Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

jueves, 16 de octubre de 2025

¿Transparencia, será?


El estudio de la comunicación es importante porque busca explicar, comprender y predecir las situaciones que existen y en las que se basan las relaciones humanas: entender los porqués.

 

Es necesario mirar cómo se maneja la comunicación para ver sus efectos y consecuencias. Cuando en una sociedad el flujo de información se interrumpe o se condiciona, lo que se afecta no es la gestión gubernamental, sino la esencia misma de la democracia.

 

En Puerto Rico, muchas cosas están pasando que hacen cuestionarme el objetivo escondido detrás de lo que se dice y se hace.

 

Con la retórica vacía y el uso de palabras que realmente no sienten, pero saben que es lo que los otros quieren escuchar, los políticos buscan controlar el discurso para justificar acciones y lograr el apoyo.

 

La aprobación del P. del S. 63, por descargue y sin vistas públicas, no es un detalle técnico ni un ajuste administrativo. Es un acto comunicacional de poder, cuidadosamente envuelto en lenguaje jurídico para parecer inofensivo. Y como todo acto comunicacional, dice mucho más de lo que aparenta.

 

Bajo la apariencia de “equilibrar” y “ordenar” el acceso, se esconde el viejo instinto del poder por controlar. El lenguaje legislativo —esa retórica que pretende ser objetiva y procesal— se convierte en máscara para producir obediencia y legitimar el silencio, para evadir la responsabilidad de ofrecer información que es pública y nos pertenece.

 

Lo que el texto promete como orden, “razonabilidad” o balance, busca dilatar los procesos y hacer que pierdan vigencia. Esta ley no es para promover la transparencia, sino que levanta un muro semántico entre el gobierno y la ciudadanía.

 

Nos dicen que se trata de proteger, organizar y ser eficientes. Palabras que buscan hacerlo parecer justo y necesario. Pero el mensaje real es otro. El poder sabe bien que quien controla la información controla la interpretación.

 

Es por eso por lo que, bajo legislación, buscan tener el control y decidir qué se comparte y con quién la información que debería ser pública y a la que todos deberíamos tener acceso. Los funcionarios públicos son nuestros empleados y tenemos el derecho a saber qué hacen con nuestro patrimonio.

 

Hemos dado demasiados cheques en blanco a los políticos, y nos han llevado pendiente abajo. Pretenden seguir haciéndolo, porque mientras más limitan el acceso, más espacio tienen para actuar sin que sepamos.

 

El filósofo, sociólogo, psicólogo e historiador francés Michel Foucault lo explicó con precisión: el poder no solo prohíbe, también produce discurso. Cada régimen de verdad decide qué puede ser dicho, quién puede decirlo y en qué condiciones.

 

Así, este proyecto de ley, presentado como transparencia, en realidad redibuja los límites de lo que se dice en la esfera pública. El poder decide qué información es legítima y cuál debe permanecer invisible, usando el lenguaje como instrumento de dominio.

 

El filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas, en su obra “La transformación estructural de la esfera pública” (1962), sostiene que el espacio público es esencial para la democracia porque permite a los ciudadanos participar en un discurso racional sobre el bien común.

 

Cuando se restringe el acceso a la información, no se protege al Estado, sino que se aísla al ciudadano. Y cuando el ciudadano no puede fiscalizar, la democracia se convierte en una ficción administrativa, un relato donde el poder se narra a sí mismo. Aquí los políticos fanfarronean y cacarean mucho, creyéndose los dueños cuando son administradores.

 

Ahora pasa a la Cámara de Representantes y, de ser aprobado, pasará a la firma de la gobernadora. Veremos si esto es simplemente el deseo del presidente de un cuerpo —siempre restándole legitimidad a la prensa— y de algunos políticos que responden más a su partido que a los electores que los eligieron; o si, por el contrario, se trata de una movida institucionalmente maquinada para limitar el acceso a la información y la fiscalización de su gestión.

 

Al final, la transparencia no se legisla: se practica. Y lo que el Senado aprobó no es una ley de transparencia, sino una ley del silencio, una de dilación y de obstáculo para la rendición de cuentas.

