¿Será el agua o la combinación de sol, arena y mar?

Cada vez que veo a Chayanne, a Ricky Martin y a par de puertorriqueños más; siempre me pregunto, ¿será el agua o será la combinación de sol, arena y mar? ¡Es que tiene que ser algo de esto!; no le encuentro otra explicación a tanta concentración de bellezas tropicales en este ‘100 X 35’ (Je, je) 

Y cuando lo digo, no me refiero solo al ‘carapacho’; sino a que la belleza del puertorriqueño viene de adentro. Y es que una grandísima mayoría es buena gente, sensible, considerado y de buenos sentimientos; entre otras cosas. En resumen, es que somos de buena entraña. Y esto me sirve de plataforma para ‘hablar’ de Chayanne y de su concierto. 

Tengo que aclarar que soy medio fanática de Chayanne. Y cuando digo esto es porque me gustan algunas de sus canciones, que me las sé de tantos escucharlas en la radio, y porque he ido a varios de sus conciertos. Groupie, mi hermana. Ahí el cuento es otro.

Pero es que no importa si uno es medio fanática, fanática completa, groupie o lo que sea; lo más importante es que Chayanne nos tiene el corazón robado a todos. Y cuando se sonríe… ¡nada más con el testigo! Es que tiene una magia que no se puede negar y que nos llena de orgullo a casi todos los puertorriqueños. 

No lo conozco personalmente pero encuentro que es una persona encantadora. Todo lo que siempre he escuchado sobre él, de las personas que lo han conocido, son cosas buenas. Dicen que es paciente, atento, simpático, que siempre se está sonriendo y que no le hace desaires a nadie. Eso dicen...

Y es que aparte de profesional, serio, disciplinado y todo los adjetivos positivos que tengamos para él -porque de los otros, aunque los debe tener, como que no se los encontramos-, se ve genuino y de buenísima entraña. Tiene ‘un ángel’ más grande que El Morro con el que tiene hechizado a casi todo Puerto Rico. 

¿Quién en este país no le tiene una consideración especial? Aquí no hay que darle mucha vuelta al asunto; Chayanne es uno de los querendones de este país; de los consentidos. Es de los que cuando se dice su nombre, todo mundo dice: “Aaaaaaaaah”.

Es uno de nuestros mejores embajadores y que, como Ricky Martin, donde quiera que se para habla de su amor por este país. Deberíamos emularlos más en esto y querer un poco más este pedacito de tierra. A lo mejor eso nos ayuda a mirar a Puerto Rico de otra manera y a sentirnos orgullosos, comprometidos y dispuestos a sacarlo adelante.  

Siempre he dicho, en broma, que aquí se debería legislar para nombrarlo monumento nacional. Y que las plazas, las avenidas y los edificios llevaran su nombre…  Sip, parece que se me está yendo el tren…

Hablando en serio; es que es un excelente ejemplo para todos. Nadie, que yo sepa, nunca ha tenido nada malo que decir que él. Al contrario, todo mundo se desborda con halagos y de lo buena persona que es. Ese respeto se lo ha ganando porque lo ha ido construyendo con los años. 

Hace par de años una amiga visitó Grecia y se lo encontró en Olimpia. Me contó que fue muy atento, simpático y hasta una foto se tomaron. Ella me dijo que fue una muy agradable coincidencia. Yo sólo le dije: Pero, ¿dónde más lo podrías encontrar? ¿Lógico, no? Jejeje 

Y lo más interesante que me está, y lo más impresionante para mí, es que aquí no hay edad, sexo, religión, condición social o lo que quieran decir, que valga; aquí todo el mundo es fan. Aquí nadie se ha podido escapar y casi todos han caído rendidos ante esa bella sonrisa. 

Tengo una amiga argentina radicada en los Estados Unidos que es súper mega fanática de Chayanne. (Este año ya lo ha visto en dos ciudades diferentes). Yo la molesto diciéndole que todo lo que ella quiera, pero que es nuestro. Ya se imaginarán las que armamos. Y la verdad es que nos divertimos mucho.  :)

Fui al primer concierto que dio ahora y estuve en segunda fila. Sip, cerquita, cerquita, cerquita -por culpa de mi hermana- y pude observarlo bien. Me estuvo interesante ver sus expresiones con las reacciones del público hacia él. Se veía súper genuino. 

