Los nuestros... La foto es de Miguel Dejesús y fue publicada en metro.pr |
Esta trepadita es un desahogo; un gran desahogo. Necesito botar el golpe. Y sé que muchos se sienten como yo. Confío que luego de sacármelo del sistema pueda volver a rebobinar y meterle el pecho a lo que sea. Así que, más que una queja, es una reflexión del cuadro que tenemos a más de un mes del paso del huracán María por Puerto Rico.
Estoy segura que no esperábamos que María dejara la isla tan malherida; que destruyera tanto y que dejara tantas personas sin hogar. Que haya dejado tanta desolación a su paso y que nos diera el sacudión de la vida para que entendiéramos de una buena vez -algunos ya lo teníamos claro- que no somos el país que muchos fantaseaban o creían, era.
La realidad nos ha dado la bofetada de la vida. Se ha dejado al descubierto que somos un país pobre, con servicios deficientes -en su gran mayoría porque no están actualizados y están faltos de mantenimiento-, con una pésima planificación, una gran burocracia y, sobre todo, arropados por la maldita politiquería, el amiguismo y la corrupción.
Luego del paso del huracán, hemos estado haciendo de tripas corazones. Nos damos ánimos unos a otros. Tenemos fija la idea entre ceja y ceja de que vamos a salir de esta. Y por lo que percibo, esa es la actitud de la gran mayoría; desde los que lo perdieron todo hasta los que nos afectamos poco, pero estamos recibiendo un gran golpe porque no tenemos uno o varios servicios.
Estamos dando la milla extra para sacar adelante este maravilloso pedacito de tierra. Muchos estamos cansados y agotados pero pensando que si damos lo mejor de nosotros lo vamos a lograr. Porque el puertorriqueño no se deja vencer. Somos solidarios y muchas cosas más. Esa es nuestra fuerza y nuestro espíritu.
Pero nos hemos ido cansando y desgastando. Y es lógico. A más de un mes, no vemos que la cosa haya mejorado mucho. Sólo un puñado tiene energía eléctrica y la gran mayoría carece de ese u otros servicios. Poco se ha logrado y si venimos a ver y a ser justos, muchísimo hay que agradecerle a los puertorriqueños que viven fuera del 100 X 35, porque si no hubiese sido por ellos, estaríamos mucho peor.
Estábamos confiados de que si todos remábamos para el mismo lado, lo íbamos a lograr. Pero todo ese optimismo y deseos de echar pa’lante, recibió esta semana un duro golpe porque nos enteramos del bendito contrato de Whitefish y todo lo que ha desatado.
Entonces vino la desilusión y el cuestionarme si valía la pena todo el sacrifico que estamos haciendo cuando unos pocos, abusando de posiciones y con otras consideraciones, toman malas decisiones respondiendo sabrá Dios a qué intereses que nada tienen que ver con el bienestar del pueblo puertorriqueño.
Más cuando tenemos todavía, a más de un mes del huracán, que muchos no tienen acceso ni a agua ni a comida y perdieron su techo. Al parecer, nos hemos quedado en el ‘hashtag’, los estribillos, las fotos y en tratar de demostrar que se está haciendo algo.
Confieso que desde que comenzó la emergencia, muchas cosas no me han cuadrado. No sé si es bueno o no, pero tengo un sexto sentido muy agudo y cuando algo no me hace ‘clic’, pues… Y lo más increíble es que casi siempre, por no decir siempre, resulta que acabo teniendo la razón.
Desde el inicio decidí, por aquello de dar espacio y no ser tan criticona, dar un voto de confianza y sólo observar. Mucho estoy leyendo sobre diversidad de cosas, que se repartieron las donaciones, que hicieron uso de servicios y otras cosas más; habrá que ver si es verdad. Tomo todo con pinzas, me cuestiono muchísimas cosas y rumio otro tanto. Estoy segura que algunos de los máximos líderes han tenido y tienen buenas intenciones, pero de ellas está empedrado el camino del infierno.
