Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

domingo, 22 de julio de 2018

Nos estamos quedando sin país



Soy de las que, aunque no esté de acuerdo con algo, trata de dar espacio, mirar a lo lejos y buscar tener el cuadro completo antes de decir nada. No me gusta tirar de la baqueta. Estas últimas semanas, aunque ha sido difícil, he tratado de aplicarlo, sobre todo por la secuencia de cosas atropelladas y sin sentido -¿o con todo el sentido y premeditación?- que han estado ocurriendo.

Siempre he escuchado que hay que escoger las batallas y, en ocasiones, dejar caer las cosas. Así que en esas anduve; tratando de sortearlo todo sin prestarle mucha atención para no volverme loca. Y es que a veces es mejor ni opinar porque el ‘troll’ ataca y el fanático no da crédito, aún cuando ven el elefante destruyéndolo todo dentro de la cristalería. Así que, ¿para qué gastar energías?

Pero también es cierto que no podemos hacernos de la vista larga mientras las cosas ocurren. Hay que señalar lo que no está bien, criticar lo que está mal -de buena manera, claro- y asumir posturas porque el silencio es complicidad y en un abrir y cerrar de ojos, nos quedamos sin país. Así que arrastré mi sillita y me trepé.

El escenario se ha vuelto uno complicado, pero más que todo poco transparente. Se dice o se asegura algo, pero luego se desmiente, se refuta o se cambia. Se percibe una cadena de “errores” -que pudieran no serlo-, que desvían la atención de los asuntos importantes. El manejo de la comunicación, cada vez peor; pero eso es para otra trepadita.

Hoy me levanté con la noticia de que el gobierno desarticulaba siete reservas naturales porque “entienden” que durante la pasada administración hubo fallas procesales y falta de participación activa de otras agencias a la hora de establecer, mediante órdenes ejecutivas, las reservas naturales. Pareciera que siguen el mismo patrón de Trump, deshacer todo lo que se hizo antes. Suena como chiste, pero no.

¿Por qué dejar sin protección esas reservas naturales? No hay que estar en la NASA para darse cuenta de qué va la cosa. Como dicen por ahí, el amor y el interés se fueron al campo un día, y más pudo en interés que el amor que te tenía. 

Pero eso no es todo, hoy la red social del pajarito, aparece un tuit que raya en la propaganda. Muestra los “resultados” de los trabajos en un hogar -presumo que devastando por el huracán- pero más que fotos para documentar parecen un ‘photo opportunity”. Encima, la casita arreglada la pintaron azul y blanco. ¿Será posible que hasta con eso se politiquee?

Por cosas como estas y mucho más, es que desde hace un tiempo vengo rumiando, y que es utópico por demás, que para aspirar a un cargo público debería ser requisito demostrar el amor por el país, el respeto a los recursos y el compromiso con los conciudadanos. El que no se sienta puertorriqueño o no tenga claro lo que encierra la palabra ‘servicio’, no debería aspirar.

Los funcionarios deben tener sentido de pertenencia e identidad. Ocupar un puesto público conlleva cuidar y proteger a los ciudadanos; sobre todo a los más vulnerables y desvalidos. Es obligación del estado darles calidad de vida. Vemos cómo muchísimos funcionarios han perdido perspectiva de lo que es el servicio público. No es servirse, es servir.

El país no debe verse como una ficha de negociación o pieza en un tablero. Y es que vemos como muchos, en vez de administrar los recursos que le pertenecen a todos, hacen mal uso de ellos, los descuidan y hasta los ponen a disposición de otros. Parece que no se han enterado que sólo son custodios, no dueños.

Para servirle bien a este país, hay que amarlo, cuidarlo y respetarlo. Puerto Rico no es una cosa; es gente, es recursos, es cultura, es historia, es una nación y como tal hay que tratarla. Mientras se siga viendo como botín, en un abrir y cerrar de ojos ya no tendremos país. Lo más terrible de todo, es que por ese camino vamos…

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