Cuando hablamos de protocolo, nos referimos al conjunto de normas y usos que nos brindan una estructura, una forma para realizar una actividad humana de manera ordenada, lógica, precisa y fluida. En pocas palabras, para simplificarnos la vida.
El protocolo se fundamenta en leyes, reglamentos, preceptos, normas, costumbres y tradición; más que todo es una combinación de elementos. Y el nuestro, no es la excepción.
Para conocer sobre el protocolo puertorriqueño, tenemos que partir desde la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (ELA). El ELA es el nombre de nuestro sistema de gobierno y el que aparece en nuestra Constitución (Artículo I, sección 1). Así que debemos mirarlo como lo que es; un elemento de estado y no una ideología política.
Hagamos una analogía, para entenderlo mejor. Usted tiene su nombre oficial, con el que lo registraron cuando nació. Ahora bien, también tiene un apodo. Todo mundo le dice o llama así, pero en cuestiones oficiales o cuando firma lo hace con su nombre de pila, porque ese es el que cuenta. Pues algo así es esto.
Podría decirse que ‘gobierno de Puerto Rico’ es el apodo y Estado Libre Asociado de Puerto Rico es el nombre oficial, el que aparece en el Registro Demográfico; que es el que vale, no el apodo. Tenemos que aprender a separar las cuestiones de estado de los intereses, la política y las ideologías.
Ahora bien, vayamos a la toma de posesión. La Constitución del ELA establece, en el artículo IV (Del poder ejecutivo), sección 2, que ‘El Gobernador ejercerá su cargo por el término de cuatro años a partir del día dos de enero del año siguiente de su elección y hasta que su sucesor sea electo y tome posesión’.
La Constitución también establece esa misma fecha para la juramentación de los legisladores -Artículo III (Del poder ejecutivo), sección 8- ‘El término del cargo de los Senadores y Representantes comenzará el día dos de enero inmediatamente siguiente a la fecha en que se celebre la elección general en la cual haya sido electos…’
En el Artículo VI (Disposiciones generales), sección 16 se establece que ‘Todos los funcionarios y empleados del Estado Libre Asociado, sus agencias, instrumentalidades y subdivisiones políticas prestarán antes de asumir las funciones de sus cargos, juramento de fidelidad a la Constitución de los Estados Unidos de América y a la Constitución y a las leyes del Estado Libre Asociado de Puerto Rico’.
Eso, es lo único que se estipula en la Constitución. Aquí entran entonces las costumbres y la tradición para complementar la toma de posesión, porque el acto de juramentación en sí es simple y rápido.
No hay nada establecido respecto al horario de celebración del acto protocolar o de la juramentación. En ocasiones se ha celebrado a media mañana, pasado el mediodía o a media tarde. Esto, lo decide el comité que organiza la misma.
Hasta finales de la década del 1920, las tomas de posesión eran sencillas, se realizaban en privado o en las escaleras del edificio federal en el Viejo San Juan. No es hasta el 1929 que Theodore Roosevelt III, hijo del presidente Roosevelt, tomó posesión como gobernador de Puerto Rico que se comienza a realizar en los predios del Capitolio.
A partir de esa fecha es uso y costumbre realizarlas allí. Sólo en dos ocasiones se realizó fuera se esta área. La primera, en el segundo término de Pedro Rosselló González (2001) que se llevó a cabo en los terrenos del Morro y, la segunda, en el mandato de Aníbal Acevedo Vilá (2005) que se realizó en el Parque Luis Muñoz Rivera.
Respecto a la juramentación, es tradición que sea el presidente del Tribunal Supremo de Puerto Rico el que tome el juramento al gobernador en el acto protocolar. Sólo en una ocasión no ha sido así. En el segundo término de Pedro Rosselló, tomó el juramento el juez asociado Baltazar Corrada del Río y no el presidente del cuerpo.
La juramentación del gobernador y los legisladores suele realizarse antes del acto protocolar realizado en las escaleras del Capitolio. Por eso, cuando Ricardo Rosselló hizo lo propio pasada la medianoche del 1 de enero de 2017, no tuvo ningún problema porque no hay un horario establecido.
Y aunque el acto protocolar en las escalinatas es algo simbólico y el juramento suele firmarse antes, Alejandro García Padilla rompió esa costumbre y completó el documento en la ceremonia protocolar de toma de posesión.
Sólo tres gobernadores no han mencionado el Estado Libre Asociado durante la ceremonia en las esacalinatas del Capitolio. Estos son, Pedro Rosselló, Ricardo Rosselló y Jennifer González. El que no lo hicieran sólo va destinado a azuzar las huestes. Este es un acto, más que todo, ‘para las gradas’ porque antes, cuando juramentaron y firmaron el documento, tuvieron que incluir el Estado Libre Asociado.
Otro de los actos tradicionales es la celebración de la misa. No existe una fecha o una hora específica, pero suele celebrarse el mismo día de la toma de posesión. Sin embargo, Alejandro García Padilla realizó la suya el 1ro de enero, en la tarde.
Otra de las tradiciones es que el gobernador saliente va a buscar al gobernador entrante a su residencia. Esto se solía hacer hasta que, en la toma de posesión de Sila María Calderón, Pedro Rosselló y ella se encontraron en el Capitolio. La segunda ocasión fue ahora porque Pedro Pierluisi no recogió a Jennifer González.
También, es tradición que el Servicio Postal de los Estados Unidos rinda homenaje al gobernador al realizar la cancelación oficial de un sello conmemorativo por su toma de posesión.
Y por último, aunque podría haber algunas más, existe la costumbre de caminar desde las escalinatas del Capitolio hasta la Fortaleza. Este recorrido lo inició Luis Muñoz Marín con su esposa y se ha mantenido hasta la actualidad.
Últimamente, se han sumado las actividades artísticas en diferentes áreas y plazas. Esto, cada vez cobra mayor fuerza, tomando más matiz de fiesta que de ceremonia oficial. De hecho, estas actividades complementan lo verdaderamente importante, que es la ceremonia protocolar.
Estas son algunas observaciones sobre el protocolo y las tomas de posesión en Puerto Rico, por lo menos, las más reciente. Así que nos resta esperar hasta el próximo cuatrienio, para ver cuán apegados al protocolo y a la tradición estarán.
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