Por si las moscas...

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martes, 21 de julio de 2015

Las banderas al revés

Foto tomada por reportera y colgada en Twitter

Varias amigas y amigos me enviaron la foto que una reportera subió en un medio social en la que se veían las banderas de Puerto Rico y los Estados Unidos de América izadas al revés en una dependencia gubernamental. Tuve que sacar el agua de azahar (Casi).

De más está decir que la misma se ha vuelto viral y tema de discusión en los medios sociales. Por las repercusiones que esto tiene, creo importante y pertinente tomarlo como pie forzado para ‘hablar’ de la bandera. 

Tengo que empezar diciendo que los símbolos patrios no son otra cosa que la representación de un grupo social, de una cultura, el sentir de un pueblo. En una bandera se recoge la esencia de ese grupo, su identidad. Por eso son tan importantes.


Siempre he pensado que el manejo y el trato que le des a los símbolos patrios es el reflejo de muchas cosas. Para mí, hacerlo correctamente es respeto, compromiso, cuidado, consideración; es reverencia, es buena actitud. Porque siempre digo: “Si no podemos manejar lo pequeño, ¿cómo vamos a poder manejar lo grande?”. 

Pero hay algo que me está la mar de interesante. Y es mi apreciación; que la base de todo este revuelo fue porque la bandera de los Estados Unidos de América estaba izada al revés. Y lo digo porque en este país, bastante seguido, me topo con la bandera puertorriqueña puesta al revés y poco se dice. 

Claro, es que ver la bandera estadounidense ‘patas arriba’ con su rectángulo azul abajo no es cosa de todos los días. Pero realmente no es la primera vez que pasa. Si mal no estoy, con esta es la segunda o la tercera vez que la he visto; no más de eso.

Y tengo que decir que me llamó la atención que muchos de los comentarios que leí entendían que esto había sido a propósito como símbolo de insurrección a los Estados Unidos. Y algunos podrían pensar que lo hicieron porque reabría la embajada de los EE. UU. en Cuba. ¿En serio? Creo que vemos muchas novelas, películas y series de acción porque nos encanta el drama.  

Pues yo pienso que pasó porque la persona que las izó no estaba preparada para hacerlo. A lo mejor alguien le dijo: “Vete y pon las banderas’.  Y la persona fue y lo hizo. A lo mejor fue su primera vez y no sabía. Yo siempre doy un margen de duda.

Y es que damos las cosas por sentadas cuando no debería ser así.  Las personas no saben muchas cosas. Si queremos que algo se haga bien, hay que enseñarle a las personas a hacerlo. Por eso es tan importante la educación y los adiestramientos. 

Y luego me pregunté: ¿Dónde estaban guardadas? ¿Estaban las banderas bien dobladas o hechas un ‘bollo’? ¿Cuál habrá izado primero? ¿Dónde puso la segunda bandera cuando izaba la primera? ¿Conocen que hay un reglamento? ¡Y muchas preguntas más!

Pero es que la situación con las banderas no es sólo la de hoy, que las colocaron al revés. Aquí a diario pasan muchísimas cosas, pero ni caso. Vuelvo y digo, la bandera puertorriqueña la veo 'patas arriba' en muchísimas ocasiones. ¡Que la bendita punta de la estrella va hacia arriba! 

Los estudiantes del curso de protocolo tienen que hacer un recorrido e identificar las banderas que estén en violación al reglamento. Muchos llegan espantados, boquiabiertos e incrédulos. En una ocasión uno me comentó que en una dependencia gubernamental faltaban las banderas, en horario que se supone estuvieran, y preguntó. La contestación que recibió fue que ellos no tenían chavos para comprar banderas. ¿Cómo les quedó el ojo? 

Estas cosas son lamentables. Es que el desconocimiento es tanto, que constantemente podemos ver el uso inadecuado de las mismas. Nos topamos con banderas izadas en horas y días que se supone no estén. Ni hablar del color azul de la bandera. Tenemos una gama de azules para todos los gustos. A veces las vemos despintadas y rotas, cuando deben estar en perfecto estado. 

En muchas ocasiones las banderas que se izan, o las que se colocan dentro de las dependencias no son del tamaño adecuado. Se supone que la bandera no toque el piso y como algunas son tan grandes lo rozan. Aunque el tamaño del asta debe ser dos y medio el tamaño de la bandera, a veces nos topamos con unas banderas pequeñitas en astas altas o unas banderas demasiado grandes para el asta en la que están. 

Una cosa que estamos viendo cada vez más es que directores de dependencias, alcaldes y hasta directivos de organizaciones ponen las banderas a media asta, sin estar  autorizados para ello. Según reglamento, en Puerto Rico sólo el gobernador decreta cuando una bandera va a media asta. Otra situación es cuando el presidente de los EE. UU., así lo decreta en esa nación. No pare más.

Ni hablar del uso de la bandera en la ropa o con fines comerciales. Trajes de baño, toallas, ‘chancletas’, abanicos, dóminos, sombrillas, barajas; en fin, de todo como en botica. Y podría ir artículo por artículo del reglamento y ver que lo estamos violando casi en su totalidad.

Y vuelvo. Siempre caemos en lo mismo; todo se reduce a la falta de educación. Si no educamos a nuestra gente sobre los símbolos patrios, su importancia, los reglamentos y las leyes que existen, etc.; ¿cómo vamos a esperar que se les dé el lugar y el trato que se merecen?

Eduquémonos. Cuidemos, queramos y respetemos nuestros símbolos, en especial nuestra hermosísima bandera puertorriqueña.  Esa es una magnífica manera de demostrar el amor a nuestra nación, a nuestra patria.

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