Mis estudiantes de bachillerato en Comunicación con concentración en Relaciones Públicas |
La graduación es la actividad académica más importante de una institución universitaria; es su razón de ser. Es una ceremonia solemne, especial; en la que se valida el objetivo de la institución, que es preparar a los profesionales que aportarán al desarrollo del país.
Para los graduandos debería ser mucho más especial porque reciben su grado, que es el resultado de todo el esfuerzo realizado en los años universitarios. Por eso amerita atención y trato especial.
Hace una semana se celebró la de Sagrado. Tengo que confesar que estuve a punto del infarto, pero Dios es tan maravilloso y misericordioso que no lo permitió. Ahora veo un post que compartió una profesora de otra universidad y aquí me tienen, trepadita.
Y que conste, esto es sólo una reflexión y mi punto de vista; que para nada tienen que concurrir con él. Sólo que quería comentarlo. Al final, cada quién hace las cosas como mejor entienda.
En la graduación, la escarcha fue la orden del día. Flores, dibujos, ‘guindalejos’ y hasta luces engancharon en el birrete. ¡Ah!, no se pueden dejar las frases escritas en ellos. Era como si hubiese una competencia. No podemos dejar los zapatos y la ropa debajo de la toga, que contrastaban con ella.
vestimenta académica de Sagrado |
Y el que me venga a decir que es que los ‘millennials’ son así, que no siguen reglas, que hay que ajustarse a ellos, que es otra su realidad, pues le diría que entonces no los eduquemos y dejémoslos que hagan en la sociedad y en el mundo lo que quieran.
Las sociedades funcionan con unas reglas básicas para lograr una mejor convivencia. Ellos son educandos y es nuestra responsabilidad prepararlos, tal vez de una manera diferente a como lo hicieron con nosotros, para que puedan enfrentarse a la vida y salir airosos.
Los que han tomado el curso de protocolo conmigo saben que, además de que tienen una presentación con la historia y el significado de cada una de las piezas de la vestimenta académica, estoy con la cantaleta de cómo deben vestirse y comportarse en la graduación. Saben que es para que luzcan bien. A algunos se le olvidó. Jeje.
Yo sé que se emocionan y que quieren celebrar y gritar a los cuatro vientos, de todas las maneras posibles, su satisfacción por el éxito académico alcanzado. Pero no se puede confundir la gimnasia con la magnesia. Todo tiene su forma, su lugar y su momento.
Y no es que tengan que estar aburridos, rígidos como soldados ni nada de eso, porque yo soy la primera que me levanto, aplaudo, los abrazo, los felicito y tal; pero todo tiene su espacio y manera, porque hay un protocolo que respetar.
Algunos se ríen cuando en el salón les digo que si después que se acabe la ceremonia, quieren quitarse la toga y correr ‘esnús’, que lo hagan; pero que me avisen para irme antes de que hagan el espectáculo. Jeje. Así que no es cuestión de que no hagan, sino que sepan dónde, cuándo y cómo hacerlo. Esto podría pasar por desconocimiento; pero también por omisión o por querer ‘comérsela’.
Toga de maestría |
Las graduaciones, con todo su ceremonial, son un legado de las universidades medievales de los siglos XI y XII. Como originarias del acto, se mencionan universidades como las de Bologna, Paris, Oxford, Cambrige, Glasgow y Lovenia. En sus comienzos se celebraban en la Iglesia y luego en los gremios.
La vestimenta académica se remonta a los primeros años de establecidas las universidades. Ya para el 1321 la Universidad de Coimbra le requería a todos los doctores, licenciados y bachilleres utilizar la toga. Luego, en Cambridge y Oxford se utilizó como medida de control universitario.
Se cree que pudo haberle dado origen la vestimenta eclesiástica, pero pudiera ser que, por las condiciones del tiempo, se requiriera la misma para resguardarse del frío. Utilizaban una capucha para cubrirse la cabeza, que luego sustituyó la esclavina.
Con el tiempo, la toga, el birrete y la esclavina pasaron a ser elementos principales de la vestimenta académica. Su uso se fue extendiendo a otras universidades europeas y pasó a ser pieza unitaria entre los estudiantes y las personas de prestigio en esas disciplinas.
A principios del siglo XVIII, las universidades y los colegios estadounidenses también establecieron un sistema de vestimenta académica. En el 1895 representantes de diferentes instituciones se reunieron y adoptaron una serie de normas para reglamentar su uso. Este sigue vigente, aunque ha tenido algunas revisiones.
Lo fascinante de la vestimenta académica es que con sólo verla uno puede identificar la institución universitaria, la facultad y el grado que tiene la persona.
La toga, por ejemplo, suele ser de color negro, aunque hay sus excepciones. La de bachillerato no lleva adornos o accesorios y tiene las mangas puntiagudas. Se usa cerrada.
La de maestría tampoco lleva adornos o accesorios, tiene mangas oblongas abiertas hasta la muñeca y colgadas. La parte trasera de la manga es cortada cuadrada y en el frente tiene un corte de cerco hacia fuera.
Toga de doctorado |
La toga de doctorado tiene en el frente dos barras en velvet negro, una a cada lado. En las mangas, que son en forma de campanas, tiene tres barras iguales que las cruzan y que podrían ser en negro o del color de la facultad de la que se gradúa. Esto, en concordancia con el color de la faja o el ribete de la esclavina. Pueden variar en diseño, dependiendo la institución.
Hablando de la esclavina; es del mismo material y color de la toga pero su largo es diferente. La de bachillerato mide tres pies, la de maestría tres pies y medio y la de doctorado cuatro pies. Para el doctorado, sólo se suele tener paneles a los lados.
Las esclavinas están trazadas con los colores oficiales de la institución y la facultad que le confiere el grado. En el interior podría tener dos o tres barras con los colores institucionales y debe quedar en forma de V. La cinta o terminación de la esclavina podría ser en velvet o en pana y tiene el color de la facultad; para bachillerato es de dos pulgadas, para maestría es de tres pulgadas y para el doctorado es de cinco pulgadas.
Se dice que el birrete simboliza la libertad; y es que en la antigua Roma se le colocaba a los esclavos cuando los liberaban. De ahí, el simbolismo de la dignidad, la libertad y la responsabilidad que da la educación. También se dice que simboliza un libro.
Actualmente el birrete de cuatro lados se usa para bachillerato y maestría y el de ocho para doctorado. El pico debe estar a mitad de la frente. El de bachillerato y maestría debe ser negro y del mismo material y color de la toga. El de doctorado, en seda o velvet.
La borla es larga y está puesta en el punto medio del cabezote. Para bachillerato y maestría deber ser negra, para doctorado, dorada. Los graduandos de bachillerato la tienen en el lado derecho y cuando los declaran graduados, la cambian al lado izquierdo. Los graduandos de maestría, ya graduados una vez, la usan en el lado izquierdo.
Como complemento, y para que armonice con la vestimenta académica, se recomienda que el calzado sea negro y cerrado. Para las mujeres preferiblemente de tacón mediano. No deben llevarse muchas prendas ni muy escandalosas, tampoco flores, ni adornos ni nada.
Podría decir mucho más, pero aquí lo dejo porque creo que es la entrada más larga que he hecho. Así que, a lo mejor en otro momento, toco el tema de las ceremonias de graduación. Lo importante es que tengamos claro lo que simboliza la vestimenta académica, su importancia y cómo llevarla.
No hay honor más grande que vestir, y llevar bien, la vestimenta académica de su institución. Orgullosa estoy de llevar los colores vino, oro y naranja; porque esa soy yo, una egresada de Comunicación de la Universidad del Sagrado Corazón.
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