Podría ser porque vivimos en una isla y estamos como aislados, porque nos creemos el ombligo del mundo, o por la “rarísima relación” que tenemos con los Estados Unidos de América y no vemos más allá de eso, pero cada día más me convenzo que nuestra visión de mundo es una limitada y estrechita.
Ayer, martes 6 de agosto, se celebró el 68 aniversario de una de las barbaries más dañinas, nefastas y destructivas del mundo; la bomba atómica en Hiroshima donde murieron cientos de miles de personas, en su mayoría civiles, y otros tantos quedaron heridos, enfermos; etc. No conforme con esto, tres días después, el 9 de agosto, tiraron la segunda en Nagasaki donde murieron otros miles.
Hago un paréntesis porque es importante mencionar que EE.UU. es el único país que ha tirado una bomba atómica. Como resultado, muchos países se han ido “armando hasta los dientes” con armas nucleares. ¿Hay que condenarlos por esto?. Cada quién tiene su punto de vista sobre ello.
¡Pero eso fue el resultado del ataque japonés a Pearl Harbor!, dirán algunos. Ahora digo yo, ¿realmente fue así?. No sería la primera vez que resultaría que la cosa no era como decían. Y situaciones similares hemos visto a través del tiempo y no podría descartarse en esta ocasión.
Y no es por estar en contra de los EE.UU.; por ahí no va la cosa. Es interesante que cuando uno difiere en algo y no piensa como otros quieren, eso es lo que se dice. La idea no es llevar la contraria; sino señalar que nosotros aceptamos lo que nos dicen como “la verdad” sin darle posibilidad a otras versiones de la situación. Una de esas otras versiones indica que los ataques fueron injustificados porque ya se estaba negociando la rendición de Japón. Entonces, ¿por qué?.
Y la verdad no quiero -ni voy- a entrar en discusiones con nadie; sólo quiero reflexionar sobre nuestra limitada y estrecha visión del mundo. Y uso a Hiroshima y Nagasaki como ejemplo. Y lo digo porque el 68 aniversario de este macabro acontecimiento fue reseñado por casi todos los medios del mundo, hasta los estadounidenses, pero nosotros casi ni reparamos en él. A lo mejor me equivoco, pero sólo vi en un periódico en línea la información sobre esto. Sin embargo casi todos reseñaron el cierre de las embajadas norteamericanas por las amenazas de Al Qaeda. Interesante, ¿no?.
Para nosotros el mundo es Puerto Rico y Estados Unidos; no hay más. Lo que pasa en el resto del mundo no es importante. No nos toca; no nos concierne. Más importante es revolcarnos en el estatus, en los fondos federales y los posibles recortes, en ver el zafacón de “reality” de la televisión estadounidense, que muchos de ellos son pura basura, y en cualquier otra cosa que se relacione con el norte. No hay más; no vemos más, no conocemos más. Sólo tenemos una referencia del mundo, una que es de otros, que no es nuestra; una, que necesariamente no es la real.
Ahí es que voy con lo de nuestra limitada y “estrechita” visión de mundo. No vemos más allá, no buscamos más, no analizamos la información, no evaluamos los acontecimientos, no nos ubicamos en tiempo y espacio, no comparamos diferentes fuentes de información; sino que aceptamos lo que nos dicen y punto. Nos seguimos revolcando en las nimiedades de las personalidades “wannabe”, en la politiquería barata, en los chismes, los ataques, las noticias negativas, entre otras mil cosas, nada que aporte. Creemos que todo gira alrededor nuestro; que somos el ombligo del mundo. El insularismo nos mata.
Creemos que somos la única sociedad que tiene problemas. ¡Oh, Dios, pobrecitos de nosotros!. Nos regodeamos en echar culpas, en criticar y atacar. ¿Por qué no miramos un poquito alrededor?. ¿Por qué no conocemos que pasa en el mundo?. No somos los únicos. Muchísimos países tienen problemas similares a los nuestros y están buscando soluciones. De los otros, también se aprende. Y no es “copiarnos”, sino ver las posibilidades, evaluarlas, analizarlas y ver si nos irían bien o no. Si no les funcionan, pues se pueden adaptar o hasta descartar; pero habríamos pasado por un proceso de “darle cabeza” a todas las posibilidades; además de las nuestras.
Lo que pasa es que nosotros, nos concentramos en politizarlo todo. Claro, no estoy diciendo que en otros países no se haga lo mismo, pero están buscando posibilidades para salir a flote, nosotros seguimos en la pelea chiquita, revolcándonos en esta precaria situación económica que seguimos alimentando, entre todos, sin ver luz al final del túnel.
Siempre he pensado, y así lo transmito a mis estudiantes, que cada quién tiene derecho a pensar como quiere. Lo único que siempre les digo es que tienen que buscar diferentes fuentes de información y luego de hacer un análisis crítico de todos los elementos, llegar a sus conclusiones; que sean suyas, que no sean de otros. Y es interesante cómo hay diversidad de líneas de pensamientos en las discusiones, pero siempre se respeta lo que piensa cada uno. Para mí, eso es lo más importante, que desarrollen el pensamiento crítico y que piensen como quieran, pero fundamentado en información y en análisis. Nada más.
A ver si todos hacemos lo mismo y empezamos a ver los diferentes puntos de vista de las situaciones; tanto a nivel local como internacional. Aprendamos a mirar las cosas desde diferentes ángulos, a ver otras vertientes, a estudiar otras cosas. Esto es lo que nos va a ayudar a tener profundidad, a abrir nuestra mente, a ampliar el espectro y a asumir posiciones fundamentadas en información y análisis. Al final, luego de esto, que cada quién piense como quiera; ese es su derecho. Lo que no creo que sea válido, es que sigamos teniendo la “limitada y estrechita” visión de mundo que tenemos; porque eso, al final, es lo que en parte nos tiene tan estancados. A ver si por fin, despertamos y nos abrimos al mundo. Sólo así estaremos preparados para construir un mejor país.
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