Tenemos que ser más inteligentes que eso…

Vista parcial del paro general del 1 de mayo.

Foto tomada de las redes sociales

Trepadita más que obligada; necesaria. Hay muchas cosas que decir. Tenemos que poner algunas cosas en perspectiva, tiempo y espacio. Es imperativo.

No podemos hablar de lo que no sabemos y de lo que no hemos vivido; mucho menos tirar de la vaqueta. No debemos reaccionar a algo sin conocerlo. No podemos juzgar o prejuzgar; tampoco etiquetar porque sí. No nos podemos dejar llevar por la emoción del momento o la rabia. Tenemos que ser más inteligentes que eso.

Hoy, fue el paro nacional. Todo estaba yendo bien pero al final del día la cosa se salió de control. Ahora bien, no nos podemos dejar arrastrar. Esto hay que analizarlo con calma y con cabeza fría. Muchas interrogantes, muchas dudas. Tenemos que usar la cabeza.

Primero que todo, estoy hablando con conocimiento porque estuve allí. No durante todo el acto, ni el tiempo que hubiese querido estar. Fui porque tenía el compromiso con mi país. Fui porque quería ver con mis propios ojos lo que se estaba realizando y no porque me lo contaran.

Me encontré con una diversidad de personas impresionante. Algo que me agradó. Mientras estuve, todo estuvo bajo control. El ánimo de las personas era de protesta, pero no de dañar. Me dije que el puertorriqueño, aunque indignado, estaba dando cátedra que se puede protestar en orden. Todos teníamos las caras al descubierto.

Luego que me fui, por lo que una amiga me comentó y luego cuando vi las redes sociales, sucedió lo que nunca debió suceder. Que un pequeño grupo, y digo pequeño porque antes habíamos miles de personas, dañó propiedad privada y vandalizó varios edificios de la zona.

Me quedé sorprendida porque ese no era el espíritu de la actividad; además, de que mientras estuve ahí todo mundo parecía estar en la misma onda. Y entonces me puse a rumiarlo y entendí que no podía decir cualquier cosa. Que esto había que mirarlo con calma porque algo no cuadraba.

Primero, que miles de personas participaron en el acto y que el comportamiento de un grupo pequeño no pueden empañar lo que allí se consiguió: la unión de muchísimos y diferentes grupos que, con todo derecho, protestaron por decisiones que se están tomando -y que no- en el país.

Segundo, que el vandalismo ocurrió ya casi finalizado el acto y que taparon sus rostros para hacerlo. Todo el que estaba manifestándose allí, mientras yo estuve, lo estaba haciendo a 'la luz del día', con su cara al descubierto. No generalicemos. Interesante que fuera lo último que pasó. Esto sólo deja paso a lo negativo y opaca el éxito de lo que se logró antes.

Tercero, que hay que tener más cuidado con las etiquetas. Aquí la prensa indicaba que eran manifestantes y que eran estudiantes. No utilizaron ni el ‘parece’ ni el ‘alegadamente’, sino que lo aseguraron de forma categórica. ¿Los conocen o lo presumen? ¿Cómo estaban seguro de eso si tenían los rostros tapados? 

Y no estoy diciendo que no lo sean, pero hay que tener cuidado con las etiquetas porque se generaliza y pagan justos por pecadores. En el paro había muchísimos estudiantes, pero ninguno de los que vi estaban en esa actitud. Estaban protestando. Una cosa es protestar, manifestarse, reclamar y otra muy distinta vandalizar, romper y dañar.

¿Quién puede asegurar que los que lo hicieron utilizaron la ocasión para hacer maldades o que son grupos de jóvenes radicales con los objetivos mal enfocados que creen que así es que se hacen las cosas y usaron el paro para sus intereses particulares?

¿No pudieron haber sido algunos infiltrados para dejar 'mal parado el paro' porque estaba resultando un éxito? Y mire, dejémonos de creer en Santa. Estas son estrategias que se usan y mucho más gobiernos de derecha. Es una manera de justificar las cosas que se hagan después. Esto no es nuevo. Hay que mirar la historia. 

Cuarto, ¿por qué no se intervino con ellos rápidamente y se les dejó espacio para hacer más destrozos? ¿Qué se buscaba? En otras ocasiones, como en el Capitolio, por menos han actuado rápido. Mientras más tiempo pase, más se rompe, más se indigna las personas, más razón se le da al gobierno, más se criminaliza la actividad y más fuerza se le quita. 

Llevo toda la tarde pensando en Chomsky y rumiando las técnicas de manipulación que él señalan utilizan los gobiernos... 

Y no es sólo eso lo que resulta interesante. Acabo de ver un vídeo que le tomaron a una persona rompiendo un cristal desde dentro de un edificio y no había nadie alrededor. ¿O fue que sólo estaba terminando de tumbar lo que alguien rompió? ¿Fueron los de la marcha o quién?

Y no estoy justificando los destrozos. Eso es inaceptable. Ese no era el objetivo de la actividad. Lo que estoy diciendo es que no nos podemos poner a juzgar y condenar sin tener todos los elementos de juicio. Yo tampoco los tengo todos, pero hablo por lo que vi.

Cuando todo esto pasó muchísima gente ya se había ido, ya se había cumplido el objetivo del día. Esas personas que rompieron propiedad privada no nos representan a la gran mayoría de los que estábamos allí. Sus métodos no son aceptables. Y entiendo la frustración y la rabia por lo que estamos pasando, pero tenemos que ser más inteligentes que eso.

No podemos permitir que unos pocos le arrebaten el éxito a lo que se logró hoy. La atención pasó del éxito del paro, a los destrozos; de manifestantes, a vándalos; del derecho a manifestarse a violación y daños a propiedad privada. Entre muchas cosas más.

Tenemos que mantenernos unidos y seguir luchando por todos, por los que están padeciendo por el desmadre perpetuado por los políticos, por los que no lo ven así, por los que no les importa y por lo que ni idea tienen de lo que pasa, que son los más.

Porque hoy es una cosa, pero mañana y pasado se seguirán añadiendo otras. Entonces, cuando los toque personalmente gritarán; pero a lo mejor, ya podría ser tarde.

Nada, gran lección la que tuvimos hoy. Mucho que analizar, mucho que evaluar, mucho que discutir. Hoy unos pocos troncharon lo que a grandes luces fue un gran éxito de la sociedad civil puertorriqueña. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir. Debemos educar a los demás, para que cosas como esta no vuelvan a pasar.  

No podemos permitir que esto nos limite, nos quite fuerza o nos deje con deseos de no hacer nada. Aquí pudieron haber pasado muchas cosas. Tenemos que seguir luchando por lo que creemos justo y de la mejor manera posible. No desvirtuemos el objetivo.

Siempre he creído que el diálogo, pero todo el mundo tiene que estar en la misma actitud, es la mejor manera de lograr las cosas. Debemos evitar las confrontaciones, los problemas, los actos vandálicos. No podemos caer en estas cosas. Tenemos que ser más inteligentes que eso… Sólo así lo lograremos.