 

Si alguna importancia tiene el estudio de la comunicación —vuelvo al inicio—, es precisamente esta: reconocer cuándo el discurso se usa para dominar. Porque cuando el poder habla de transparencia, pero su acción es contraria, lo que nos queda —y también nos corresponde— es llamar las cosas por su nombre y seguir denunciando lo que va en contra del establecimiento democrático.

domingo, 5 de octubre de 2025

La ética, el criterio humano y la IA

https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ 
https://outsourcedstaff.com.au/artificial-intelligence-solutions/


Recién se celebró la convención de la Asociación de Relacionistas de Puerto Rico enfocada en la inteligencia artificial y nuestra profesión; la cual estuvo excelente. Quedó claro que la IA no vino a reemplazarnos, sino a ponernos a prueba: ética, criterio y humanidad son ahora los verdaderos diferenciadores.

 

Desde hace un tiempo, vengo reflexionando sobre la inteligencia artificial y su uso en las relaciones públicas y en la vida diaria. Últimamente, y gracias a una amiga relacionista, vengo dándole casco a un aspecto que casi no se toca, su impacto en el ambiente y en nosotros; algo que no podemos tomarlo a la ligera. 

 

La IA se ha convertido en una herramienta cotidiana en comunicación y relaciones públicas. Sin embargo, su uso indiscriminado genera riesgos éticos, ambientales y profesionales. Como muchos, hago uso de esta, pero soy clara con ello porque la transparencia y la ética deben estar presentes, siempre. 

 

Con esto en mente, he incluido en mis clases unas guías de uso, pero también unas guías para mí. Las preparé y mi GPT las revisó y editó. (Siempre me dice: ‘Tienes mucho texto’, y tiene razón. Jejeje)

 

De hecho, esto es un compendio -tengo guías más completas aparte- porque le pedí lo puntual de lo que tengo para incluirlo en una hoja. Así que, por si alguno lo encuentra útil, aquí las comparto: 

 

 

Guía para el uso responsable de la inteligencia artificial
en las relaciones públicas

Introducción

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta cotidiana en comunicación y relaciones públicas. Sin embargo, su uso indiscriminado genera riesgos éticos, ambientales y profesionales. Esta guía ofrece criterios claros para integrar la IA de forma consciente, estratégica y socialmente responsable.

 

Principios rectores

a) Principio de necesidad – Evalúa si realmente necesitas la IA.
b) Principio de impacto – Considera el efecto en metas profesionales y sociales.
c) Principio ambiental – Reconoce el consumo energético y de agua.
d) Principio ético – La IA apoya, no sustituye tu voz profesional y humana.
e) Principio de optimización – Sé claro y eficiente en las consultas.
f) Principio de equilibrio – No sustituyas con IA la creatividad ni la reflexión.

 

Checklist de decisión rápida

 ¿Es estratégico? – Relacionado con trabajo o no.
 ¿Es puntual y necesario? – Responde a una necesidad concreta.
 ¿Apoya mis metas? – Contribuye a mi desarrollo profesional y social.
 ¿Lo resuelvo sola en <10 min? – Si sí, hazlo tú. Si no, usa IA.

¿Podría hacerse daño si esta información se comparte o automatiza sin contexto?

 

El rol del relacionista

1. Dar visibilidad al impacto ambiental y social.
2. Exigir transparencia a las compañías de IA.
3. Educar a clientes y organizaciones sobre uso responsable.
4. Promover políticas públicas que regulen la IA.
5. Usar la comunicación con propósito para visibilizar desigualdades.

 

Preguntas para la práctica profesional

• ¿Este uso de IA refleja mis valores como relacionista?
• ¿Puedo defender públicamente esta decisión?
• ¿Estoy considerando el costo ambiental y social?
• ¿Mi producto final lleva mi sello profesional y creativo?

 

Nota final

Usar la IA con conciencia es un acto de coherencia profesional, compromiso social, respeto al ambiente y amor a la profesión. El relacionista es, más que usuario, guardián del criterio, la transparencia y la ética en la era digital.


Referencias

Vega, M. & ChatGPT (2025). Mini-argumentario: IA y enfriamiento de servidores. Documento inédito para la ARPR.
Vega, M. & ChatGPT (2025). Checklist '¿Uso la IA o no?'. Documento inédito.
Vega, M. & ChatGPT (2025). Miniguía para estudiantes: Uso responsable de la IA. Documento inédito.

 

 

La transparencia y la ética deben estar sobre todas las cosas, más en nuestra profesión. Como parte de una comunidad, debemos tener claro el efecto de nuestras acciones en los demás, en el ambiente y en la sociedad. Al final, todos somos corresponsables de todo y de todos.

 


https://www.vecteezy.com -Kiryl Balbatunou