Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

miércoles, 30 de mayo de 2018

De sondeos, encuestas y estudios científicos


Ilustración de pixabay.com 

Es imposible no treparse. Y es que luego de conocer la posición oficial del gobierno en cuanto a la investigación sobre las muertes a consecuencia del huracán María realizada por la Universidad de Harvard y publicada en la prestigiosa revista ‘New England Journal of Medicine’, era meritorio hacerlo.

Aquí, como es la costumbre, se han enredado demasiadas cosas y al final no hay nada claro. Todo se usa para politiquear. Lo que debemos hacer, antes de caer en la vorágine, es mirar los hechos con detenimiento.

El huracán fue devastador; de eso no hay duda. Pero la respuesta no fue la mejor y la emergencia se manejó mal. Esto no es apreciación, sino que a más de ocho meses del mismo y con otra temporada tocando la puerta, todavía hay muchísimas cosas que no se han trabajado o resuelto. Sólo hay que mirar alrededor, escuchar las personas y leer la prensa y las redes sociales, saltándose los troles, por supuesto.

Es harto sabido que las muertes provocadas, a consecuencia y derivadas del huracán María eran muchísimas más de las que aseguraba el gobierno. Muchísimas personas murieron a consecuencia del huracán y situaciones relacionadas, incluida la falta de energía.

Las historias han sido muchas sobre la gran cantidad de cadáveres en las morgues y en camiones con congeladores estacionados muy custodiados y resguardados. El conteo y el registro de los decesos fue algo anormal. Muchas muertes se registraron como ‘naturales’ y otras nunca se registraron porque se enterraron en los patios o fueron tiempo después del huracán.

Al sol de hoy, con tanto tiempo que ha pasado, todavía hay muchísimas personas con diferentes condiciones de salud que no pueden tener una calidad de vida óptima porque, entre otras cosas, padecen la falta de energía. Eso es una realidad.

La investigación, que fue una colaboración entre universidades y otras organizaciones, no es perfecta. Si venimos a darnos cuenta, las investigaciones, a menos que sean censos, son simples proyecciones y nunca muestran el número exacto o correcto, por eso siempre se establece un margen de error.

Además, hay muchísimos tipos de investigación y son válidos. Lo importante es que su metodología esté bien desarrollada, que el instrumento esté bien construido y probado, que la muestra esté bien seleccionada y que el margen de error esté dentro de los parámetros válidos para que sea confiable.

Creo que lo más importante de todo esto, antes de criticarlo o buscar quitarle valor, es evaluarlo en sus méritos. No se debe tratar de desecharlo porque es contrario a lo que se dice, sino hay que analizarlo y ver con que uno se puede quedar para mejorar los protocolos, las respuestas y cómo servir mejor al pueblo.   

Importante mencionar que el gobierno comisionó una investigación a otra universidad estadounidense, pagando $300 mil por ella. Según informaron de la institución, para su estudio utilizarían los certificados de defunción y otros datos de mortalidad.

No debemos olvidar que se dijo que muchas de las muertes se registraron como muerte natural. Sería interesante saber cuántos certificados incluyen que fue muerte ‘natural’. ¿Se podría contabilizar eso? Veremos a ver los resultados. Confío -y espero- que se haga con toda la rigurosidad posible porque esto es algo muy serio.

Lo que sí me resulta interesante es cómo no se le da valor al estudio de Harvard, diciendo que no sigue un método científico, pero celebran cualquier sondeo o encuesta en las redes sociales o en algún medio que se hace en Puerto Rico, cuando muchos de ellos no cumplen ni con lo más básico. Claro, y no estoy hablando de todas, pero sí de una gran mayoría.

Y es que en muchas de estas encuestas o sondeos que se hacen, las preguntas ni bien construidas están. Los valores no son equivalentes, se mezclan chinas con botellas o se diseñan de manera que la respuesta es dirigida.

No conforme con eso, no son realmente representativos ni necesariamente son fiables porque se activan ‘los ejércitos’, los troles y los fanáticos para saturarlas y mostrar un resultado viciado e irreal. Y aún siendo así, lo manejan o lo celebran como si fuera el sentir de la mayoría y tratan de convencernos a todos de que es así.

