Así somos...* |
Edito y corrijo: Cambié el título de "La diáspora puertorriqueña" por "A los puertorriqueños que viven fuera". Es que revisando la definición de 'diáspora' me di cuenta que no aplica. La diáspora es, según la RAE, la 'dispersión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen'. Y eso aquí no aplica porque aunque están fuera, no la han abandonado. Como bien dice una amiga, son puertorriqueños que cambiaron de código postal.
Esta mini trepadita la hago porque quiero,
porque me nace, porque sí y porque siento que es una obligación. Me parece que
es importantísimo reconocer y agradecer. Si Puerto Rico está comenzando a
levantarse del catastrófico embate del huracán María es, en gran medida, gracias a los puertorriqueños que viven fuera.
Para mí, y creo que lo he dejado claro en
muchísimas ocasiones, tan puertorriqueño es el que vive en la isla como el que
está fuera. Es que el ser y sentirse puertorriqueño nada tiene que ver con
ubicación geográfica; tampoco se quita o se pone como una camisa, sino que es sentimiento,
esencia, entraña, corazón.
Desde antes de la llegada del huracán, y
cuando se sabía que el golpe sería inminente, ya había grupos de
puertorriqueños comenzado a organizarse en sus diferentes comunidades, ciudades
o países para ayudar en la reconstrucción del país. Varios mensajes vi en los
medios sociales sobre esto.
Si para nosotros resultó difícil y eterno
el paso del huracán por nuestra adorada isla, más difícil debió haber sido para
ellos porque veían todo lo que estaba sucediendo sin poder hacer nada. Nosotros
estábamos resguardados, pero ellos no tenían idea de lo que cada quién estaba
pasando. Luego se cae la comunicación, no hay noticias y posteriormente la
información empieza a salir a cuentagotas.
Pero no se amilanaron; al contrario, ahí
se le revolcó lo boricua. Muchísima gente se activó y desde entonces están ayudando
allende los mares. Parecen dínamos recabando ayuda, coordinando, movilizando,
gestionando, contactando, etc. Poniendo a la disposición del país sus recursos,
su tiempo y sus energías desde cualquier parte del mundo. Enviando a sus familiares y amigos lo necesario. Cada quién desde su realidad particular.
También han servido de enlace entre
familiares y amigos. Se establecieron redes, como me comentó una amiga, donde
compartían la última información recibida sobre lo que acontecía en Puerto
Rico. Luego, para contactar familiares y amigos. El que sabía sobre algo o
alguien lo informaba. También comparten las noticias. Y las oraciones, no
podían faltar.
Tengo que decir que más que orgullosa
estoy de mis amigos. ¡Ñooooo, qué mucha gente buena tengo de amigos en FB! Es
que son tantos, desde diferentes puntos de los EE. UU. y en otros países. Para
mí es de gran satisfacción ver tantos y tantos mensajes y actualizaciones de lo
que están haciendo. Me quito el sombrero ante ellos y ante otros
puertorriqueños que están haciendo la diferencia.
Todavía queda mucho camino por recorrer pero sé que ahí estarán, al pie del cañón, acompañándonos, ayudándonos y haciendo lo que haya que hacerse para ayudar a levantar a Puerto Rico. Porque lo de guerreros, echa’os pa’lante, solidarios, la mancha de plátano y mil cosas más, no se lo despinta nadie.
Todavía queda mucho camino por recorrer pero sé que ahí estarán, al pie del cañón, acompañándonos, ayudándonos y haciendo lo que haya que hacerse para ayudar a levantar a Puerto Rico. Porque lo de guerreros, echa’os pa’lante, solidarios, la mancha de plátano y mil cosas más, no se lo despinta nadie.
A todos los buenos puertorriqueños que
viven fuera de la patria, pero la llevan en el corazón, GRACIAS. Muchas gracias
por todo lo que están haciendo por este hermoso pedazo de tierra entre el
Caribe y el Atlántico y por su gente. Que Dios y la vida se los devuelva en
bendiciones, en abundancia y en salud. Mis respetos. Un fuerte abrazo para todos.
*Las ilustraciones fueron tomadas de internet con el único motivo de acompañar esta entrada.
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