Por si las moscas...

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lunes, 23 de septiembre de 2013

Hay que gritar fuerte


Pensaba dejar pasar la fecha. Pensaba no decir nada. Pensaba así no herir susceptibilidades porque hay gente que coge las cosas personal. Pensaba que sería mejor “no meterme en líos” porque a veces sin querer, cuando me trepo en la sillita, alguna fibra toco. Pero pasa que mi zurdera anda a galope; así que no he podido aguantarme. 

Y es que un día como hoy, hace 145 años, gritamos. Gritamos contra la injusticia, el abuso, la corrupción y la tiranía española. Gritamos porque era lo propio para un pueblo que quería dejar de ser colonia y convertirse en nación; en país soberano. Gritamos porque era lo justo; porque era lo necesario.


Desde ese 23 de septiembre de 1868, venimos anhelando lo que es natural, lo que es lo correcto, lo que es lo justo; venimos buscando nuestra libertad. Desde siempre hemos estado sometidos a otro país, primero a España y después a los Estados Unidos de América. 

Tanto tiempo bajo este patrón parece que nos ha llevado a pensar que nada más es posible; que tendremos que vivir toda la vida sometidos a otra nación, a que otros decidan por nosotros, a que seamos dependientes y a conformarnos con los que nos den. Esa actitud de colonizado nos domina, nos mantiene en una zona de confort, y no nos permite mirar la situación de frente. 

Es increíble como, entrando en el siglo XXI, todavía seamos una colonia y estemos bajo la dominación de otro país. Me está súper interesante el planteamiento de algunos anexionistas, que piden igualdad. Yo también quiero igualdad, pero no sólo con los estadounidenses, sino con los ciudadanos de todo el mundo. Quiero vivir en un país soberano.

La limitada visión de mundo que tenemos no nos permite apreciar la diversidad que existe y que podemos ser parte de la misma. No nos percatamos que estamos inmersos en un ambiente caribeño, latinoamericano y mundial. Que el mundo es amplio y que podríamos estar de tú a tú con las demás naciones.

Muchos dicen que nosotros sin los EE. UU. no somos nada. Que gracias a ellos es que nuestro país se ha desarrollado. Me parece que no se está viendo el cuadro completo. Desde antes de la invasión norteamericana, vivíamos en una sociedad establecida; con sus problemas y situaciones, pero sociedad al fin.  

Además, los primeros cuarenta y tantos años de la dominación norteamericana, en Puerto Rico no pasó nada. No fue hasta que un grupo de puertorriqueños decidió que esto cambiaría, comenzó a cambiar. Malo o bueno, establecieron un sistema de gobierno que hizo caminar este país.

Y resulta interesante que muchos estén anhelando ser parte de algo que no quiere que lo seamos. Estamos en lo que le conviene, no en lo que muchos anexionistas quieren. Y no creo que esa ilusión algún día se llegue a materializar. De haberles interesado eso, hace rato el cuento fuera otro. EE. UU. es un gran país, pero como todos, tiene sus grandes problemas y situaciones. No es la panacea que muchos piensan. Hay que dejar de ir tanto a Disney y empezar a mirar las cosas como son; a ver las realidades.

Aquí se alimenta la idea de que si obtenemos la libertad no podremos sobrevivir. Siempre sembrando miedo para que no avancemos. Mucho nos han acondicionado a que pensemos eso. Haremos todo lo que queramos hacer. Seremos todo lo que queramos ser. 

Para muchos si somos independientes este país iría de mal en peor. La corrupción, la violencia, los abusos y todas esas cosas que decimos tienen “las repúblicas” podrían afectarnos. ¿En serio? Pero si es que así vivimos. Y esto nada tiene que ver con que seamos estado o país independiente. Esto no tiene que ver con el sistema; tiene que ver con las personas; con nuestra calidad humana. Y en eso, estamos fallando hace rato.

Tenemos que buscar crecer como seres humanos. Enfocarnos en ser mejores. En resolver nuestros problemas, sanear las instituciones, erradicar la violencia y la corrupción. Debemos ser productivos y echar a caminar nuestra economía. Debemos desarrollar un programa de país que nos haga crecer y ser cada vez más productivos.

Debemos enfocarnos en la educación, en buscar trabajar por el bien común y en poner a funcionar esta sociedad. Lograr todo esto es lo que nos va a llevar a nuestra independencia, a nuestra libertad. Y mientras, debemos seguir gritando fuerte, hasta lograr lo que merecemos, convertirnos en una nación libre y soberana.


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