Por si las moscas...

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miércoles, 12 de julio de 2017

Fight for My Way, un drama que sorprende



En este país seguimos con la tragedia griega y viendo como los políticos se lo saltan todo. Eso sin contar con la gran dosis de propaganda disfrazada de cualquier cosa que recibimos. Pero nada, que si uno quiere sobrevivir lo que viene, debe desconectarse de vez en cuando y entretenerse para despejar la mente y no morir loco.

Como saben, para mí una de esas maneras de desconectarme es viendo series y dramas. Pues hoy voy a contarles de un drama coreano que la verdad me sorprendió porque resultó muchísimo mejor de lo que pensaba sería. 

‘Fight for My Way’ es de esos dramas que cuando uno lee la sinopsis dice que pasará olímpicamente de ella, pero que decide darle una oportunidad cuando conoce el elenco. Es que la descripción en nada ayuda a que una se interese en el drama.

Muy poca información disponible había. Era algo así: Ko Dongman y Choi Aera, amigos desde la infancia, eran ciudadanos de tercera categoría y aunque viven en un mundo cada vez más hostil, deciden no darse por vencidos y luchar para sobrevivir. Sin importar lo que otros dijeran, ellos buscan la manera de salir adelante y de vivir una vida feliz.  


 ‘Third-Rate My Way’, como también se le conoce, recién terminó. Se transmitió lunes y martes, a las 10:00 p. m., del 22 de mayo al 11 de julio de 2017 por la cadena KBS2. Este drama, de 16 episodios, fue protagonizado por Park Seo Joon (Ko Dong Man), Kim Ji Won (Choi Ae Ra), Ahh Jae Hong (Kim Joo Man) y Song Ha Yoon (Baek Sul Hee).

Para mí, fue uno de esos dramas que te sorprenden favorablemente y que tiene pinta de que se convertirá en uno de mis clásicos (por verlo tanto). Vi el primer episodio por aquello de que no me contaran y saber si la descartaría allí mismo o le daría una oportunidad para cuando se terminara de transmitir.

Pero ni una cosa, ni la otra; una vez empecé, ya no hubo vuelta atrás. A los quince minutos estaba medio enganchada; pero no quería hacerme muchas ilusiones porque a veces el primer episodio te resulta bien y después cae en suplicio, lenta, aburrida o mil cosas más. Y últimamente, he tenido mucho de eso.  

Así que decidí ver los primeros dos episodios pero con el primero, ya estaba enganchadísima. Terminé viéndola mientras la transmitían, primero en RAW y luego subtitulada al inglés. No me la perdí ni por equivocación porque cada vez se ponía más interesante.

Lo mejor de este drama es que no tiene grandes pretensiones. La historia es sencilla y hasta podría sonar algo trillada pero está muy bien desarrollada y trabajada. No es cursi, tampoco choca, sino que resulta interesante porque vemos las evolución de esa amistad de la infancia.

Me encantó la manera en que fueron contando la historia. Su amistad fue consolidándose a través del tiempo. Estaban juntos en las buenas y en las malas. Eran vecinos, comían juntos, se cubrían las espaldas, eran agradecidos y se apoyaban. Esa línea de los celos enfermizos y de traiciones entre amigos, aquí no estaba. Bueno, malos entendidos entre los enamorados, pero maldades, ninguna.

La historia se va contando entrelazando experiencias del pasado con el presente, pero fluye bien. No se ve ni halada por los cabellos, ni forzada como otras; por lo menos así lo percibí yo. Los niños actores, hicieron un trabajo excepcional. Me convencieron como lo hicieron los grandes.

El peso del drama estuvo en las actuaciones. Creo que ahí estuvo su magia. Me gustó mucho la interacción entre los cuatro personajes principales, pero también el trabajo de los actores secundarios. Ninguno tenía desperdicio y todos aportaban efectivamente al desarrollo de la trama.

Tanto la historia de la pareja principal, como de la secundaria, eran interesantes. Aquí no había intención de darle ‘fast-foward’ a la segunda historia. En ocasiones, hasta quería saber primero lo que pasaba con Joonman y con Sulhee.

Me gustó mucho que fue un drama balanceado. Aunque la descripción no lo indicaba tenía mucha comedia con muy buenísimas dosis de humor. Hubo escenas que me hicieron llorar de la risa. Y allí el premio se lo llevó Kim Ji Won. Tan excelente actriz como es, le sacó muchísimo millaje a su personaje de Aera.

Realmente me encantó. Me mataba de la risa. Cada vez que actuaba ‘cute’, ya sabían que podría haber problemas y sufrían porque sabía lo que venía. ¡De miedo! Tenía el genio vola’o pero el corazón grandísimo. Esa relación de casi hermanas entre Sulhee y ella era maravillosa; al igual que la de Dongman y Joonman. Los cuatro mostraban una complicidad increíble.

Aera vivió toda la vida enamorada de Dongman, pero primero fue amiga incondicional. Él, siempre en la luna, nunca se enteraba de nada. Pero luego se fue dando cuenta y cayó rendido. La historia de él, impresionante. Aunque cuando joven fue un excelente atleta, pierde una pelea para poder tener el dinero y operar a su hermana.

El personaje del entrenador de Dongman, me gustó mucho. Me hacía reír porque siempre estaba llorando. Le tenía un miedo atroz a Aeera. Las escenas muy divertidas. Pero siempre creyó en Dongman y lo motivó y apoyó para que volviera porque realmente tenía talento.

 Aeera, que siempre quiso ser locutora o moderadora de televisión, terminó trabajando como presentadora en el ring y feliz porque estaba frente a un micrófono. Fue la primera mujer en hacerlo. Me gustó que fuera así. Se dio cuenta de muchas cosas que pasaban en televisión, pero no por eso dejó su sueño a un lado. Así hay que afrontar la vida.

Hay muchas historias que se van desenmascarando, con las dos parejas y sus relacionados. Algunas comiquísimas, como el noviazgo de Aeera; otras no tanto, pero todas con muchísimas lecciones de vida. Creo que con el noviazgo de Aeera fue que Dongman se empezó a dar cuenta de que sentía algo por Aeera. 

Es un buen drama y bastante divertido, por cierto. Realmente fue un gran acierto unir ese elenco. Nada, nada; no digo más. Es uno de esos dramas que hay que ver porque aunque parece que no, termina resultando que sí.



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