Luis Muñoz Marín |
Soy de las que no me gusta andar por las ramas. Los que me conocen lo saben. Y lo que voy a decir nada tiene que ver con la persona que está ahora ejerciendo el cargo de gobernador, porque los que me leen desde hace tiempo saben que no es la primera vez que lo he dicho. Es más, lo he comentado bajo diversos gobernadores porque creo que no importa quién sea la persona que esté ocupando el cargo en ese momento, la figura del gobernador merece respeto. Mis disculpas, si alguno no piensa como yo.
Veo cómo, cada vez más, vamos perdiendo perspectiva de lo que representa ser el primer mandatario de un país. Y es que podamos o no estar de acuerdo con él, no ser de su misma ideología, ser opuestos en líneas de pensamiento, o hasta ser fanático del equipo contrario, por el simple hecho de que sea el primer ejecutivo del país, merece consideración. Y no confundamos la gimnasia con la magnesia, no estoy hablando ni de servilismo, ni de fanatismo, ni de idolatría, ni nada relacionado; de lo que estoy hablando es de poner la figura del gobernador en su justa perspectiva.