Apuesto a que más de la mitad de los que leyeron el titular, pensaron que esto era una aceptación de la propuesta del IVA, otros que estoy a favor de lo que dice y hace el gobierno, unos habrán dicho que estoy loca y otros se habrán acordado de mi genealogía hasta llegar a Adán y Eva.
Pongo esto de ejemplo, porque eso mismo es lo que pasa en este país. No escuchamos, no leemos, no vemos. Disparamos de la baqueta. Esa es la bendita costumbre que nos tiene estancados. No reconocemos los verdaderos problemas de Puerto Rico porque simplemente atacamos, nos oponemos o criticamos sin conocer a fondo de lo que se trata.
Pero parte de la responsabilidad de esto la tienen los políticos. Deberían dejar la retórica y la demagogia y nosotros repetir como el papagayo. Aquí nadie tiene la verdad agarrada por el rabo y todos han sido corresponsables. Hay que poner el oído en tierra. No querer empujar unas cosas a la trágala y no querer bloquear cualquier cosa, aunque sea una buena oportunidad. Deben, aunque sea por una vez, pensar en los ciudadanos.
He dicho que necesitamos una reforma contributiva, no he dicho cuál. Aunque la verdad, es imperioso que sea ya. El país se nos está cayendo en cantos y, más que todo, es por el ‘battleship’ que jugamos en Puerto Rico. Si lo dice otro todo se torpedea, todo se bloquea, todo se ‘chiquitea’, todo se descarta; sin tan siquiera darle una mirada.
Puerto Rico viene necesitando HACE TIEMPO una verdadera reforma contributiva. Pero una de verdad; no unos amagues o parchitos que se hacen para que las huestes de las tribus de colores estén contentas. Tenemos que mirar el problema de frente, que es bastante grande, y tratar de buscar soluciones. Como siempre digo, el toro hay que cogerlo por los cuernos, no por el rabo.
Aquí nos entretenemos con cosas triviales y dejamos a un lado lo verdaderamente importante. Los ‘chijí- chijá’ a los diferentes líderes no han llevado donde estamos. Nos concentramos en las cancioncitas, en los bailes, en los ‘looks’ y no miramos la sustancia, el contenido. Este ‘bollete’ que tenemos ahora se ha ido cocinando por muchos años y muchos piensan que es de ahora.
Vergüenza ajena me da cuando escucho ciertos líderes criticando y atacando lo que se está haciendo ahora. ¡Ah!, y lo más lindo de todo, dando consejos de cómo resolverlo. Y ahí es que yo me pregunto, ¿qué hicieron ellos mientras estuvieron en el poder? Ahí tuvieron la posibilidad de hacerlo, pero pesó más el partido, las elecciones y los votos.
Pero nosotros no somos muy diferentes. Hacemos cosas de ataque... y lo contamos. Y lo digo porque los otros días estuve en una sala de espera y fue no sé ni cómo decirlo... -¿macondino?- que hubiese un señor contándole a otro cómo un amigo le había dicho que hacía para burlar el IVU. Decía que su amigo le comentó que el ‘truco’ estaba en reportar una parte, pero no todo porque como Hacienda recibe algo, no van a sospechar (aquí quedé :O). Que si no se pagaba nada, ahí era que se podía sospechar e investigar. Entonces, ¿de qué estamos hablando?.
Otra cosa que he visto a través de los años, y que es en gran parte por la politiquería, se prometían cosas que no se podían cumplir. Yo siempre me preguntaba, ¿y eso, con qué se va a pagar? ¿Qué ingreso recurrente hay? Pero no importaba, las promesas se pagaban a plazos. Aquí se dieron cosas por promesas de campaña, sin poderse hacer. Pero claro, estaba la mentalidad de que “El que venga atrás, que arree”. ¡Bonita filosofía de vida la nuestra! Ahora estamos viendo lo bien que funciona.
