Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

lunes, 16 de mayo de 2016

La bandera puertorriqueña y la política


Si algo he criticado toda la vida, es el uso de la bandera puertorriqueña para hacer política. Siempre he pensado que los símbolos patrios deben dejarse fuera de las contiendas políticas y electorales porque nos pertenecen a todos; no sólo a los grupos o personas en cuestión.  

La monoestrellada simboliza nuestra personalidad y esencia; nuestra identidad. Es como una gran sombrilla donde estamos cobijados todos; no importa la afiliación política, la raza, la orientación sexual, la religión, la educación, el nivel socioeconómico, etc.

El que candidatos o partidos la usen para sus intereses particulares, alborotar pasiones y emocionar las masas; entre otras cosas, es lo que ha hecho que se le dé una carga política brutal. Y aquí todo mundo hace lo propio. 

Claro, tampoco podemos tapar el sol con un dedo. Desde su creación, la bandera ha estado asociada a la lucha independentista; como en muchísimos países del mundo. Primeramente, se utilizó como estandarte contra la opresión española y luego como símbolo de resistencia contra el imperio estadounidense. 


Para muchos, esa realidad histórica es intolerable. Tan es así, que han ido cambiado el azul del triángulo equilátero por cuestiones ideológicas. Al punto que podemos ver tonalidades de azul, desde el ‘claro’ de la bandera cubana, hasta el ‘marino’ de la bandera estadounidense.

Pero como siempre digo, antes de enfrascarnos en discusiones estériles, debemos revisar la ley. Y en el 1952 se estableció que la bandera del Estado Libre Asociado sería la que hasta ese momento se conocía como la bandera puertorriqueña; o sea, la del triángulo azul cielo. 

Y me resulta interesante que cada vez más, partidos y candidatos hacen uso de las banderas, tanto de Puerto Rico como de los Estados Unidos, en sus actividades proselitistas. En ocasiones son hasta más utilizadas que las mismas banderas de los partidos. Dicho sea de paso, cada partido tiene la suya. ¿Será que las de los partidos no mueven al electorado?

Pareciera que se ha hecho una ‘transición’ en el uso de las banderas de los partidos a la puertorriqueña y la estadounidense. Y de éstas, a su vez, a la utilización de sus elementos y colores en logos, símbolos y materiales de campaña; algunos sin dejar duda alguna de que es la bandera. Y no lo digo por un partido o un candidato específico. Si venimos a ver, son pocos los que no han hecho uso de ese símbolo patrio en su material proselitista. 

Y me resulta interesante porque hay varias leyes y reglamentos que prohíben o regulan el uso de los símbolos en cuestiones políticas. Claro, muchos podrían decir que esto es cuestión de interpretación porque se refiere a la insignia política en la papeleta electoral y acá se usa como promoción. Pero, ¿dónde se traza la línea? ¿No es el concepto lo que se le ‘vende’ al elector?

Sea percepción, apreciación, interpretación u otra cosa; es claro que desde que se estableció el actual sistema de gobierno, hubo preocupación por el uso de los símbolos en cuestiones políticas. Esto queda demostrado desde que se aprobó la primera ley en el 1952; como después la creación de otras leyes y reglamentos. Aquí par de ejemplos.

La ‘Ley de la Bandera del Estado Libre Asociado de Puerto Rico’ (Ley Núm. 1 del 24 de junio de 1952, efectiva el 25 de julio de 1952), en su Sec. 2 Uso como insignia política, prohibido; estipula que Queda prohibido el uso de la bandera del Estado Libre Asociado de Puerto Rico como emblema o insignia de partido político o de candidato en la papeleta electoral. 

La ‘Ley Electoral del Estado Libre Asociado de Puerto Rico’ (Ley Núm. 78 del 1 de junio de 2011, según enmendada) establece en su Capítulo VII sobre los partidos políticos, en el Artículo 7.009 de las Insignias de Partidos Políticos y Emblemas de Candidatos Independientes, que Ningún partido político, candidato o candidato independiente podrá: (2) usar la bandera o el escudo de armas del Gobierno de los Estados Unidos de América o de Puerto Rico o insignia, emblema o distintivo de cualquier agencia de gobierno.

Según el ‘Reglamento sobre el Uso en Puerto Rico de la Bandera del Estado Libre Asociado de Puerto Rico’ (Reglamento Núm. 5282 del 3 de agosto de 1995), en su Artículo 27, el de las Prohibiciones, que (B) Queda prohibido el uso de la bandera como emblema o insignia de partidos políticos o de candidatos que figuren en la papeleta electoral. (C) Queda prohibido, asimismo, usarla como emblema o insignia en relación con elecciones primarias, elecciones plebiscitarias, referéndum, o cualquier otro tipo de consulta que se haga al pueblo por medios electorales. 

Pero eso que se usa no es la bandera, sino colores o elementos relacionados, podría decir alguno. Pero es que ese mismo reglamento estipula en su Artículo 2. Definiciones, que (C) La frase "bandera del Estado Libre Asociado de Puerto Rico", incluirá cualquier bandera, estandarte, enseña, insignia, grabado o representación de la misma, sin importar su tamaño, o el material del cual estuviere hecha y que evidentemente tenga por objeto representar dicha bandera. 

Y otro podría decir que nada de esto impide utilizar las bandera para hacer política. Sí, lo que quieran. Pero sabemos que las banderas, sobre todo la puertorriqueña, tiene mucha carga emocional y por eso mismo es que digo debería dejarse fuera de las contiendas políticas. 

Se debería de buscar otra manera de ‘enardecer’ las masas. Agitar una bandera o utilizarla en sus materiales no hace a un candidato más puertorriqueño, más comprometido, más entregado. La bandera no es un simple elemento para ganar partidarios o votos. Es uno de los símbolos más importantes y nos representa a todos, no a los miembros de un partido.

Y es que, además, en muchas ocasiones no se le da el trato que la bandera requiere. Las pisan, las ensucian, las rompen, las escriben, se le sientan encima; en fin, un millón de cosas que están prohibidas. Entonces, ¿qué estamos demostrando al no darle el trato debido?

Mi apreciación es que no usarla para fines proselitistas, es quererla. Pero bueno, cada uno tiene derecho a pensar diferente. Lo que sí es que cada quién debe evaluar el trato que le da a este símbolo patrio. ¿Y esto podría tener algún efecto en cómo se manejan los símbolos en la política? Lo más seguro es que no lo tendrá; ni caso le harán. Pero no por eso, quería dejar de decirlo.

Creo que debemos estar claros lo que es política y lo que es un símbolo patrio. Hay cosas que no se deben mezclar. Para mí, la monoestrellada tiene que ver con esencia; con identidad. Esas cinco franjas, tres rojas y dos blancas, ese triángulo azul cielo y esa estrella solitaria son, y serán siempre, lo que me identifica como puertorriqueña; nada más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario