La toma de posesión del duodécimo* gobernador del ELA

Foto: El Nuevo Día

* Edito (ACLARACIÓN): Ricardo Rosselló es la undécima persona que ocupa el cargo de gobernador; pero es el duodécimo gobernador. Esto porque Rafael Hernández Colón asumió el cargo en dos ocasiones no recurrentes y se cuentan como dos diferentes.

 Mi primera trepadita del año. Las circunstancias y el momento histórico me llevan a treparme. Es la primera vez que un hijo de un exgobernador juramenta al cargo y que, entre otras cosas, es uno de los gobernadores más jóvenes. 

Tengo que decir que esta toma de posesión me ha resultado súper interesante para el análisis; sobre todo desde los puntos de vista del protocolo y del manejo del mensaje y la comunicación.  

Pareciera que hoy, una de las palabras de moda fue ‘protocolo’. La escuché en infinidad de ocasiones. Así que, para seguir en la misma línea voy a comentar, a vuelo de pájaro, como vi la ceremonia oficial y algunas otras actividades del día.

Lo primero que tengo que decir es que el protocolo no está escrito en piedra y mucho menos es una camisa de fuerza. Se pueden hacer modificaciones y cambios, siempre y cuando no sean muy drásticos o cambien de manera radical lo ya establecido.

Es la primera vez que un gobernador juramenta mucho antes de la ceremonia protocolar; en este caso fue a las 12:01 a. m.. Esto podría responder a proyectar la idea de que comenzó a trabajar desde el primer momento y no va a perder el tiempo. 

Por eso, para muchos la actividad protocolar estuvo de más. Difiero en este sentido. Siempre el acto público es importante por lo que representa; sobre todo para los electores.

Es importante mencionar que casi todos los gobernadores han juramentado un poco antes de la ceremonia de toma de posesión. El único que lo hizo en el mismo acto fue Alejandro García Padilla; quien allí, frente a todo el mundo, firmó el documento.

Una de las cosas más comentadas ha sido la omisión del ‘Estado Libre Asociado de Puerto Rico’ (ELA) durante la juramentación. De primera intención me chocó sobremanera. Luego de rumiarlo por un buen rato, me di cuenta que esto hay que mirarlo con cuidado.

Y por si acaso, esto sí está contemplado en la Constitución. En el Artículo VI, Sección 16, en lo relacionado al juramento de funcionarios y empleados públicos, se indica que: "Todos los funcionarios y empleados del Estado Libre Asociado, sus agencias, instrumentalidades y subdivisiones políticas prestarán, antes de asumir las funciones de sus cargos, juramento de fidelidad a la Constitución de los Estados Unidos de América y a la Constitución y a las leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico". 

Esta fue una juramentación simbólica. Habría que ver si en la oficial, la de las 12:01 a. m., hizo lo mismo. Algo que sinceramente dudo; porque podría prestarse para una impugnación. Es un riesgo que no se van a tomar. Esto está todo ‘medido’. 

Me huele más a una estrategia para crear efervescencia entre las huestes. Aunque una cosa es la ideología política y otra es el nombre de Puerto Rico, según establecido en la  Constitución, muchos lo podrían ver como un mensaje en contra del estatus. 

Foto: El Nuevo Día

El nombre del país, nos guste o no, estemos de acuerdo o no, es Estado Libre Asociado de Puerto Rico y en cosas oficiales debe usarse. El ‘gobierno de Puerto Rico’ es como un apodo.

A usted le pueden decir Tita, Cuchi, Rosi, Tata o como quiera, pero en los documentos oficiales tiene que poner su nombre legal, el de pila, el que aparece en su certificado de nacimiento.  No pare más. 

Una periodista puso una foto en las redes sociales donde resaltó que la alcaldesa de San Juan estaba sentada en segunda fila y que la alcaldesa de Ponce estaba en la primera. No sé cuál fue el criterio para hacerlo, pero pareciera que fue uno partidista. No le veo otro.

Y es que según el protocolo nadie está sobre el alcalde en su municipio, sólo el gobernador de Puerto Rico y el presidente de los Estados Unidos de América (EE. UU.). Y la toma de posesión fue en la ciudad capital. Así que ningún alcalde debió estar antes que ella.

En varias ocasiones se dirigieron al gobernador con el ‘doctor Ricardo Rosselló’. Su grado es académico y ahora mismo no está de profesor; por lo tanto, no se debe utilizar. 

En los próximos cuatro años ni el doctor, ni el Ricky -que lo escuché también varias veces- deben utilizarse. Es Ricardo Rosselló, honorable Ricardo Rosselló, señor gobernador o gobernador. 

Y él no puede auto proclamarse ‘honorable’; tampoco firmar nada con el honorable. Hay que mencionar que nadie está obligado a decirle honorable a ningún funcionario público, incluido el gobernador. Esto es una deferencia de las personas hacia ciertos funcionarios.

