Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 6 de enero de 2019

Nuestra epifanía

Obra de Taller Una

La Epifanía, según el DLE de la RAE, tiene dos acepciones: ‘Festividad que celebra la Iglesia católica el 6 de enero, en conmemoración de la adoración de los Reyes Magos’ y ‘Manifestación, aparición o revelación’.

La Epifanía es una de nuestras tradiciones más arraigadas. Nos mantiene anclados en nuestra cultura. Le da fuerza a lo que somos y nos mantiene conectados a nuestras raíces.

No hay cosa más maravillosa que ver cómo, en la víspera de reyes, los niños con sus caritas ilusionadas van a buscar yerba para dejarle a los camellos. Aunque yo le digo a mis sobrinas nietas que en Puerto Rico como no hay camellos, usan caballos.

Recuerdo que en casa, la víspera de reyes era todo un acontecimiento. El servicio era completo; yerba y agua para los camellos y galletitas y un ‘palito’ para los reyes. Ese regreso a ‘tierras lejanas’ debía resultar interesante luego de degustar las ‘lágrimas del monte’.

En mi familia la tradición de la epifanía perdura y seguirá siendo así. Estoy segura que en Puerto Rico se mantendrá por siempre porque es un recordatorio de lo que somos, en lo que creemos y lo que atesoramos. Es símbolo de nuestra cultura.

Que esta bella tradición viva en nuestros corazones y que la compartamos con las nuevas generaciones. Con esto fortalecemos nuestra y algo que es parte de nosotros como puertorriqueños.

Pero también deberíamos abrazar la segunda acepción de la epifanía; la de la manifestación, la aparición, la revelación. Y hablo de nuestra esencia, de lo que somos. Hablo de nuestra idiosincrasia, del ser puertorriqueño.

Porque somos otra cosa. Somos un pueblo con mucho aguante, con mucho empuje. Estamos acostumbrados a vencer las adversidades y somos resilientes. También somos solidarios, entregados y siempre tendemos la mano.

Somos creativos, innovadores, buena gente y muchas cosas más. Tenemos que despertar y tomar el control de nuestro país. Y cuando digo esto es en todos los aspectos de nuestra vida. Dejamos en manos de los políticos y de otros nuestro destino y no ha resultado tan bien.

Claro, y tenemos que hacerlo siempre pensando en el bien común y no en beneficio o bienestar de un grupo, un partido, de amigos o de terceros; como suele suceder. Hay que pensar en el colectivo, en todos los puertorriqueños.

Tenemos todos los atributos para lograr lo que queramos y llevar este país a su máximo nivel. Todo lo podemos lograr si nos lo proponemos.

Somos especiales. Sólo nos resta creer y confiar en nosotros. Así podremos demostrar de qué madera estamos hechos. A mí no me queda duda que es de la buena, de la mejor.

¡Feliz Epifanía!
Foto: Yaucromatic

No hay comentarios:

Publicar un comentario