuentes son confiables.
Muchas tienen sus agendas específicas. El conocer esto le ayudará a filtrar mejor
la información. Así sabrá lo que hay detrás de esa publicación. En ocasiones, en
vez de información es propaganda y podría haber más de la segunda que de la
primera. Si usted no está familiarizado con esto, puede confundirse.
Debe leer de todo, lo que va de acuerdo a
su interés o ideología y lo que no. Sólo así podrá ver otras posibilidades.
Esto podría resultar en modificaciones o cambios de opiniones -que no es nada
malo-, entender mejor el problema o situación y hasta confirmar lo que cree. ¿Por
qué el miedo a evaluar otra información?
Cuando son temas complicados o difíciles,
busque el punto de vista de un especialista. Por ejemplo, en cuestiones
económicas, que son las que nos ocupan estos días, busque, lea y analice el
punto de vista de varios economistas, no sólo de uno. No se quede con lo que
dicen los políticos o los comentaristas porque suele ser propaganda.
Rompamos con ese patrón que nos han
impuesto y que nos está limitando, acorralando y dejándonos sin poder evaluar
las cosas de manera crítica.
El no saber ni emitir una opinión ponderada,
analizada, evaluada y desde todos los puntos de vista nos ha llevado a tomar
decisiones que necesariamente no han sido las mejores.
Y para muestra, un botón. Sólo miremos
nuestra realidad y nos daremos cuenta que debemos cambiar el paradigma de cómo
le hacemos el acercamiento a las cosas.
Como ya mencioné, si queremos tener
discusiones serias y fructíferas eso es lo que debemos hacer. Yo, no pierdo la esperanza de que empecemos a hacerlo.
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