Cuando salió al escenario aquello se quería caer y de lo primero que hizo fue ponerse la mano en el corazón. Se veía emocionado. De eso es que hablo. Como que no tiene dobleces. Demás está decir que aquello se volvió una locura.

Y es que cuando Chayanne dice bailar, baila. Es que eso también es muy nuestro. Esta buena mezcla nos ha dado un ritmo envidiable, que no podemos negar. Se nos van los pies.

Y verlo bailar, cuando para él es algo tan natural como caminar, es fascinante. Lo único que pensé en ese momento fue, ¿qué sería bailar una salsa con Chayanne? ¡Lo máximo!, me contesté. Je, je

Y no se puede negar que es muy coqueto. Aquello fue un delirio total. Tiró besos, se sonrió, hizo ojitos, saludó; en fin, se metió a todo mundo en el bolsillo. De más está decir que me reí como loca con las ocurrencias de las que estaban a mi alrededor y los comentarios que hacían. La verdad es que Chayanne sabe cómo amarrar a sus fans.

Para mí fue maravilloso ver a una madre con su hija, que la llevó al frente para sacarle una foto. La cara de la niña, como de diez años, valía un millón. Era de total admiración. Ese es el efecto Chayanne. Y claro, era la misma reacción de todas las que estaban a mi alrededor. Las más alborotás, las cuarentonas y cincuentonas; yo, tranquila. Fue genial.

Eso sí, en un momento por poco convulso. Cuando presentó a su cuerpo de baile indicó que había un puertorriqueño. El bailarín sacó la bandera puertorriqueña, QUE LA TENÍA METIDA EN UN BOLSILLO DEL PANTALÓN, y la ondeó. No conforme con eso se la puso de capa, se la echó al hombro, la estiró, la haló. En fin, no sé qué pasó o que dijo Chayanne en ese momento porque yo sólo observaba lo que pasaba con la bandera. ¡Estaba a punto de ataque! ¡Por Dios! :/

Y ahí otro punto más a favor de Chayanne. En ningún momento sacó una bandera ni la ondeó; por lo menos en el primer concierto. Para demostrar que eres boricua y que quieres este país no tienes que tener una bandera ‘enganchá’ todo el tiempo como hacen muchos. Ese pedazo de tela, como dicen algunos, merece nuestro respeto. 

El concierto para mí, fue uno corto. Por reloj, porque siempre tengo la manía de tomar el tiempo, duró alrededor de hora y media. Pero la gente, tan feliz. Nadie protestó, nadie dijo nada. La prensa tampoco reparó mucho en esto. Así que Chayanne llenó las expectativas.

Tengo que decir que la salida fue de lo más entretenida. La gente cantando, comentando; en fin, todos felices. Hasta en el tapón las caras eran de paciencia y felicidad. Eso no lo consiguen muchos artistas. Eso se llama, tener a la fanaticada ‘achocá’. jejeje

Quiero hacer el mismo ejercicio en el concierto de Ricky Martin, a ver qué tal. Aunque me imagino que muy diferente no será. “Los nenes de casa” (de Puerto Rico), como les digo yo a ambos cuando hablo con mis amigas de otros países, son excepcionales.  

Y no sé que es, pero esos niños, tienen una magia innegable. Y como ya dije; esto va más allá del aspecto físico. Esto tiene que ver con lo que hay adentro. Y esto es lo que define al puertorriqueño; aunque no nos demos cuenta que es así. Eso, lo tenemos que rescatar.

Lo que sí es que, al final, todavía no tengo muy claro si es el agua o la combinación de sol, arena y mar… A lo mejor es todo eso, con mucho más…

Y luego de releer esto, estoy dándome cuenta como que eso de medio fanática, no va. Acabo de descubrir que he terminado, como medio mundo, una fanática total. ¡Dios Santo, parece que he quedado retratá! 

Este meme me lo envió una amiga, que también es fanática de Chayanne.

* Las fotos fueron tomadas por mi hermana porque yo, para variar, tenía el celular sin carga y no me lo pude llevar. ¿En el concierto de Chayanne, en segunda fila y sin celular? Para achocarme, de verdad...