Por si las moscas...

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lunes, 19 de enero de 2015

'SanSe' acabó…


Ahora sí. Se acabó la fiesta. Se acabaron las Fiestas de la Calle San Sebastián, conocidas ahora como ‘SanSe’. Con ellas, terminan las navidades más largas del mundo; las nuestras, las navidades puertorriqueñas. 

No fui. Es más, hace par de años que no voy; pero con esto de los medios sociales parecía que estuve ahí desde el jueves. Fui subiendo y fui bajando todo el fin de semana. Por los estatus que vi en las redes sociales me pareció que estuvieron buenas. Y lo digo porque lo que percibí fue fiesta, diversión, compartir de amigos y familiares y mucha música. El Viejo San Juan se convirtió en el punto de encuentro y diversión.

Pero en los medios sociales también vi otra cara; una no tan positiva. Vi vídeos y leí reseñas y notas nada favorables. Vi a mucha gente haciendo el ridículo, diciendo y haciendo obscenidades, espectáculos deprimentes, personas sin control. De eso, también hubo. Y por esas acciones de muchos, leí muchísimos comentarios restándole valor a la actividad.

Y ahí fue que decidí que me iba a trepar; aunque no lo iba a hacer por la ‘SanSe’. Abro paréntesis… ¿Qué es eso de la ‘SanSe’? Nos hemos vuelto tan tan que casi somos campana. De broma comenté que era para que los que usaran ‘Twitter’ pudieran escribir algo más en el espacio de los 140 caracteres, porque si escriben Fiestas de la Calle San Sebastián, se quedaron a pie para el mensaje. Chiste malo… Cierro paréntesis.

Vuelvo a la ‘SanSe’. En algunas reseñas me pareció percibir que la carga de todo era para la ‘SanSe’. La ‘SanSe’ pa’ aquí y la ‘SanSe’ pa’ allá. Que la responsabilidad recaía en ellas. Y me dije, ¿por qué? Si he estado leyendo de que todo estaba bien organizado, que la transportación estaba transcurriendo bien, que la gente se estaba divirtiendo; etc.

Además, y este es un punto de vista muy personal y jamás una justificación, para la cantidad de personas que estuvieron en el Viejo San Juan durante el fin de semana, pocas cosas pasaron. Y vuelvo, esto no es una justificación; sino que hay que poner en perspectiva la situación y la cantidad de personas involucradas. Claro, siempre hay espacio para mejorar lo que se hace y cómo se hace, y estoy segura que aquí también es el caso.

Y me di cuenta de algo. Es que estamos enfocando mal la cosa. No es la ‘SanSe’, son los que van a la ‘SanSe’. Es alguna gente que no sabe comportarse. Es la falta de educación que impera en nosotros. Es la carencia de buenos modales y de civismo. Es la falta de control y moderación. Al final, no son las fiestas; somos nosotros. 

Vi un vídeo de un muchacho tratando de orinar en la calle y hasta se cayó de espalda porque no se podía mantener en pie, vi otro de un grupo de muchachos caminando por la calle gritando y diciendo palabras soeces como la gran cosa; hasta de uno trepado encima de una patrulla. Y vi muchas cosas más. Esas cosas las haces porque estás borracho y no mides lo que haces o porque quisiste hacerlo; porque optaste por eso. No pare más.

Y digo que es opción porque esto trasciende la ‘SanSe’; esto aplica a mucho más. Somos nosotros, que nos falta, que estamos llanitos, que no vamos más allá, que no nos educamos más y que somos cómodos y confiados. Somos nosotros que decimos que los jóvenes que no hagan tal o cual cosa, pero nosotros lo hacemos peor. 

Somos nosotros que seguimos escogiendo los mismos políticos y después le echamos la culpa a ellos y al gobierno de todo lo que pasa cuando somos los responsables de que lleguen ahí. Somos nosotros que nos quejamos de la corrupción, pero la permitimos cuando seguimos apoyando los mismos políticos. Somos nosotros que no votamos inteligentemente y seguimos con las tribus de colores. Somos nosotros que somos unos fanáticos y no podemos evaluar las cosas concienzudamente. 

Somos nosotros los que le enseñamos a los niños que no importa si hay que estar esperando frente a una tienda desde la noche antes y “jartarse -no hartarse- a gasnatás” con alguien por unos panties o un sostén, unas tenis o un televisor, pero debemos ser los primeros en tenerlo. Somos nosotros los que nos colamos en las filas. 

Somos nosotros los que no cuidamos el ambiente y tiramos la basura en cualquier parte. Somos nosotros lo que no seguimos las leyes de tránsito; nos comemos los pares, las luces, hacemos cortes de pastelillo y después queremos que nos condecoren por ‘la hazaña’ que hicimos. Somos nosotros los que agredimos verbalmente a la gente cuando, en muchas ocasiones, no podemos hacer que queremos.

Somos nosotros lo que no toleramos y no respetamos. Somos nosotros los egoístas, los homofóbicos, los xenofóbicos, los que no le damos valor a lo que el otro piensa o cree; los que queremos imponer nuestra manera de pensar y los que queremos someter a los otros; entre muchas cosas más. Lo triste es que en definitiva y al final, no son las cosas; somos nosotros.

Pero hay que darle gracias a Dios porque muchos están en otra onda. En el positivismo, en el querer hacer, en disfrutarse la vida, en compartir, en divertirse, en no tener miedo, en echar este país adelante. Pude percibirlo por los estatus de la gente en los medios sociales. La verdad es que me alegré muchos se disfrutaran la ‘SanSe’.

Pero ya. Se nos terminaron las navidades. Es tiempo de arremangarse y ponerse a trabajar por este país que tanto lo necesita.  Usemos toda nuestra energía, disposición y actitud -como en la ‘SanSe’- para levantar este bendito país y hacerlo un mejor lugar para vivir. Y ahora, cada quién desde su trinchera a meter mano porque la época navideña, ya ‘SanSe’ acabó…



* Las fotos fueron tomadas de Internet con el único fin de acompañar este escrito; nada más.

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