Así que creo que debemos ser consecuentes con las cosas. Si se le da valor y se celebra algo que realmente no sigue los parámetros investigativos, ¿por qué no hacerlo con lo que realmente los sigue?

Aprendamos a valorar las cosas por sus méritos dejando fuera la politiquería y las conveniencias. Debemos no tratar de desechar lo que no va de acuerdo a lo que queremos, sino evaluarlo en sus méritos para poder así sacar el mejor provecho, mejorar los procedimientos y los protocolos y ver cómo esto redunda en un mejor beneficio para el pueblo.

Sólo así no repetiremos los mismos errores.

Ilustración de pixabay.com 

lunes, 28 de mayo de 2018

¿De una “democracia representativa” a una sociedad feudal?


Tomada de webhistoriae.com

Se supone que vivamos en una democracia representativa, donde ejercemos el poder político de manera indirecta al elegir representantes, mediante sufragio libre y de manera periódica, para que ejerzan el poder político. Pero mientras más leo, escucho y conozco lo que se está haciendo en Puerto Rico, más pienso en los feudos.

Es que, como se está desarrollando la cosa, nos vamos pareciendo más a una sociedad feudal. Esta organización social de la Edad Media -tan atrás estamos llegando- consistía en que los soberanos y los grandes señores concedían tierras o rentas usufructo, que no es otra cosa que otorgar el derecho a disfrutar de bienes ajenos con la obligación de conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.

Esto, obligando a quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba. En otras palabras, le da el beneficio, pero debe reconocerlo como superior y depender de él, además de que tiene que servirle y apoyarlo en todo. Esto crea un vínculo de dependencia y fidelidad.

¿Les suena? Es que si miramos lo que sucede en el país, nos estamos asemejando a una sociedad feudal. Pareciera que la idea es vender a Puerto Rico, por partes, al mejor postor. El país que era de todos, ahora podría ser repartido entre unos cuántos; esto, gracias a nuestros gobernantes.

Cosas como esta suelen suceder cuando quienes gobiernan no tienen claro cuál es su función; que es administrar de manera eficaz y eficiente los recursos del país para beneficio de todos.

Muchos han tomado su elección como carta blanca para disponer de los recursos, no para beneficio del pueblo, sino para ellos, para su partido o algunos de sus miembros, para los más cercanos o para terceros. Sea cual sea la razón, es rendir un flaco servicio al pueblo que depositó su confianza en ellos para que los representara.  

Lo más terrible de todo, y es algo que venía diciendo desde hace tiempo, es que esto ha coexistido con una estrategia que lleva años implementándose buscando que una ideología política resultara siendo vista como la salvación.

No conforme con eso, y aquí lo más importante, somos una verdadera tentación para quienes nos tienen sometidos como colonia por nuestra posición geográfica, recursos humanos y par de cosas más. Y buscan sacarle el mayor beneficio al país, con la complicidad directa o indirecta de algunos de los nuestros.

Y cuando hablo de estrategia, es un patrón que se da y que ha sido y es estudiando. Si vemos las técnicas de manipulación del lingüista y teórico estadounidense Noam Chomsky podemos decir que se ha utilizado varias de ellas; pero sólo voy a mencionar dos que ejemplifican lo que digo.

Las técnicas de crear problema y ofrecer soluciones y la de gradualidad lo describirían. En la de crear problema y ofrecer soluciones. Se provoca una situación para generar una reacción del público y que pidan que aprueben o se hagan cosas que en otras situaciones no se hubiesen aceptado.

Uno de los ejemplos que se usan para explicar esta técnica es la creación de una crisis económica  para luego, mostrar como un mal necesario desmantelar los servicios públicos y el quitar derechos y beneficios. ¿Les suena?

