¿De la Internet?, con pinzas…

La Internet llegó para quedarse; de eso no hay duda. Para muchos, y ahí me incluyo, es pieza fundamental del diario vivir. La accedemos en todo momento y para todo; para comunicarnos con familiares y amigos, buscar información, comprar, pagar; etc.. Se ha convertido en algo esencial e indispensable.

Pensamos que Internet es como la fuente de la sabiduría. Que todo es cierto y correcto. Que toda la información que aparece allí se puede usar. Que hay que darle todo el valor y el peso a lo que leemos. Pero, ¿saben qué? No es tan simple. Muchas de las cosas que se publican en Internet, hay que tomarlas con pinzas.

Tengo claro que cualquiera puede escribir cualquier cosa -incluida yo-, que sea cierta o no, que sea un idea, una información fundamentada, un rumor, una opinión; etc. En la Internet hay espacio para todo. Y es válido. Cada quién escribe lo que quiere. Esa es una de sus ‘virtudes’.

Pero la cosa se complica cuando la gente comienza a creerse o a darle ‘share’ a cualquier cosa sin tan siquiera saber si es cierto o no, o sin verificar la fuente. Los ‘hoax’ son cada vez más frecuentes. Se le da paso y peso a todo y nosotros no somos la excepción. Tuvimos la bacteria en las playas de Puerto Rico y ahora tenemos la inminente llegada del tsunami. Podemos poner muchos más ejemplos. 

No podemos dejarnos influenciar o impresionar por cualquier cosa que vemos en Internet; mucho más si somos estudiantes o profesionales de la comunicación. Hay que saber filtrar la información teniendo en cuenta las líneas editoriales y los intereses particulares de cada quién; entre otras cosas. Y esto no es nada del otro mundo ni algo difícil. 

Lo primero y lo más importante es que debemos estar conscientes, como ya indiqué, que no toda la información que aparece en Internet es cierta, veraz, confiable, real. Es bueno no ser crédulo y cuestionarse las cosas. Las fotos se pueden ‘arreglar’ (‘fotochopear’, dirían algunos). Sabiendo esto, tenemos la mitad de la pelea gana.

Una de las primeras cosas que recomiendo es tener fuentes fijas de información. Medios, organizaciones, instituciones o personas en las que se confíe. En muchas ocasiones esa confianza se va desarrollando con la lectura constante de esas fuentes, confirmando la veracidad de lo que se escribe.

Cuando veo alguna información de fuentes que no son las que suelo consultar, voy a confirmar la misma, a conocerla. ¿Quién es? ¿Es conocida? ¿Tiene credibilidad? ¿Es un medio de comunicación? ¿Es un blog? ¿Quién escribe? ¿Se identifica? ¿De dónde sacó la información? ¿De cuándo es?; entre otras más.

Si se cita un medio noticioso, voy a la página de ese medio y confirmo la información. Hay gente que puede usar el nombre de un medio o usar un nombre o logo parecido. Hay que ver la dirección de Internet y no entrar por el link; sino copiar la dirección en otra página y ver si entra al medio o se redirige a otra página. 

Cuando entiendo que una información es importante, consulto otros medios para ver si esa información se publicó. En mi caso, también reviso si las agencias de noticias y los principales medios del mundo la cubren. 

También es importante ‘indagar’ otras fuentes. Ahora hay muchísimas páginas que traen otro enfoque informativo utilizando el periodismo investigativo; no la primicia, la inmediatez. Y en nuestro país, tenemos también de esos; excelentes, por cierto. 

Además de corroborar la información, hay que verificar los diferentes ángulos con que cada medio trabaja la noticia. Esta es una de las cosas más interesantes con las que siempre me encuentro; que cada quién le da el tratamiento que mejor entiende o respondiendo a intereses suyos o de terceros y, en muchas ocasiones, la información resulta ser bastante diferente. 

Hice ese ejercicio con mis estudiantes la última vez que se pedía ante el pleno de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el levantamiento del embargo de los Estados Unidos de América a Cuba (antes del histórico acuerdo Obama-Castro). Lo encontrado, fue interesante. La comunicación oficial de la ONU y los alrededor de veinte medios de diferentes partes del mundo que vimos; TODOS tenían ángulos o enfoques diferentes; dependiendo de los intereses de cada quién.

Así que es importante no sólo confirmar que la fuente sea veraz, sino debemos conocer diferentes fuentes y estudiar los diferentes ángulos de las noticias. Sólo así podremos analizar, evaluar, comparar y llegar a nuestras propias conclusiones. No repetir como el papagayo y darle ‘share’ a toda la información.

Esta es una de las cosas que le ‘machaco’ a lo estudiantes: leer de todo, de diferentes fuentes –de extrema izquierda a la extrema derecha- pero filtrando, leyendo el entrelíneas, conociendo los medios y sus líneas editoriales, tratando de ver a quién responden, si a alguien. Hay cosas que chocan entre sí y el elemento análisis entra en la ecuación. 

En muchas ocasiones he compartido información con la que no estoy de acuerdo o sé que está ‘viciada’ para un lado, y lo dejo claro. La idea es que veamos otro punto de vista, otro ángulo de la situación. Y lo hago porque sé cómo se bate el cobre. 

Necesitamos romper la bendita cajita, salirnos del ‘carril’ en el que estamos encajonados y empezar a pensar, no aceptar todo lo que unos u otros nos dicen o leemos. Pero me asombro porque cada vez son más las personas que creen todo lo que leen o ven en Internet.

Cada quién puede pensar y creer lo que mejor entienda; como les digo a mis estudiantes. Lo único que les digo es que esto tiene que estar basado en información, en investigación, en análisis de varias fuentes. Y vuelvo y les machaco que lo que aparece en Internet, con pinzas…