Por si las moscas...

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domingo, 8 de marzo de 2015

De días internacionales y de perspectivas… ¿de quééééééé?


Llevo días patinando con esto de treparme en la sillita. Esta semana he empezado tres entradas -de temas diferentes- y no he terminado ninguna. Pero hoy me trepo por ser el día que es. Así que desempolvaré mi trepadita sobre la perspectiva de género y la terminaré. Mis disculpas si lo que voy a decir no le gusta a alguno. La idea no es polemizar, sólo poner en perspectiva algunas cosas y dar otro punto de vista.

No sé cuál es todo este revolú por la perspectiva de género. Para mí, y a lo mejor lo estoy viendo de una manera simplista, no es otra cosa que quitarle la etiqueta a las cosas. Esto es tan sencillo como educar a los niños y a las niñas con las mismas oportunidades y posibilidades. Es no hacer diferencias ni encajonarlos en roles o funciones. Es dejarlos ser.

Lo triste es que aquí se ha tratado de encasillar y reducir a una sola cosa, a un solo aspecto; a la sexualidad y mal tratado el tema, además. Pero esto es algo muy amplio y que tiene que ver con los roles, con el discrimen, con limitaciones y con derechos; sobre todo a la mujer, entre otras cosas.

Es más, con esto de la perspectiva de género y los derecho de las mujeres creo que estamos tarde en esta discusión. Esto lo debimos haber hecho hace mucho tiempo. Así que hoy, día internacional de la mujer trabajadora, es un momento idóneo para hablarlo. Y que conste, que no soy partidaria de los ‘días’ porque siempre he pensado que nuestros días son todos. 


Me parece importante ubicar las cosas en tiempo y espacio e ir a la historia. Y no cabe duda que, desde siempre, las mujeres han tenido su lugar especial. Pero claro, como eran otros los que escribían la historia, muchas han quedado a la sombra. Pero la fuerza de toda sociedad está fundamentada en la aportación de las mujeres. 

Es interesante que todo este movimiento comenzara por una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América, en el 1909, para celebrar el último domingo de febrero como el día nacional de la mujer. Se celebró así hasta el 1913. 

En el 1910, la Internacional Socialista se reunió en Copenhague, Dinamarca, y proclamó el día de la mujer aunque no se estableció una fecha fija. Con esto se buscaba reconocer el movimiento a favor de los derechos de las mujeres y para ayudar a conseguir el derecho al voto. 

El 19 de marzo de 1911 se celebró por primera vez el día internacional de la mujer en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Con estas celebraciones se buscaba, además del derecho al voto, el derecho al trabajo, a la formación profesional, a la no discriminación laboral y la posibilidad de ocupar cargos públicos.

El 25 de marzo de ese mismo año, se incendió la fábrica ‘Triangle’, en Nueva York, EE. UU., dejando como resultado 140 mujeres muertas, en su mayoría italianas y judías, que trabajan como costureras. Esto tuvo grandes repercusiones en las leyes laborales y en los movimientos en pro de los derechos de las mujeres.

Con la primera guerra mundial, las mujeres utilizaron el último domingo de febrero y el 8 de marzo para protestar por la guerra. Para el 1917, las mujeres rusas, aún en contra de lo que decían los dirigentes políticos, el último domingo de febrero hicieron su protesta exigiendo ‘paz y pan’. Cuatro días después abdicó el Zar y las mujeres obtuvieron el derecho al voto.

El 8 de marzo 1975, la ONU celebró el día internacional de la mujer dentro de las actividades del año internacional de la mujer. En el 1977 la asamblea general de la ONU proclamó ese día como el día de las naciones unidas para los derechos de la mujer y la paz internacional. Muchos países miembros la celebran, pero otros siguen utilizando la fechas que marcaron su historia.

Y esto continúa. Lo digo porque seguimos luchando por la equidad, por los derechos y por la igualdad de género. Porque es lo justo. Y ¡ojo!, debemos estar claras que esto no es querer ser como los hombres, pelearse con ellos o hacerles la guerra. Este pensamiento es uno totalmente desatinado. 

A veces nos obsesionamos en la ‘a’ y la ‘o’ y hasta usamos la arroba @, aunque NO es una letra, queriendo mostrar igualdad. Y me disculpan aquí por lo que voy a decir, pero preocuparnos por lo que ponemos en el papel no debe ser tan importante como cambiar de mentalidad, dejar de pensar como inferiores o querer competir con los hombres. 

Para nosotras avanzar, tenemos que enfocarnos en lo nuestro. Pero para eso debemos prepararnos mentalmente y estar claras de lo que somos, de que podemos y, sobre todo, de que queremos. Y lo menciono porque, además de las posibles barreras que pudiesen ser establecidas por los hombres, las más difíciles de vencer son las que nosotras mismas nos imponemos. 

Y claro; es que en muchas ocasiones pensamos, y así es que nos han educado, que hay ciertas cosas que no podemos hacer. Siempre he dicho que el machismo existe, en gran medida, gracias a la mentalidad machista de muchas mujeres. Y aquí no sólo estoy hablando de cuestiones laborales, sino en una gran cantidad de escenarios. 

Y uno de esos escenarios, es el religioso. Y aquí voy pisando con cuidado porque podría sonar contradictorio y pensarse que no creo en la palabra de Dios y hasta que soy atea. No, por ahí no van los tiros. Lo que digo es que tenemos que entender que la Biblia, aunque podríamos decir que inspirada por Dios, fue escrita por el hombre. Y, dicho sea de paso, tiene muchísimos pasajes bastante machistas. 

¡Que nadie se espante! Lo único que digo es que tenemos que poner esto en contexto y en su justa perspectiva. La Biblia es la historia del pueblo de Israel, sobre todo el antiguo testamento. Y necesitamos entender esto para poner las cosas en su justa perspectiva. La Biblia es un libro simbólico, de doctrina, de enseñanzas y no es para tomarlo literal como muchos hacen. Pareciera que quisiéramos vivir la vida como hace más de dos mil años se vivía. Pareciera...

Y debemos reflexionar sobre esto y hacer lo propio con muchas cosas más. Rompamos la cajita. No nos encajonemos ni encajonemos las cosas o a los demás. Tenemos que seguir avanzando. Debemos educarnos más y seguir buscando la igualdad. Debemos crecer, tener un rol más activo y poner las cosas en su justa perspectiva. Sólo así tendremos una sociedad más justa y con mayor equidad. 

Y lo más importante y lo que siempre deberíamos tener claro es que todos los días, son nuestros días. 

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