La de gradualidad, que va tomada de la mano de la antes mencionada, busca que se acepte una medida inaceptable –desempleo, privatizaciones, reducción de salarios y jornadas laborales, etc.- aplicándola gradualmente, en cuestión de años, desgastando el sistema y a la gente, porque si se decide aplicarlo todo a la vez, podría generar mucha resistencia o una revolución.

Primero nos reducen a poco. Nos hacen creer que no podemos hacer nada por nosotros mismos; que sin otros no podemos subsistir. Muchos han comprado la retórica de que no tenemos recursos, que no podemos gobernarnos por nosotros mismos y que tenemos que ser parte de otra cosa para ser ‘algo o alguien’.

Nos endeudan. Descuidan la gestión pública y hacen creer que es un problema y que lo mejor es privatizarla. No actualizan ni la administración de los servicios, ni la planta física ni nada, haciéndonos creer que al ser público no es posible mejorarlo.

El que un servicio sea trabajado por el estado, no es sinónimo de deficiencia. Entonces, por unos cuántos millones ponen en manos de otros los servicios del estado, alegando que se ofrecerá un mejor servicio. El tiempo nos ha demostrado que no necesariamente es así; además de que pueden resultar más caros.

Ahora también están buscando vender los recursos naturales del país. ¿Qué se hace con todo ese dinero?, ¿A dónde va a parar?, ¿A quién se le vende?, ¿Qué ganan unos y otros?, ¿Cómo es posible que se venda lo que es de todos por aquello de ‘pagar la deuda’? Una deuda que en realidad no sabemos si existe y de cuánto es. Al final, no hay nada claro.

Si no nos aguzamos, en un abrir y cerrar de ojos viviremos en el feudo de Puerto Rico, donde el gobierno, por unos cuántos pesos, le habrá entregado en bandeja de plata el país a unos pocos; quienes dirán lo que se hace aquí y cómo y le pondrán el precio a todos los servicios. Estaremos como ‘alquilados’ en nuestro propio país.

Y esto me recuerda la letra de ‘Hijos del cañaveral’, de René Pérez, “Crecimos, pero pa’ que otro se aproveche, somos un pueblo con dientes de leche. Los hijos del trabajo sin merienda. La limonada, para el capataz de la hacienda”. Menciona, además, que “Somos los dueños de un país sin dueño”.

Pero también menciona que “nuestro aguante ha sido digno, somos los versos que no cantan en nuestro himno”. Y que “Hay que soltar los barcos del muelle, esta carreta ya se mueve sin bueyes”. A ver, si algún día dejamos el vasallaje y el servilismo y nos atrevemos.

Es momento de que empecemos a darnos cuenta hacia donde nos van dirigiendo y lo que se busca. Tenemos que reaccionar y meterle mano a la recuperación de este país; pero no dejándoselo a los políticos que han antepuesto sus intereses y los de otros a los del pueblo.

Debemos encaminar el país al Puerto Rico que queremos. Hagamos un plan de país, que sea beneficioso para la mayoría, no para unos pocos. Porque si no, sin darnos cuenta pasaremos de ser una “democracia representativa” a una sociedad feudal. Y eso sería, lamentable por demás. 




* Las ilustraciones fueron tomadas de Internet para acompañar este escrito.



miércoles, 2 de mayo de 2018

Túmbame la pajita

Foto: Periódico Metropr


El que me conoce sabe que soy una persona de ley y orden, sigo las reglas y respeto lo establecido. Pero también detesto los abusos, los ‘trucos’, las dobles varas, ‘la ley del embudo’ y las manipulaciones; entre otras cosas más.

Participé, junto a un grupo de Sagrado, en el paro general del 1 de mayo. Para mí era un compromiso con el país. Aunque había marchado en otras ocasiones, esta vez tenía un especial interés en hacerlo. Le había asignado un trabajo a los estudiantes y quería ver con mis propios ojos lo que allí pasaba.

Y es que cada quién va a contar la historia como quiere y mostrar lo que le conviene. También que muchos medios muestran la información sesgada, publican sólo lo que les conviene por el ‘rating’ o porque responden a intereses de terceros. Todo mundo tiene agendas, así que yo, quería ver lo que pasaba.