Se volvió a cambiar el azul. El azul marino (Navy Blue) no es el color de nuestra bandera. Según la Ley Núm. 1 del 24 de julio de 1952, la bandera del ELA es la que hasta ese momento se conocía como la bandera puertorriqueña y esa, no era azul marino. 

Los símbolos deben estar sobre las ideologías políticas y los intereses partidistas. La ley y los reglamentos deben respetarse y no acomodarse o usarse a conveniencia. El gran problema es la falta de educación de la mayoría en diversidad de aspectos. 

El desconocimiento hace que el pueblo acepte cualquier cosa que hagan o le digan sus líderes. Este país necesita más educación. A menor conocimiento, más fácil de manejar y manipular. Confirmado por las teorías de comunicación.

Otra cosa que se cambió fue el sello del gobernador. Cada vez que cambia un gobierno, lo cambian. No sólo el color, sino la forma y el texto. Hoy se volvió a usar el sello de la administración de Luis Fortuño, que es casi un calco del sello del presidente de los EE. UU. 

Hace un tiempo comenté que debería mantenerse el que usaron Pedro Rosselló, Sila Calderón y Aníbal Acevedo Vilá que, aunque cada uno le hizo algunos cambios, se mantuvo casi igual y tenía un color arena, bastante neutral. Ese, me parece, es el que se debe mantener.

Foto: Primera Hora

Otra cosa es que el sello del gobernador no debió estar fijo en el ambón. Se debió colocar cuando Ricardo Rosselló fue a dar su mensaje. Muchas personas hablaron desde allí  y el que no conozca pudiera pensar, por ejemplo si ve alguna foto, que cualquiera de ellos es el gobernador. 

La función del maestro de ceremonias, no es otra que llevar el control del acto. Ese era un acto oficial, por lo que pedir aplausos para unos y para otros o extenderse contando historias saliéndose del protocolo, debió evitarse. 

Creo que por esto mismo, como que me perdí en algunos momentos durante el saludo protocolar. Tendría que ver otra vez la ceremonia para poder identificar el detalle.

Respecto al mensaje del gobernador, en un momento pensé que estaba en un mitin o un cierre de campaña. Pareciera que iba dirigido a los miembros de su partido, no para el resto de los puertorriqueños. Algo de eso esperaba, era lógico.

Con lo que nunca voy a estar de acuerdo y lo he criticado en varias tomas de posesión, es la gran falta de respeto y de educación de los asistentes. 

Los abucheos al ahora exgobernador, a la alcaldesa de San Juan y al pasado secretario de estado estuvieron fuera de lugar. La gente tiene que entender que aunque sean del partido contrario son funcionarios públicos y que se merecen un respeto. 

No hay cosas que me reviente más, y esto lo vengo diciendo desde hace varias tomas de posesión, que la gente sea tan mal educada y no sepa ubicarse en tiempo y espacio. La toma de posesión es una ceremonia oficial, no es ni un mitin. 

Mucho más lamentable es cuando tenemos invitados especiales o las imágenes se presentan en otros lugares. Lo que se proyecta es falta de consideración, civismo y urbanismo y una pobrísima educación. Este comportamiento debe erradicarse.

Algo tenemos que tener claro, y como muy bien una amiga comentaba en las redes sociales, no se cometen errores en el protocolo. En muchas ocasiones las cosas se hacen sabiendo lo que se hace y con propósitos específicos. 

Y como la mayoría de las personas no tienen el conocimiento, pues pasan. Por eso debemos educarnos más, no sólo en lo relacionado al protocolo, sino en muchísimos aspectos. Porque el que tiene el control conoce el efecto y las repercusiones de lo que se hace. 

Aunque no es específicamente de la actividad en las escalinatas del Capitolio, tengo que decir que estuvo bien el saludo del gobernador desde los balcones de la Fortaleza porque sólo estuvieron allí él, su esposa y su niña, como dicta la tradición.

Ahora sólo nos resta darle espacio al gobernador y a su gobierno para que trabajen, que bastante difícil lo tienen. Eso sí, no debemos dejarnos atrapar por el ‘manejo del mensaje y de la comunicación’. 

Tenemos que estar pendientes y fiscalizar lo que se haga. Nos quedan cuatro años para saber si Ricardo Rosselló fue la mejor elección. De no cumplir con las expectativas, se les pasará factura en las próximas elecciones. 

Confiemos que su trabajo sea para el beneficio del pueblo de Puerto Rico y no de unos cuántos o de terceros. Esperemos que el gobierno haga su parte para echar pa’ lante este país. Nosotros, debemos hacer la nuestra. Mucho éxito para la nueva administración en su encomienda. Ahora, manos a la obra.

Foto: Noticel

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