Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

lunes, 28 de mayo de 2018

¿De una “democracia representativa” a una sociedad feudal?


Tomada de webhistoriae.com

Se supone que vivamos en una democracia representativa, donde ejercemos el poder político de manera indirecta al elegir representantes, mediante sufragio libre y de manera periódica, para que ejerzan el poder político. Pero mientras más leo, escucho y conozco lo que se está haciendo en Puerto Rico, más pienso en los feudos.

Es que, como se está desarrollando la cosa, nos vamos pareciendo más a una sociedad feudal. Esta organización social de la Edad Media -tan atrás estamos llegando- consistía en que los soberanos y los grandes señores concedían tierras o rentas usufructo, que no es otra cosa que otorgar el derecho a disfrutar de bienes ajenos con la obligación de conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.

Esto, obligando a quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba. En otras palabras, le da el beneficio, pero debe reconocerlo como superior y depender de él, además de que tiene que servirle y apoyarlo en todo. Esto crea un vínculo de dependencia y fidelidad.

¿Les suena? Es que si miramos lo que sucede en el país, nos estamos asemejando a una sociedad feudal. Pareciera que la idea es vender a Puerto Rico, por partes, al mejor postor. El país que era de todos, ahora podría ser repartido entre unos cuántos; esto, gracias a nuestros gobernantes.

Cosas como esta suelen suceder cuando quienes gobiernan no tienen claro cuál es su función; que es administrar de manera eficaz y eficiente los recursos del país para beneficio de todos.

Muchos han tomado su elección como carta blanca para disponer de los recursos, no para beneficio del pueblo, sino para ellos, para su partido o algunos de sus miembros, para los más cercanos o para terceros. Sea cual sea la razón, es rendir un flaco servicio al pueblo que depositó su confianza en ellos para que los representara.  

Lo más terrible de todo, y es algo que venía diciendo desde hace tiempo, es que esto ha coexistido con una estrategia que lleva años implementándose buscando que una ideología política resultara siendo vista como la salvación.

No conforme con eso, y aquí lo más importante, somos una verdadera tentación para quienes nos tienen sometidos como colonia por nuestra posición geográfica, recursos humanos y par de cosas más. Y buscan sacarle el mayor beneficio al país, con la complicidad directa o indirecta de algunos de los nuestros.

Y cuando hablo de estrategia, es un patrón que se da y que ha sido y es estudiando. Si vemos las técnicas de manipulación del lingüista y teórico estadounidense Noam Chomsky podemos decir que se ha utilizado varias de ellas; pero sólo voy a mencionar dos que ejemplifican lo que digo.

Las técnicas de crear problema y ofrecer soluciones y la de gradualidad lo describirían. En la de crear problema y ofrecer soluciones. Se provoca una situación para generar una reacción del público y que pidan que aprueben o se hagan cosas que en otras situaciones no se hubiesen aceptado.

Uno de los ejemplos que se usan para explicar esta técnica es la creación de una crisis económica  para luego, mostrar como un mal necesario desmantelar los servicios públicos y el quitar derechos y beneficios. ¿Les suena?

La de gradualidad, que va tomada de la mano de la antes mencionada, busca que se acepte una medida inaceptable –desempleo, privatizaciones, reducción de salarios y jornadas laborales, etc.- aplicándola gradualmente, en cuestión de años, desgastando el sistema y a la gente, porque si se decide aplicarlo todo a la vez, podría generar mucha resistencia o una revolución.

Primero nos reducen a poco. Nos hacen creer que no podemos hacer nada por nosotros mismos; que sin otros no podemos subsistir. Muchos han comprado la retórica de que no tenemos recursos, que no podemos gobernarnos por nosotros mismos y que tenemos que ser parte de otra cosa para ser ‘algo o alguien’.

Nos endeudan. Descuidan la gestión pública y hacen creer que es un problema y que lo mejor es privatizarla. No actualizan ni la administración de los servicios, ni la planta física ni nada, haciéndonos creer que al ser público no es posible mejorarlo.

El que un servicio sea trabajado por el estado, no es sinónimo de deficiencia. Entonces, por unos cuántos millones ponen en manos de otros los servicios del estado, alegando que se ofrecerá un mejor servicio. El tiempo nos ha demostrado que no necesariamente es así; además de que pueden resultar más caros.

Ahora también están buscando vender los recursos naturales del país. ¿Qué se hace con todo ese dinero?, ¿A dónde va a parar?, ¿A quién se le vende?, ¿Qué ganan unos y otros?, ¿Cómo es posible que se venda lo que es de todos por aquello de ‘pagar la deuda’? Una deuda que en realidad no sabemos si existe y de cuánto es. Al final, no hay nada claro.

Si no nos aguzamos, en un abrir y cerrar de ojos viviremos en el feudo de Puerto Rico, donde el gobierno, por unos cuántos pesos, le habrá entregado en bandeja de plata el país a unos pocos; quienes dirán lo que se hace aquí y cómo y le pondrán el precio a todos los servicios. Estaremos como ‘alquilados’ en nuestro propio país.

Y esto me recuerda la letra de ‘Hijos del cañaveral’, de René Pérez, “Crecimos, pero pa’ que otro se aproveche, somos un pueblo con dientes de leche. Los hijos del trabajo sin merienda. La limonada, para el capataz de la hacienda”. Menciona, además, que “Somos los dueños de un país sin dueño”.

Pero también menciona que “nuestro aguante ha sido digno, somos los versos que no cantan en nuestro himno”. Y que “Hay que soltar los barcos del muelle, esta carreta ya se mueve sin bueyes”. A ver, si algún día dejamos el vasallaje y el servilismo y nos atrevemos.

Es momento de que empecemos a darnos cuenta hacia donde nos van dirigiendo y lo que se busca. Tenemos que reaccionar y meterle mano a la recuperación de este país; pero no dejándoselo a los políticos que han antepuesto sus intereses y los de otros a los del pueblo.

Debemos encaminar el país al Puerto Rico que queremos. Hagamos un plan de país, que sea beneficioso para la mayoría, no para unos pocos. Porque si no, sin darnos cuenta pasaremos de ser una “democracia representativa” a una sociedad feudal. Y eso sería, lamentable por demás. 




* Las ilustraciones fueron tomadas de Internet para acompañar este escrito.



No hay comentarios:

Publicar un comentario