Como conocedora del proceso de comunicación sé lo que se puede hacer, lo que no y lo que muchas veces se hace. Hay intensiones y hay compromisos. Hay motivaciones y hay justificaciones del por qué, el cómo y el cuándo.

Se comunica, se informa, pero también se puede hacer propaganda y manipular. Por eso, lo que se ve y lo que se dice hay que tomarlo con pinzas. Una cosa es lo que pasa, lo que se proyecta y otra la que se percibe.

Pues bien, lo que pasó en Hato Rey, se veía venir, por lo menos para mí. Y voy a hacer un análisis del por qué y de lo que vi. Seré medio abogada del diablo porque mi apreciación necesariamente no fue la misma que se vio en los medios.

No voy a entrar en algunas cosas que ya han sido analizadas y están harto sabidas, como que fue una estrategia del gobierno, que naturalmente todo apunta a que así fue. Que se usó para desviar la atención del objetivo de la marcha y mostrarlo como un acto violento y que se intentaba mejorar la imagen de la oficialidad.

De las primeras cosas que debemos preguntarnos es por qué en el edificio de uno de los bancos la policía tenía su ‘mini centro de operaciones’. Para rumiarlo.

También el por qué en Hato Rey se concentró casi la totalidad de los agentes cuando había manifestaciones en otros lugares. “Porque la otra vez hubo destrozos”, dirán algunos. Claro, pero en esta ocasión casi todo estaba protegido.

Además, parecía un redil. Instalaron verjas bordeando los edificios y dentro había gran cantidad de oficiales, muchos de ellos ni eran de aquí y vestían pantalón crema, camisa negra, gafas y gorras. ¿A que los han visto en otros escenarios?

Interesante lo que iba viendo. Algo no me acababa de cuadrar ni de hacer ‘clic’. Y es que sabiendo cómo se ‘engranan’ las cosas, había demasiados elementos que si conoces los ‘modus operandi’ puedes ir ‘armando’ posibles escenarios e historias. Y él que piense que esto no es posible o es muy cándido o... llámelo como mejor entienda.

Y yo, que casi nunca fallo, -no sé si es bueno o malo-, porque mi intuición es bastante aguda, me estaba diciendo que algo no cuadraba. Ahora bien, tenemos que preguntarnos, ¿era previniendo una confrontación o era provocándola?

Abro paréntesis. El despliegue policial fue brutal. Y lo puedo asegurar por lo que vi durante y después. Pasadas las cuatro de la tarde iba camino a la universidad y, además de un gran número de policías en patrullas y motoras, vi pasar una guagua escolar del Departamento de Corrección repleta de policías y cuatro guaguas pequeñas, como de 20 pasajeros, también repletas. Cierro paréntesis.

La policía se movió para que pasáremos y volvieron a cerrar el paso. Así que quedamos rodeados dentro del perímetro porque había policías en cada extremo del bloque. ¿No es eso una manera de intimidar? Estas tácticas se han utilizado miles de veces. Y si sabemos de dónde viene el secretario, no hay mucho que escudriñar.

Que conste, que esto no es una justificación de lo que ocurrió porque nada justifica un enfrentamiento; pero sólo estoy tratando de ponerlo en perspectiva porque no es lo mismo con violín que con guitarra. Lo que se vive en el lugar necesariamente no va a  concordar con lo que se ve en las redes y en los medios.

El que estuvo allí, sabe a lo que me refiero. El ambiente estaba cargado y era intimidante. Estaba mucho más complicado de lo que se podía apreciar en los medios. Había que vivirlo para entender la dinámica que se estaba dando.

Me fui momentos antes de la confrontación. Este sexto sentido mío es de lo mejor. Pero seguí las incidencias de lo ocurrido por las redes sociales. No podía creer algunas cosas que veía. Llevaron a los manifestantes que quedaban al límite donde los querían llevar.

El ambiente era de ‘túmbame la pajita’. Ambos grupos estaban esperando la menor provocación para ‘tirar pa’ lante’. Y he escuchado y leído, “ellos le tiraron piedras a la policía y la policía reaccionó”. Ahora bien, ¿el cerco policial no es una manera de intimidar? ¿No reaccionaron de manera desproporcionada y utilizaron la fuerza?