Todo el país se quedó sin energía eléctrica y se empieza de a poquito, demasiado lento a trabajar con eso. ¿Sería esperando para luego poder justificar todo lo que vendría después? Y es que cuando escuché que la AEE no le pidió ayuda a la Asociación Americana de Electricidad Pública (APPA por sus siglas en inglés) porque supuestamente no tenía liquidez y se requería un depósito, me puso a pensar. ¡Es una emergencia!
Pero entonces, luego se contrató a ‘Whitefish’ porque no requería depósito. Pero también se contrató a Cobra, otra empresa privada, que sí requería depósito. Ahí la cosa, par mí, empezó a coger forma. Y la gente aplaudía y se alegraba de que los ‘estadounidenses’ vinieran a ‘salvarnos’. Sólo hay que ver las fotos que están usando ‘Whitefish’ sobre los celadores. El ver a dos celadores gringos, colgando de un cable, me hizo pensar en los calendarios de los bomberos… Jeje
Algo que siempre he criticado es el complejo de inferioridad y esa mentalidad de colonizado que tenemos. Chiquiteamos y desdeñamos los nuestros y alabamos y mitificamos al de afuera; aunque nos esté pasando el rolo y sacándonos hasta el vivir. Pero claro, como creemos que son lo máximo, hasta los golpes agradecemos.
La crítica fuerte es para los de aquí, que no estoy diciendo que son monjitas de la caridad. El pueblo, en muchas ocasiones ha quedado pillado en las situaciones laborales entre la unión y la gerencia de la AEE. Pero si se viene a ver, quienes están dejando el pellejo desde el día uno y haciendo la mayoría del trabajo duro, son los nuestros. Son los que conocen el sistema, el terreno y son los que tienen la experiencia.
Conocer los pormenores del contrato con ‘Whitefish’ fue desalentador. (http://www.noticel.com/ahora/las-letras-chiquitas-del-contrato-de-whitefish/644019953) ¿Cómo es posible que se aprobara un contrato así? Claro está, esto es más grande que nosotros porque viene de tierras del norte. Lo descorazonador es que aquí se haya aceptado y se defienda con tanta vehemencia. Pero ahora nadie sabe nada y todos se tiran la papa caliente. ¿O era que pensaban que por la desesperación que había iba a pasar debajo del radar? A lo mejor…
De la visita del presidente de los EEUU no voy a hablar, sería llover sobre mojado. Lo único que voy a decir es que no tenemos que ser serviles y aceptar que nos den con la punta del pie. Tenemos que darnos a respetar y exigir, no mendigar.
Muchas otras cosas chocan, como el manejo de las estadísticas, sobre todo lo relacionado a la cantidad de muertos, y ahora la cantidad de cremaciones. Es aterrador. Mucho más cuando muchas de esas muertes están relacionadas a la falta de electricidad. Lamentable por demás.
El ‘famoso’ contrato destapó la caja de pandora y otro sinnúmero de cosas. Muchísimas tienen que ver con el manejo del mensaje. En las crisis, debe prevalecer la verdad. Pero lo relacionado a la comunicación lo voy a dejar para otra entrada, porque es muchísimo lo que hay que decir.
Algo súper importante. Esta situación no debe medirse por colores partidistas ni política. Leo a mucha gente defendiendo lo indefendible y criticando al que no lo hace. A veces me preocupa ver tanta gente repitiendo como el papagayo, justificando, defendiendo y atacando.
Esto es una emergencia y hay que enfocarse en sacar adelante este país, sin importar colores y credos. Hay que dejar la pelea chiquita y la defensa de tribus. Lo que estamos viviendo es mucho más grande que eso. Lo importante y primordial es que cada puertorriqueño tenga un techo, comida y los servicios básicos. Esto no pare más. Lo demás, debemos echarlo a un lado.
Me parece que después de este desahogo, boté el golpe y estoy lista para seguir dando la batalla por esta patria hermosa que tanto amo. Tenemos que reconstruir nuestro país y hacerlo uno mejor del que teníamos. Sé que una gran mayoría, podría decir que casi la totalidad de los puertorriqueños, tanto los de aquí como los que cambiaron de ‘zip code’, piensan como yo. Así que manos a la obra y a meterle el pecho a lo que venga porque esta es nuestra patria y de nadie más.
Tomada de Internet: Carlos Garcia Rawlins / Reuters |
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