Nos pusimos a usar la ‘tarjeta de crédito’ y el ‘lay-away’; sabiendo que no teníamos con qué pagarlo. Pero como muchos dicen por ahí; no importa, la última la paga el diablo. Pues miren quiénes la estamos pagando ahora.
Y estoy clara que había cosas que eran necesarias, como los aumentos de sueldo; pero la responsabilidad de tener unas finanzas saludables debió ser más fuerte. Se debió buscar la manera de generar ingresos y después dar los aumentos. Pero no, si para esto está el banco del pueblo; pa’ pedir préstamos a “to’ jender”.
Y encima, tenemos memoria corta. Bueno, corta no, C-O-R-T-Í-S-I-M-A. Pareciera que estamos en la película ‘50 First Dates’, con Adam Sandler y Drew Barrymore; que ella sufría de amnesia anterógrada y se olvidaba de todo lo que le había pasado el día anterior. Pero en nuestro caso, no sólo es la anterógrada, sino que la combinamos con la retrógrada; que es más a largo plazo. O sea, no recordamos nada de nada; mucho más si es responsabilidad de alguien de nuestra tribu de colores.
Tengo que confesar que, para mí, las mayores víctimas de todo este desmadre han sido el exgobernador Luis Fortuño y el gobernador Alejandro García Padilla. Y me está curioso porque el patrón es el mismo; primero se ama y luego se odia. Nada diferente ha pasado con el actual gobernador. Y veremos el mismo patrón con el próximo gobernador porque la culpa es huérfana y al de turno le tocará.
Y no estoy diciendo que estoy favoreciendo lo que hicieron o han hecho. Lo que estoy diciendo es que a veces nuestra memoria es bien corta y criticamos lo que un día avalamos. Así es esto. Y ya estamos pensando que el ‘próximo’ es el que nos salvará porque Bambi corre -con él- por el bosque detrás de la mariposa. Pero debemos estar claros que con promesas y cuentos chinos, no nos van a salvar ná.
Lo importante aquí es que necesitamos -CON URGENCIA- una reforma contributiva. Este sistema es un desastre y tenemos que cambiarlo y mientras más rápido mejor. Y no estoy diciendo que nos casemos con el IVA, lo que digo es que escuchemos a los que saben -que no tengan conflictos de intereses con ninguna de las partes- y que participemos en la discusión, pero con la idea de aportar, no de entorpecer.
Y es que en este país, y me disculpan por lo que voy a decir, la propaganda es fuerte y está metida en todo. Saquémosla de las cosas. Los problemas de este país hay que tratarlos de manera seria; quitándole la politiquería, rompiendo con tabúes y desmitificando las cosas.
Abramos espacios de discusión -seria- y de reflexión. Esto es lo saludable. Hagámoslos posibles. Prestémosle atención a lo verdaderamente importante, busquemos soluciones y tomemos acción. No podemos seguir en la pelea chiquita ni pensando en sacar ventaja de las situaciones ni de las cosas.
No podemos seguir dejándole la discusión de los problemas en unos pocos; tampoco creyéndonos todo lo que nos dicen. Mucho menos debemos seguir permitiendo que otros piensen por nosotros. Los comentaristas dan su opinión, no es ley escrita en piedra. Ese es su punto de vista sobre un asunto y necesariamente no es como lo dicen. No sigamos la fila india.
Tenemos que tener una participación más activa en las cosas del país. Eso sí, de una manera más informada, más pensada, con más análisis y con más evaluación. Como siempre digo, que cada quién piense lo que entienda y lo que quiera, pero que llegue a esa conclusión como resultado de un proceso de análisis.
Ya mucho hemos criticado y poco hemos hecho. Asumamos nuestra responsabilidad con el país. Empecemos a crecer como sociedad. Actuemos. Y tiene que ser ahora, porque si seguimos en las que estamos; cuando nos vengamos a dar cuenta, ya nos habrán pasado el rolo. Y ojalá que no sea demasiado tarde. Este es el momento, ahora, y es nuestro.
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