¿No querían seguir marchando y la policía bloqueó? ¿La policía no iba a retirarse y de momento volvió a formación? ¿Por qué? Detonantes, esos son detonantes. Mucho más cuando hay mucha gente frustrada por todo lo que pasa en el país.

Y no nos hagamos los tontos, la provocación estuvo de ambos lados, pero los manifestantes le pusieron la oportunidad en bandeja de plata. Y por lo publicado, la mayoría responsabilizó a los manifestantes. Ahora están saliendo a la luz vídeos de la gente que estaba allí y no toda la responsabilidad fue de ellos.

Para mí, gran responsabilidad tiene la oficialidad porque su función es proteger, no agredir. Es más, ellos estaban muy bien preparados y apertrechados y hasta con caretas de gases. ¿Toda esa movilización y equipo fue “por si acaso”?  

Y están circulando varios vídeos donde hasta los periodistas que se identificaban como tal fueron agredidos y rociados con gas pimienta. ¿No están ellos haciendo su trabajo? ¿Por qué macanearlos?

“Revoltosos, comunistas, independentistas” y otro montón de cosas he leído en las redes. No todo el que estaba allí buscaba la confrontación. Ahí había mucha gente buscando manifestar su descontento. No por eso debían ser agredidos.

Lo que más me impresionó fue que no conforme con los tiros de salva, el gas pimienta y los gases lacrimógenos, los persiguieron. No desplegaron sólo la fuerza física con los participantes, sino que contra las comunidades aledañas al tirar gases lacrimógenos e intimidar a los vecinos que ni a la marcha habían ido.

Y no es exageración, porque muchos vídeos de estos se están viendo en las redes. Además de entrar a diferentes casas a arrestar gente. ¿Qué delito cometieron para este gran despliegue? ¿Por manifestarse? ¿Qué mensaje están llevando con esto? Que no se puede protestar. Es una táctica utilizada para intimidar.

Estas cosas se ven en las dictaduras. Y para que la gente se ilustre, que mucho nos falta educarnos y conocer más, también hay de extrema derecha. Aquí se habla de algunos países de izquierda, pero no se habla de otros donde hubo dictaduras, pero de extrema derecha. Las historias, son de horror.

Y de la manera que el gobierno manejó la situación, más me da a pensar en orquestación. El que el secretario felicitara a los manifestantes y rápidamente viene la confrontación. La conferencia de prensa del gobernador con la piedra y visita del gobernador al policía herido; entre otras cosas.

El que sabe cómo se maneja la comunicación y la propaganda, sabe lo que se puede llegar a hacer para buscar cambiar percepciones, opiniones y lograr el apoyo. Si alguien no ha visto la película ‘Wag the dog’, se la recomiendo.

Cada quién le dará o no le dará valor a lo que aquí escribo. Es su prerrogativa. Lo que sí, es que esto fue lo que percibí. Ya lo discutiré el martes con mis estudiantes, a ver cuál fue su percepción de lo ocurrido.

Para mí, par de cosas quedaron claras; que se desvió la atención de lo verdaderamente importante, que ambos lados estaban listos para la confrontación, que muchos de los manifestantes cayeron en el juego y perdieron, que hubo exceso en el uso de la fuerza policial y que el gobierno buscó mejorar su imagen.

Como pueblo no podemos permitir que estas cosas sucedan. Tenemos que trabajar unidos para levantar este país. Mientras el pueblo se está enfrentando, muchos le están sacando ventaja al país, tanto económica como en otras áreas.

Si no nos enfocamos en lo verdaderamente importante y unidos remamos para el mismo lado, nos van a dejar sin país. Y eso, no podemos permitírselo a nadie. Puerto Rico es nuestro, no es de los políticos, muchísimos de ellos corruptos, sino del ciudadano de a pie, el que no ve el país como una mercancía o un feudo, sino como su patria querida. Y esos, somos mayoría.