Caricatura propiedad de Quino. |
“Eso es cierto porque lo vi en la
televisión”, “Lo leí en el periódico, así que no es mentira”, “Es así porque lo
dijeron en la radio”, “Es verdad porque está en las redes sociales”, esas son
algunas de las frases que escuchamos a diario y con las que las personas
justifican tal o cual información.
Pero eso no todo es tan fácil ni el mundo
es una cascada de colores. Lo primero que tenemos que tener claro es que los
medios de comunicación son negocios y tienen sus intereses. También tienen sus
líneas editoriales, ideológicas y buscan influenciar la opinión pública y en
muchas ocasiones dictarla.
Y que conste, no estoy criminalizando
eso; cada quién lleva su negocio como quiere. Lo que sí es que nosotros, los
receptores de la información, debemos tenerlo claro. Esto nos ayudará a aprender
a filtrar la información, a buscar otras fuentes y líneas editoriales, a
comparar, a darle el peso adecuado a lo que se dice y a llegar a las
conclusiones por análisis no porque tal o cual medio lo dijo y tengo que
creerlo.
En una de las escenas de las películas
‘Wag the dog’, que es una joya en cuanto al tema de la manipulación de la
información, el agente de la CIA Charles Young se reúne con Conrad Brean y
Winifred Ames. Él les decía que no había ninguna guerra (inventada por Conrad)
y que Albania (supuesto país agresor y que habían escogido porque el
estadounidense promedio no tenía mucho conocimiento sobre ese país), no tenía
capacidad nuclear para atacarlos.
Conrad argumentaba que había salido en la
televisión. El agente insistía que no había posibilidad de una guerra y él
volvía a mencionar que había salido en la televisión. Como ese ejemplo, muchos.
Por eso es que la información debe
tomarse con pinzas. Para mí es sumamente preocupante que tanta gente tenga una
fe ciega en lo que aparece en los medios de comunicación y tome lo que dicen
como si fuera palabra de Dios. Así se puede amoldar la opinión pública. Soy de
las partidarias de que hay que ver todos los medios posibles, todo lo que se
publica y todos los ángulos, pero de manera crítica.
Algo sumamente importante y que he
mencionado en otras ocasiones, es que los programas de opinión no son
noticieros. Muchos de los comentaristas podrían responder a terceros. Tienen
sus agendas bien definidas sobre temas, partidos, personas u otras cosas. No
presentarán la información de forma imparcial ni todos los puntos de vista. Su
función es la propaganda y presentar la información a conveniencia.
Nos podríamos sorprender si hacemos un
análisis de la información publicada o difundida en los medios tanto
tradicionales como sociales. Pero esto no es nuevo. Muchos teóricos de la
comunicación lo han estudiado. Mucho de eso no los podemos mencionar aquí porque
hay material no para una entrada, sino para varias tesis.
Una de las primeras teorías sobre el
efecto de los medios de comunicación en la opinión pública fue ‘La teoría del
establecimiento de agenda’ (Agenda-Setting), de Max McCombs y Don Shaw. Su
investigación ‘The Agenda-Setting Function of Mass Media’ fue publicada en la
revista Public
Opinion Quarterly, Vol. 36 p.176-187 (1972). https://academic.oup.com/poq/article-abstract/36/2/176/1853310
Ellos
afirmaban que el contenido de los medios de comunicación, y lo que se omite, es
lo que determina la agenda del debate público. La gente habla de lo que ve en
los medios de comunicación. Así que el medio, al escoger sus historias, su
ubicación y el espacio, va dirigiendo la opinión pública diciéndole a las
personas en lo que tiene que pensar y lo que debería ser más importante para
ellos.
Y
no estoy diciendo que es así con todo o que es malo. Hay información que es
importante y de gran interés público y los medios deben difundirla. El problema
es cuando se sesga la información o sólo se presenta un punto de vista. Cuando
se alinea con intereses particulares y hasta se hace propaganda. Y no estamos
ajenos a eso.
Uno
de los que ha estudiado más recientemente el tema es el doctor Wayne Wanta,
profesor de periodismo de la Universidad de Missouri. El doctor Wanta dice que
los medios no sólo establecen la agenda, sino que también trasmiten una serie
de atributos sobre los asuntos que tratan las informaciones periodísticas,
según aparece en el libro Relaciones Públicas, Estrategias y Tácticas.
Wilcox, Cameron y Xifra, p.278-279 (2006).
El estudio de la teoría del
‘Agenda-Setting’ se ha expandido, naturalmente, a los medios sociales. Para el
2006, McCombs sostenía que Internet y los medios sociales corroboraban los
principios de la teoría, que los medios son los que marcan la agenda de los
temas a discutirse en la opinión pública. (Artículo ‘Twitter y la teoría de la
Agenda Setting: mensajes de la opinión pública digital de Raquel Rubio García, Revistas
Científicas Complutenses Estudios sobre el
Mensaje Periodístico Vol. 20, Núm. 1 (2014) 249264) http://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/45230
Y
aunque la ‘Teoría de usos y gratificaciones’ de Elihu Katz, Jay G. Blumler y
Michael Gurevitch, publicada en la revista Public Opinion Quarterly, Vol. 37,
Issue 4, January 1973 p.509-523, establece que las personas van a buscar, de
manera deliberada, los medios que satisfagan sus necesidades y que vayan de
acuerdo a sus creencias, intereses y puntos de vista, deberíamos abrir el
espectro y no quedarnos sólo en lo que nos es cómodo, nos es afín o nos
interesa.
Y
ahí parte de mi preocupación. Los medios establecen las agendas de los temas de
discusión en la opinión pública y muchas personas, por conveniencia, sólo
consumen lo que le dan o les conviene. Así no podremos hacer una opinión
formada por nosotros, sino dirigida por otros. Hay que ir más allá y buscar
diversos puntos de vista, analizarlos, discutirlos y llegar a sus propias conclusiones.
En
ocasiones se discute, no lo que le es pertinente a la gran mayoría de la
ciudadanía, sino lo que es de interés para algunos o lo dictan otros.
Deberíamos ser nosotros quienes establezcamos los temas de discusión en la
agenda pública, aunque eso parezca una gran utopía.
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