Por si las moscas...

Los comentarios vertidos en estos escritos son de mi total responsabilidad. Comparto lo que pienso y siento, simplemente para que se pueda apreciar otro punto de vista sobre la cosas. Pueden o no estar de acuerdo con lo que expongo; conmigo no hay ningún problema porque cada quien tiene el derecho a pensar lo que mejor entienda. Los comentarios son bienvenidos. Espero que si alguien difiere, lo haga con respeto; no escribiendo chabacanerías o insultando. Este no es el lugar para eso. ;-)

lunes, 23 de septiembre de 2013

Hay que gritar fuerte


Pensaba dejar pasar la fecha. Pensaba no decir nada. Pensaba así no herir susceptibilidades porque hay gente que coge las cosas personal. Pensaba que sería mejor “no meterme en líos” porque a veces sin querer, cuando me trepo en la sillita, alguna fibra toco. Pero pasa que mi zurdera anda a galope; así que no he podido aguantarme. 

Y es que un día como hoy, hace 145 años, gritamos. Gritamos contra la injusticia, el abuso, la corrupción y la tiranía española. Gritamos porque era lo propio para un pueblo que quería dejar de ser colonia y convertirse en nación; en país soberano. Gritamos porque era lo justo; porque era lo necesario.

martes, 10 de septiembre de 2013

Lo importante no es ganar, sino competir

“Lo importante no es ganar, sino competir”. Esas fueron las palabras que utilizó monseñor Ethelbert Talbot, obispo de Pensilvania, EE.UU., en la homilía ofrecida en la Catedral de San Pablo, en Londres, durante los juegos olímpicos celebrados en esa ciudad en 1908. Esta frase aparece, desde 1932, en las ceremonias de inauguración de los juegos olímpicos.

Pierre de Coubertin
Las palabras dichas por el Obispo calaron tan hondamente en el barón Pierre de Coubertin, propulsor de los juegos olímpicos modernos, que inspiraron lo que posteriormente escribió: “Lo importante en los juegos olímpicos no es ganar, sino competir. Lo esencial en la vida no es conquistar, sino pelear correctamente”. 

Y ambas frases son las que hoy, día que se eligió el nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional, han estado rondando mi cabeza insistentemente. Y no es para menos, porque uno de los nuestros, Richard Carrión, era candidato a esa posición. Ya sabemos que no lo consiguió, llegando segundo en la votación; pero su gesta, muy bien encierra las frases memorables de monseñor Talbot y del barón de Coubertin.

Y es que aunque no logró alzarse con la presidencia, sí es meritoria su aspiración porque se atrevió. Siempre he pensado que así es que uno crece y avanza: intentando, atreviéndose, arriesgándose, caminando y haciendo. No hay de otra. De la única manera que vamos a avanzar, es moviéndonos. Y eso es lo que significa esta candidatura; un paso adelante.