Paloma de la paz de Pablo Picasso |
Hoy, día del veterano, desde que abrí los ojos, venía rumiando si me trepaba o no en la sillita; más que todo porque me preocupaba que no se entendiera la reflexión que quiero hacer. Y es que tengo sentimientos encontrados con esto; no por los veteranos, que tienen todo mi respeto, sino con todo esto que se teje alrededor de las guerras y los ejércitos. Parece contradictorio, pero no lo es; por eso, me trepo.
Como siempre digo, este es mi punto de vista y pueden diferir. No quiero imponer mi manera de pensar; jamás ha sido la idea, sino mostrar otro ángulo de las cosas. Cada quién puede pensar como quiera, pero no quería dejar pasar la oportunidad de compartir lo que pienso; mucho más en esta fecha. Sólo espero que al terminar de leer esta reflexión haya quedado claro lo que quise presentar. En eso confío…
Se habrán dado cuenta ya que no soy partidaria de las guerras. A la verdad no creo que haya alguien que lo sea; bueno, sabrá Dios. Mucho menos de los ejércitos, y tengo mis conflictos con esto. Y es que desde siempre las guerras se han utilizado para subyugar, para imponer, para someter, para saquear, para despojar.
El deseo de dominar ha sido una constante en la historia. Nosotros somos ejemplo de eso. Fuimos botín de guerra. Luego nos dieron la ciudadanía americana y podíamos pelear; antes no podíamos porque estábamos catalogados como extranjeros. Y aunque esto suene fuerte, sólo hay que mirar las fechas. El 2 de marzo de 1917 nos dan la ciudadanía (Ley Jones), el 2 de abril EE. UU. entra a la primera guerra mundial y el 18 de mayo se firma la ley para establecer el servicio militar obligatorio. Sobre 20 mil puertorriqueños fueron a la guerra.
Hago un paréntesis para decir que siempre me ha parecido interesante el escudo del departamento de defensa. En todos los escudos de EE. UU., el águila tiene en una pata 13 flechas pequeñas (alusivo a las 13 colonias) y en la otra una rama de olivo. El del departamento de defensa es diferente porque en las dos patas sostienen sólo tres flechas grandes… ¿La rama de olivo? Coje casi la mitad del escudo pero está suelta, sola, más abajo. Para rumiarlo.
Lo que a mí siempre me ha fascinado de esto de las guerras es el discurso. Y aquí incluyo a casi todas las naciones que siempre argumentan que hacen la guerra para lograr la paz, que buscan ‘liberar’ a los pueblos de sus opresores, que lo hacen para ayudar a esos países, que tienen que acabar con la tiranía de algunos y muchas otras cosas más. Cuando la realidad es que sus intenciones casi siempre van por otro lado. Y aquí no suele haber diferencia entre unos y otros porque parecen estar cortados todos con la misma tijera.
Desde la antigüedad, y a través de la historia, hemos visto potencias e imperios que siempre han querido dominar a los demás. Y un signo de esto es el tamaño y preparación de los ejércitos. Y todos han subido y han caído; así que esto es un proceso natural y la historia es cíclica. En esta época que vivimos le ha tocado a Estados Unidos dominar y ser ‘el policía del mundo’; como se auto denominan.
Cuando el famoso “Desert Storm” de Bush, padre; yo estaba en el viejo continente. La prensa hablaba de ataque, invasión, petróleo, petróleo y más petróleo; entre varias cosas más. Cuando regresé leí sobre la paz, la tiranía, los derechos, etc. Eso para mí fue un gran choque. Era un mismo conflicto y dos discursos completamente diferentes. Ahí comencé a buscar diferentes fuentes y hacer un mayor análisis de lo que se presentaba en los medios. Luego con Bush, hijo; ya estaba curada del espanto.
En muchas ocasiones hay que tratar de ponerse en el zapato de los otros para comprender el por qué de algunas reacciones. Y no estoy justificando las acciones de nadie, sólo que la cosa no es tan simple como pudiera parecer. Siempre he dicho que toda acción tiene una reacción y que cada cosa que uno hace tiene sus consecuencias. Así que nos enfrascamos en un círculo vicioso de confrontaciones, que en muchas ocasiones llevan siglos.
Las guerras no son los bombardeos televisados que nos presentan como espectáculos. Esto es muchísimo más complicado de lo que parece y los efectos son devastadores. Y tenemos guerras en todas partes del mundo, por diferentes razones pero todas apuntan a lo mismo; a la dominación, a subyugar a otros. ‘Los conflictos armados’, como muchos lo llaman, traen desolación, incertidumbre, devastación y una gran cantidad de problemas sociales.
Los únicos que ganan con las guerras son los que venden armas y los que dominan. Es chocante saber que matan soldados con armamento hecho en su propio país. Para mí esto no tiene justificación. Pero claro, el armamento es un negocio y se le vende a quien lo compre. Hace un tiempo leí un reportaje sobre los países productores y cómo estaba dividido el mercado mundial. Para erizarle los cabellos a cualquiera.
Lo más preocupante de todo esto es cómo, utilizando ‘la paz’, ‘los derechos’, ‘la religión’, ‘la libertad’ y todas esas cosas que dicen, -aunque las razones reales sean otras- envían personas inocentes a arriesgar sus vidas. He allí el meollo del asunto y lo que critico. Los líderes toman decisiones pensando en los intereses económicos o geopolíticos y no pensando en las vidas que exponen, en las familias que afectan, en la comunidad que destruyen, en el país que golpean; pero sobre todo, no piensan que también se afectan los suyos.
Y más aún, para mí es inaudito que alguien que ha servido militarmente a un país, luego de regresar del conflicto no reciba los servicios que requiere y a los que tiene derecho. Que las cosas se le hagan difíciles, que no encuentren apoyo, que tengan situaciones de salud, etc. En fin, se han sabido infinidad de casos. Sólo hay que leer la prensa local, la de los EE. UU. y la internacional porque esto sucede en todas partes del mundo. Los veteranos merecen todo el respeto por haber arriesgado su vida y servirles bien es lo mínimo que deben hacer por ellos. Y admiro a los que luchan por sus derechos y por los de sus compañeros.
Y es inaceptable que haya países -unos cuántos- donde el presupuesto de su departamento de defensa, es exageradamente mayor que el presupuesto total de una gran cantidad de naciones. Si todo ese dinero que se usa para armamento se utilizara para cubrir las necesidades básicas, para la educación, para la salud y para otras cosas necesarias, este mundo estaría muchísimo mejor.
Siempre he pensado que la gente hablando se entiende pero cada día me está costando más hacerlo. Parece ser que es más fuerte en nosotros el instinto de dominar que el de coexistir y que los intereses particulares están sobre el bien común. Porque como vemos las cosas, el interés de los líderes no es sentarse a dialogar, a discurrir sobre cómo resolver los conflictos, sino a sacar ventaja, a subyugar y a imponerse. Y los que pagan las consecuencias, son todos los demás. Ojalá que un día, esto se pueda cambiar.
Espero que mi reflexión se haya entendido.
Espero que mi reflexión se haya entendido.
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